Tres años después de que Formula Fusion abandonara el Acceso Anticipado de Steam y tras varias críticas de diversas opiniones, R8 Games vuelve para darle una segunda vida a su Wipeout independiente rebautizándolo como Pacer. ¿Qué nos ha parecido? Os lo contamos.

NAVES ULTRARRÁPIDAS

Pacer, conocido anteriormente como Formula Fusion, es un juego de carreras con naves que se asemejan muchísimo a las naves que pilotábamos en Wipeout -de hecho, R8 Games se formó por ex de Psygnosis-. La velocidad lo es todo siendo los 700 km/h el pan de cada día en las competiciones que se disputan en los 14 diferentes circuitos que ofrece. Tenemos un modo campeonato donde competiremos para conseguir las medallas de oro de todas las competiciones y ganar créditos… para desbloquear los 11 circuitos. Efectivamente, en el modo libre no podemos competir en los circuitos que queramos porque están bloqueados tras un requerimiento de créditos para comprarlos, por lo que solo al principio podremos jugar en el modo libre a los tres primeros circuitos. Los créditos por suerte se ganan en cualquier modalidad de juego, aunque requerirá dedicarle un tiempo hasta tener todo el contenido desbloqueado. Sinceramente yo habría dejado todos los circuitos desbloqueados para que la gente juegue y experimente en ellos sin tener que pasar por el modo Carrera, pero es una cuestión de gusto personal para cada uno.

La jugabilidad es endiabladamente precisa y exigente, y lo digo en el buen sentido. Es una delicia controlar unas naves tan veloces con tanta precisión con el mando. Se requiere mucha habilidad en dificultades elevadas, donde la IA es más hábil y las naves son tan rápidas que chocaremos miles de veces en las curvas, pero es muy satisfactorio y sabemos que si chocamos es culpa nuestra por falta de habilidad. Para frenar usamos los frenos derecho o izquierdo que junto al stick de control nos ayudará a tomar las curvas, derrapando nuestras naves a más de 400 kilómetros por hora.

Nos batiremos con hasta nueve pilotos en carreras de alta velocidad.

Además del manejo de naves también tendremos a nuestra disposición armamento para equipar a nuestras naves de competición. A diferencia de otros juegos de carreras en Pacer el armamento lo tenemos escogido por defecto en el selector de armamento antes de comenzar la carrera. Esto quiere decir que durante la carrera cuando pasemos por un item de armamento no nos dará armas al azar, en este caso nos dará munición para usar el armamento escogido antes del arranque de la carrera. Nuestras naves constan de salud y blindaje: cuando el blindaje se acaba, ya sea por impactos en el escenario o por ser objetivo del armamento del resto de competidores, nuestra nave estará desprotegida hasta que logremos recargar el blindaje recogiendo los items de color morado que encontramos en el circuito. Si no lo conseguimos y la salud de nuestra nave llega a cero, explotará y se regenerará con la correspondiente pérdida de ventaja y posiciones de la que gozábamos antes. Si bien el sistema de daños no se puede desactivar, sí podemos desactivar que en las carreras libres no se empleen armas para los que prefieran carreras puras y duras.

Similar al Mario Kart 8, por poner como referencia algún juego, el juego consta de 4 modos de dificultad que están nombrados como «grupos». Desde el grupo F3000, donde las velocidades serán asequibles para los conductores más novatos, hasta el grupo ELITE donde se romperá fácilmente la barrera del sonido -mi nave ha llegado a alcanzar los 1200 kilómetros por hora- y la Inteligencia Artificial será endiabladamente rápida y desafiante. Pacer cuenta con multijugador online pero no cuenta con multijugador local, lo cual me parece una modalidad de presencia obligatoria en este tipo de juegos. Otra pega es que creo que el juego va algo falto de contenido. 14 circuitos es un número aceptable pero se nota un poco escaso, si bien podemos también jugarlos en los modos revertido -al revés- o espejo. Pero el número de naves es realmente escaso: tenemos únicamente cinco naves a nuestra disposición para competir, si bien podemos aplicarles distintas capas de pintura y colores e incluso modificar los motores para lograr mayor manejo o velocidad usando distintas piezas que iremos desbloqueando. Por lo que por lo que falta por un lado se compensa por el otro.

Algunos escenarios están muy elaborados y se nota su cuidado en los detalles.

APARTADO TÉCNICO

Pacer emplea Unreal Engine 4, un motor muy extenso y versátil en la comunidad de videojuegos, con el cual logran un resultado visual excelente: la iluminación y detalles de los circuitos se ven impresionantes y llenos de vida y variedad: desde un circuito ubicado en una distópica frontera entre Estados Unidos y Mejico hasta un cosmódromo localizado en la remota Siberia. El rendimiento es excelente a 108op con unos 60 fotogramas por segundo estables en todo momento si bien para resoluciones 4K requiere un equipo bastante potente. Los diseños de las naves, a pesar de ser solo cinco modelos, están muy elaborados y recuerdan a Wipeout con su aerodinámica y estética futurista. La banda sonora es de corte electrónico y muy en la línea a las que solemos escuchar en los Wipeout clásicos, aunque aconsejo ajustar el volumen de la música porque puede sentirse solapada por los excelentes efectos sonoros de las naves rozando la velocidad del sonido o colisionando entre ellas.

En el modo carrera podremos llegar a medallas bronce, plata u oro dependiendo de nuestro rendimiento y los objetivos cumplidos.

CONCLUSIÓN

Pacer es un excelente juego de carreras de alta velocidad en PC como pocos se han visto. Imita a la perfección la fórmula de Wipeout y es muy gratificante y satisfactorio dominar cada curva de los impresionantes circuitos que presenta el juego. Como punto negativo destaco la falta de variedad de naves de competición y la ausencia de un modo competitivo local a pantalla partida. Si queréis jugar en PC a un juego de carreras con naves emulando la esencia de Wipeout, Pacer es lo que más se le acerca sin duda alguna.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Jesus Fabré