Jamás pensé que llegaría el día en el que la saga Persona estaría en castellano de forma consistente. A falta de un futuro donde Atlus recuerde que las dos primeras entregas de Persona existen, con el reciente relanzamiento de Persona 3 Portable y Persona 4 Golden en Nintendo Switch, PlayStation 4, Xbox One, Xbox Series, y Steam, tenemos ya todas las entregas modernas en el idioma cervantino. En este análisis nos vamos a centrar en Persona 3 Portable, quizá el lanzamiento más curioso y polémico de los recientes en la saga.
Pongámonos en un contexto previo: Persona 3 llega por primera vez a PlayStation 2 en 2006, ofreciendo una renovación completa a la identidad visual de la saga y estableciendo prácticamente la totalidad de las mecánicas que iríamos heredando hasta Persona 5 Royal. A su vez, este juego heredaría esa costumbre de Atlus que tanto nos gusta: relanzarse con contenido adicional. Pero es aquí donde Persona 3 difiere de sus secuelas, donde jugar Persona 4 Golden o Persona 5 Royal es la mejor opción sin dudarlo, y es que para Persona 3 a Atlus se le ocurrió ofrecer dos nuevas reediciones diferentes. La primera de ellas fue Persona 3 FES, para la propia PlayStation 2, que incluía un importantísimo epílogo a la historia, un nuevo personaje, y una nueva mazmorra, mientras que la segunda y la que hoy nos ocupa, fue Persona 3 Portable.
Persona 3 Portable nace para la PlayStation Portable en el año 2009 en Japón, donde las limitaciones técnicas de la primera portátil de Sony frente a la PlayStation 2 obligaron a un rediseño completo del modo de juego, pasando de la exploración de los escenarios tridimensionales de la ciudad de Tokyo a una navegación point & click, acercando el juego aún más a lo que sería una novela visual, y convierte todas las escenas animadas en imágenes estáticas acompañadas de música, voz, y texto.
A modo de compensación ante este «recorte», el juego nos ofrece una campaña adicional que hasta ahora no ha repetido Atlus, y es la posibilidad de jugar con una protagonista femenina, lo cual cambia todas nuestras interacciones con los compañeros, escenas en la historia, y demás, así como una de las principales adiciones a la jugabilidad de la saga, que en aquel entonces era muy demandada, y es la posibilidad de dar órdenes directas a nuestros compañeros de batalla en vez de depender de unas órdenes no específicas que no siempre llegan en el mejor momento -la de veces que habré visto el «Game Over» porque los aliados no curasen al protagonista a tiempo-. Esto convierte a Persona 3 en la única entrega de la saga que no tiene una edición indiscutiblemente superior y que según las necesidades, sea un poco complicado recomendar una u otra a los nuevos jugadores.
Por esto, en lo que atañe al análisis que hoy nos ocupa, partimos de la base de que este relanzamiento de Persona 3 Portable se siente como una oportunidad perdida. Cuando ponemos la experiencia de «P3P» al lado de cualquier otro Persona moderno, la decisión de convertirlo en un juego a base de puntero queda corta, y lo que se lleva pidiendo durante años es un relanzamiento que aún las capacidades de la versión FES junto a las adiciones jugables del Portable.
No está mal resuelto el concepto del puntero para la navegación, nada más lejos de la realidad, pero sumaba más en el contexto de tener que adaptarse a PlayStation Portable, y con este relanzamiento donde la misma consola que mueve este Persona 3 Portable mueve sobradamente Persona 5 Royal, deja sin lugar a dudas una sensación agridulce, y es que entre no tener el juego disponible y tenerlo, mejor esta última opción, pero la inmersión en el mundo del juego se ve inmensamente reducida.
Más allá de eso, el resto del juego sigue teniendo los mismos puntos fuertes y flojos que el Persona 3 original y que el Persona 3 Portable. A nivel de guion es posiblemente el juego más interesante entre las entregas modernas, con el mensaje y relaciones más maduras de entre esa triada de juegos desde el cambio, pero a su vez es el juego más exigente de los tres, en el que más se sienten las raíces de Shin Megami Tensei. Algunos aspectos que ya eran algo más flojos en las ediciones originales han envejecido, digamos, regular. La selección de enemigos, el diseño visual del Tártaro, y que en este juego los eventos de la historia no giran tanto alrededor de mazmorras especiales como en los siguientes, por puro agravio comparativo dejan esta entrega algo atrás en cuanto al aspecto más lúdico del juego en sí.
Para el que no conozca la base argumental del juego, y sobre la que gira toda la imaginería y mensaje del mismo, Persona 3 Portable nos plantea que en el último minuto del día, a las 23:59, hay una hora oculta -la hora oscura para ser más exactos- para la mayoría de los seres humanos y que tan solo unos pocos elegidos pueden experimentar. Durante esa hora aparece el Tártaro, una compleja torre cambiante llena de Sombras, una especie de demonios contra los que esas personas que pueden moverse libremente durante la hora oscura deben luchar tanto para defenderse como para investigar que es lo que ocurre. Para esa lucha, deberán invocar sus Persona, una materialización de sus fortalezas mentales y personales, lo cual lograrán con la ayuda de unos evocadores, unas pistolas con las que se dispararán a sí mismos, transmitiendo así una potentísima imagen donde se jugará con mensajes alrededor del suicidio y la muerte, dando así pie a todo el mensaje final.
Sobre la remasterización en sí, en este caso concreto también era la más complicada. Si bien Persona 4 Golden era un título de PlayStation Vita donde la mayoría de entornos eran tridimensionales, lo cual se traducía en una mejora visual consistente y agradable sin muchas piruetas, con Persona 3 Portable nos encontramos que, con ese factor en el que el juego es principalmente una novela visual, nos encontramos con muchísimos sprites y elementos 2D que se diseñaron para la resolución y pantallas de PlayStation Portable, por lo que a la hora de subir esa resolución a una más actual, se ha recurrido a inteligencias artificiales y filtros que no terminan de dar un aspecto limpio. Si bien en el Tártaro y demás momentos de mazmorreo nos encontramos con los modelados 3D perfectamente mejorados, son todos los menús, sprites de personajes, mapeados y similares lo que nos deja un sabor de boca agridulce.
En definitiva, Persona 3 Portable quizá haya envejecido más rápido que sus secuelas, especialmente cuando uno piensa en todas las acertadas decisiones de diseño en cuanto al nivel meramente jugable se refiere que tomó Atlus con Persona 5, pero sigue siendo un grandísimo JRPG con el que merece la pena introducirse por su magnífico guion y por ese espíritu tan especial que transmiten los juegos de Atlus.
Este análisis ha sido realizado en Nintendo Switch mediante una copia cedida por Cosmocover