Pocos pueden negar que Persona, después de más de diez millones de unidades vendidas de Persona 5 y de sus derivados, es actualmente una de las franquicias más populares dentro del JRPG. Por supuesto esto no siempre ha sido así, pues la saga vivió muchos años a la sombra de otros titanes del genero, limitada casi a un publico de nicho.

Con el auge de popularidad derivado del éxito de Persona 5 ha habido un comprensible aumento del interés en los títulos anteriores por parte del publico y, como también es comprensible, Sega no desaprovechó la oportunidad de relanzar Persona 4 y Persona 3 aprovechando la coyuntura. El pasado año se publicaron unas muy celebradas remasterizaciones de ambas entregas, las primeras que adoptaron la formula moderna de JRPG + exploración de mazmorras + novela visual + simulador de vida con la que la saga comenzó a distanciarse de los Shin Megami Tensei de los que deriva. Sin embargo, pese a que estas remasterizaciones tuvieron una gran acogida general, la forma en la que se decidió relanzar Persona 3 fue un tanto polémica.

Pongamos un poco de contexto: Persona 3 llega por primera vez a PlayStation 2 en 2006, ofreciendo una renovación completa a la identidad visual de la saga y estableciendo, como ya hemos comentado, prácticamente la totalidad de las mecánicas que irían consolidándose hasta dar forma a Persona 5. A su vez, Persona 3 sería uno de los primeros juegos de Atlus en ser relanzado con contenido adicional, pero con Persona 3 – y a diferencia de las secuelas, en las que jugar Persona 4 Golden o Persona 5 Royal es la mejor opción sin dudarlo- se publicaron dos reediciones diferentes sin que ninguna acabase de resultar definitiva. La primera de ellas fue Persona 3 FES para la propia PlayStation 2, que incluía un epílogo para la historia, un nuevo personaje, y una nueva mazmorra, mientras que la segunda, y la que fue relanzada el pasado año, fue Persona 3 Portable.

Persona 3 Portable se publica originalmente en PlayStation Portable y las limitaciones técnicas de la primera portátil de Sony obligaron a un rediseño completo del modo de juego, pasando de la exploración de los escenarios tridimensionales de la ciudad de Tokio a una navegación point & click, acercando el juego aún más a lo que sería una novela visual, y convirtiendo todas las escenas animadas en imágenes estáticas, con lo que la inmersión en el mundo del juego se veía severamente perjudicada a pesar de ser un sacrificio comprensible dentro del contexto de tener que adaptarse a las posibilidad de PlayStation Portable. Eso sí, Persona 3 Portable, a modo de compensación ante este recorte, ofrecía diversas novedades ausentes en FES: la posibilidad de jugar con una protagonista femenina, lo cual cambia todas nuestras interacciones con los compañeros, así como la posibilidad, por aquel entonces muy demandada, de poder seleccionar en cada turno las acciones de nuestros compañeros en los combates de forma directa en lugar de depender de un sistema de instrucciones preestablecidas que no siempre funcionaba del todo bien.

La sensación con relanzamiento de Persona 3 Portable fue agridulce. Cuando ponemos la experiencia de «P3P» al lado de cualquier otro Persona moderno, la decisión de convertirlo en un juego a base de puntero queda corta, especialmente cuando lo que se llevaba pidiendo durante años era un nuevo relanzamiento que aunase el contenido de la versión FES junto a las adiciones jugables del Portable. Así las cosas, al poco tiempo, y tras varios meses de rumores, finalmente se anunció este Persona 3 Reload.

Persona 3 Reload supone una puesta al día de Persona 3, adaptándolo al nuevo motor gráfico utilizado en los últimos proyectos de Atlus. El salto es importante con respecto a las anteriores versiones del juego, especialmente con respecto a Persona 3 Portable. Esto se nota sobre todo a nivel de presentación, pues los grandes momentos de la historia quedaban bastante deslucidos en Persona 3 Portable al verse reducidos a meras líneas de texto sobre pantallas estáticas. En Persona 3 Reload se han recuperado las secuencias de video, tanto las generadas con el motor del juego como las secuencias de estilo anime. Estas ultimas son para quitarse el sombrero, con un diseño y una calidad en la animación de un grandísimo nivel.

A nivel visual las mejoras realizadas al motor gráfico dejan al juego ligeramente por encima de Persona 5, aunque, quizá por haberse diseñado originalmente para PlayStation 2, algunos escenarios pecan de resultar algo simples y carentes de elementos secundarios que aporten algo más de vida y detalle. Mención especial para los modelados de los personajes, probablemente el apartado que más destaca, así como para la nueva y remodelada interfaz.

Más allá de la capa de chapa y pintura, el resto del titulo sigue siendo muy similar al juego original, quizá la entrega con la historia más seria, profunda, existencialista y oscura de la saga. Persona 3 Reload nos plantea que en el último minuto del día, a las 23:59, hay una hora oculta -la hora oscura para ser más exactos- para la mayoría de los seres humanos y tan solo unos pocos pueden permanecer conscientes durante esa franja de tiempo. Durante esa hora aparece la Tártaro, una compleja torre cambiante llena de Sombras, una especie de demonios contra los que esos elegidos que pueden moverse libremente durante la hora oscura deben luchar, tanto para defenderse como para investigar la naturaleza de la hora oscura, su conexión con la Tártaro y su relación con la epidemia de gente que sufre una apatía paralizante y destructiva. Para esa lucha, deberán invocar sus Persona, una materialización de sus fortalezas mentales y afrontar y superar sus propios conflictos personales.

Dichas Persona se pueden fusionar y su evolución y su fortaleza dependerá en gran medida de los vínculos sociales que logre establecer nuestro personaje. Ahí es donde entra la parte social del juego, en la que deberemos organizar la vida de nuestro personaje durante todo un curso escolar, estructurando nuestro tiempo para participar en diversas actividades y establecer relaciones con otros personajes que sirvan para crear vínculos que nos fortalezcan. Todos estos elementos de gestión no alcanzan el grado de refinamiento que alcanzó Persona 5, pero se conservan frescos y totalmente validos. Se ha añadido también nuevas escenas y nuevos vínculos sociales, aportando interesante contenido exclusivo de esta versión.

El gran problema de Persona 3 Reload es que el otro gran elemento del pastel, el mazmorreo, no se conserva tan fresco. La Tártaro, la mazmorra que debemos explorar durante la Hora Oscura, es una enorme torre de más de 200 pisos generados de forma procedimental que constituyen una sucesión de pasillos muy poco inspirada. Se han añadido diversas mejoras de calidad de vida para hacerla más asequible e interesante —se ha suavizado el sistema de puntos de control para guardar nuestra progresión entre pisos, se ha incorporado la opción de correr, se ha dotado a cada bloque de una mayor personalidad visual, los pisos tienen un tamaño por lo general más reducido, se ha eliminado el sistema de fatiga que nos forzaba a dosificar la exploración, se han añadido objetivos secundarios, conversaciones entre personajes, etc.—, pero sigue sin ser suficiente para evitar que se haga monótona y repetitiva. Se acaba convirtiendo en un tedio, un tramite que deseamos pasar cuanto antes, incluso cuando el combate, basado en la mecánica tan icónica en la saga de encontrar debilidades elementales que nos permitan noquear enemigos para poder encadenar ataques, resulta divertidísimo y también ha sido mejorado y expandido con elementos como la Teúrgia, un potente ataque limite que cada personaje recarga de forma distinta en base a su estilo de combate.

El otro gran problema es que Persona 3 Reload continua sin ser la versión definitiva de Persona 3. Se mantienen las mejoras de calidad de vida de Persona 3 Portable y se añaden más, se añaden nuevas escenas, se recuperan las escenas anime, la exploración libre fuera de la Tártaro y el control completo en combate sobre todos los personajes del grupo, pero por el camino se han quedado cosas tanto de Persona 3 FES como de Persona 3 Portable. Del segundo perdemos la posibilidad de jugar con una protagonista femenina y del primero nos perdemos The Awakening, un epilogo de la historia, que, a pesar de resultar divisivo, tendría que haberse mantenido de una forma u otra.

En definitiva, Persona 3 Reload ofrece una estupenda puesta al día de una de las entregas más queridas de la saga, pero sigue mostrando algunas carencias propias de los casi 20 años transcurridos desde su lanzamiento original. Quizá se necesitaba más trabajo en algún aspecto, una remodelación completa de la Tártaro, pero a día de hoy Persona 3 Reload es, con diferencia, la mejor forma de disfrutar de este clásico del genero, incluso si todavía no es la edición definitiva con la que habíamos soñado.

 


Este análisis ha sido realizado en PlayStation 5 mediante una copia cedida por PLAION