¡Pues ya estamos a 31 de marzo! Abrimos el mes con FixFox, y lo terminamos con su versión final de lanzamiento. Lo que me pareció un adelanto cautivador y prometedor se ha traducido en una aventura final grande, completa y con un trabajo enorme sobre ella. Con Jaroslav Meloun como gran responsable, estamos ante uno de esos juegos independientes que llevan años en la cabeza de su creador y se traducen en algo grande. Tanto como una epopeya espacial loca con seres inteligentes hibridados con ADN animal, y máquinas cotidianas con voz, personalidad y sentimientos.

Una epopeya espacial llena de momentos locos y geniales.

FixFox nos sitúa en un futuro muy lejano en el que la humanidad llegó demasiado lejos a la hora de destrozar nuestro mundo, siendo la única opción para los humanos de aquel futuro momento el combinar nuestro ADN con el de mamíferos. De esta forma, al tener más pelo las nuevas personas aguantaban mejor el frío que el cambio climático había provocado. Además, dado que nuestro planeta había degenerado tanto, estaba claro que la colonización era la opción para mantener a los terranos. Esto hacía que la capacidad de los animales de hibernar durante meses resultase muy beneficiosa para esos muy largos viajes espaciales.

Entonces en el momento actual tenemos una aventura espacial en un entorno altamente futurista donde las neveras o las mochilas de viaje hablan y tienen su personalidad -cargante y muy irritante en ocasiones-, o las IAs tienen un inusual desarrollo. Vix es nuestro progragonista, o nuestra, que el juego por defecto su género como femenino -de hecho, en el trailer final bajo este análisis, la voz en off es femenina por este motivo-, pero el juego te permite elegir que se dirijan a ti en masculino. El simpático diseño de Vix da pie a ambos géneros sin que suponga nada raro ni extraño en el transcurrir de la historia.

Se le coge mucha tirria a Tin, nuestra mochila de viaje, pero es parte del encanto de la historia y de este universo.

Pues hace un mes plantee la duda sobre si FixFox sería un Pikuniku cenital, o se abriría más en mecánicas más complejas como prometía esa primera toma de contacto en la parte desértica del planeta Karamel. Pues sí y no. Desde luego el juego es indudablemente largo y lleno tareas, de muchas situaciones a resolver, y con bastantes localizaciones donde desarrollar una historia que se antojaba simpática y pelín bobalicona por su graciosa premisa, y se va tornando cada vez más retorcida y llena de momentos complicados. Pero el juego no propone diseños complejos en su estructura jugable de quasi-aventura gráfica de exploración.

No estamos para nada en un juego de Freebird Games donde seguimos historias interesantes pero muy constreñidos en el plano jugable, lo grande a mi entender de FixFox es que mantiene ese diseño de ir descubriendo su intrigante argumento en situaciones más lineales, combinadas con escenarios abiertos de exploración, interacción con personajes, misiones y trabajos principales y secundarios, y matices jugables como el uso de vehículos. Y funciona de una forma impecable, la sensación de aventura y ese ‘spirit of wonder’ del descubrimiento en sus diferentes lugares y estrafalarios personajes es plena.

Variedad, visual, sonora y jugable. Esa es la clave de FixFox.

Por cierto que me alegro que durante este mes la implementación jugable con pad se haya resuelto bastante bien. El juego funciona genial con teclado y ratón, pero con mando me parece más cómodo. Una pena que durante este mes no haya llegado el español a los idiomas del juego, y por ahora, solo esté en inglés.

Los límites temporales con las dos facciones del juego, la burrada de acumulación de objetos y sus diferentes propiedades -Un donut o un plátano pueden servir para reparar maquinaria estropeada-, el sistema de intercambios, de recompensas, los ciclos día-noche… se tornan en algo más sencillo de lo que pensé cuando me lancé a lo loco a sacar localizaciones en aquel desierto inicial, pero igualmente, el diseño jugable nos pide que nos hagamos a todo para lograr un avance fluido y no tener que volver muy atrás a por tiritas o monedas por querer ir más rápidos y ligeros de lo que tocaría.

Somos un currela espacial, y nos va a tocar demostrarlos en unas cuantas ocasiones.

Me ha chocado un poco, y no sé si es porque teníamos un código de una alfa que se ha ido actualizando continuamente durante este mes, frente a una versión final ‘limpia, que los puzles no pidieran más objetos y mecánicas asociadas a los mismos. He utilizado mucho adhesivos y objetos planos, frente a otros que propiciaban otras reparaciones o resoluciones, cuando el juego ofrece realmente un ramillete de experimentación loca para resolver sus ingeniosos puzles. Esto reduce la dinámica de trabajos, recompensas y gestión del tiempo con las dos facciones al no pedir más objetos distintos. También es cierto que luego la curva crecerá y lo que hayamos interiorizado en desierto y bosque será vital para un desarrollo jugable fluido que siga desgranando la historia y sus múltiples formas en las que esta se presentará.

Ese es el gran logro de FixFox, el de plantearte una historia y universo ricos y propios, y hacerlo a través de un videojuego de aventura divertido y con mucho que hacer. Puede que los momentos espaciales abordando naves y moviendo cajas no sean de gran complicación ni ingenio, pero imbricados en los momentos concretos y de las maneras correctas enriquecen la progresión de la historia. O esos flashbacks jugables tan sencillos también, situados de forma calculada y precisa, haciendo que pasar de escenarios abiertos llenos de exploración frente a momentos cerrados funciona de una manera excelente que no solo no entorpece el ritmo narrativo sino que se enriquece. Ya digo que el juego denota un trabajo enorme a la hora de colocar todas las piezas, Jaroslav Meloun habla del tiempo para materializar el juego y es fácil creerle viendo todo el conjunto.

Situaciones de gran fuerza narrativa, apoyadas por una parte audiovisual primorosa.

Pero igualmente hay que mencionar dos nombres más: Jana Kilianová como responsable de la base artística del juego, y Aleix Ramon en su faceta de responsable de la excelente música del juego. Porque una parte de ese trabajo concienzudo que tanto remarco se traduce en un pixelart 2D trabajadísimo, llenito de escenarios, personajes, todo tipo de situaciones visuales -como los cambios de iluminación dinámica-, los puzles, el loco inventario… Y musicalmente la cosa no va a la zaga, porque tanto la variedad como la calidad están a la altura. Lo resumiría con ‘melodías tarareables’, porque hay mucho amor por el chiptune en forma de música muy pegadiza, pero también hay otros momentos más fastuosos en lo sonoro para potenciar esa historia cada vez más intrigante y llena de momentos especiales.

Tal vez parezca excesivo para un título que no lleva un sobresaliente en la esclava cifra que lo acompaña, pero me da la impresión que FixFox puede ser una de las aventuras de este año. Una aventura que se merece ese nombre de todas todas, que es lo que nos propone en su historia de furros y ciencia-ficción loca, y sobre todo, con su planteamiento jugable repleto de situaciones muy variadas.

 


Este análisis se ha realizado en PC con una copia cedida por Renaissance PR