Cuando se lanzó Devil Summoner: Raidou Kuzunoha vs. the Soulless Army por primera vez en 2006, parecía una apuesta arriesgada incluso dentro del por aquel entonces todavía grupo de juegos de nicho desarrollados por Atlus. Al alejarse del combate por turnos típico de Shin Megami Tensei, Devil Summoner: Raidou Kuzunoha vs. the Soulless Army mezcló el noir detectivesco con el ocultismo, apostando por un sistema de combate en tiempo real en detrimento de los turnos y ambientado en un Tokio estilizado de los años 30, en el que cruzaríamos caminos con algunos personajes históricos. Casi veinte años después, el lanzamiento RAIDOU Remastered: The Mystery of the Soulless Army le devuelve la vida a esta joya atípica, aunque no sin revelar algunas de sus costuras.
Lo que destaca de inmediato en RAIDOU Remastered: The Mystery of the Soulless Army es la atmósfera absorbente que se genera gracias a su ambientación tan particular. El juego transcurre en una versión ficticia de la era Taishō japonesa, un período en el que las influencias occidentales comenzaban a mezclarse con la tradición local, y la recreación tan conseguida de un periodo tan fascinante es uno de los principales logros del juego, pues consigue canalizar esa tensión de choque cultural en todos sus aspectos visuales y narrativos. Los escenarios, aunque limitados en tamaño, están cargados de personalidad y cada rincón -ya sea un callejón neblinoso o un santuario remoto- nos cuenta algo sobre ese mundo al borde del conflicto. RAIDOU Remastered: The Mystery of the Soulless Army ha recibido un lavado de cara en alta definición, pero el apartado artístico conserva la paleta de colores ahumados y sepia que hacía tan evocadora a la entrega original. Las calles adoquinadas de Tokio rebosan de detalles de época y, aunque la remasterización mejora texturas, iluminación y algunos modelos de personajes, se mantiene mantiene intacto el encanto original sin modernizar en exceso el aspecto.
Uno de los principales cambios de RAIDOU Remastered: The Mystery of the Soulless Army con respecto a otros títulos de la saga Shin Megami Tensei está en su combate en tiempo real. Las batallas ocurren en espacios cerrados donde Raidou, armado con espada y revólver, lucha junto a demonios invocados. Aunque el combate puede parecer rígido y repetitivo en comparación con los estándares actuales, sigue resultando satisfactorio, especialmente al combinar las habilidades de los demonios. La negociación demoníaca, una mecánica clásica de la serie, se presenta aquí de forma más directa. En lugar de largas conversaciones, las interacciones son más rápidas y dinámicas, con minijuegos y acciones específicas.
Para RAIDOU Remastered: The Mystery of the Soulless Army se ha reconstruido el sistema de combate con respecto al original. Para ello se ha tomado como base el sistema de combate de su secuela, Devil Summoner 2: Raidou Kuzunoha vs. King Abaddon, y se han incorporado numerosas mejoras a nivel de interfaz, cámara y calidad de vida. Con esto se ha conseguido que el combate, que en la entrega original podía pecar de ortopédico con su cámara fija y de obligar a parar la acción en demasiadas ocasiones para pasar por el menú para ejecutar determinada acciones de batalla, sea ahora una experiencia más ágil y rápida.
En términos narrativos, el juego se apoya en una estructura de capítulos que recuerda a los seriales antiguos. Cada misión principal tiene un toque autoconclusivo, pero poco a poco se va entretejiendo una trama mayor que involucra conspiraciones militares, tecnología demoníaca y dilemas morales sobre el control y la identidad. La historia gira en torno a Raidou Kuzunoha XIV, un joven estudiante de secundaria que lleva una doble vida como detective e invocador de demonios. Junto a su compañero Gouto -un gato poseído por un espíritu ancestral que actúa como guía, mentor y ocasionalmente alivio cómico- y el detective Narumi, se ve envuelto en una conspiración que combina desapariciones, ciencia oscura y fuerzas militares siniestras. Aunque la narrativa no se ha expandido en esta versión, la escritura original sigue funcionando bien. Los personajes están llenos de carisma pulp: Gouto con su ironía, Narumi con su encanto desaliñado y los villanos con sus discursos grandilocuentes. La ambientación está empapada de tropos noir como gabardinas, muelles brumosos y rituales clandestinos iluminados por velas.
Visualmente, la remasterización aporta mejoras en escenarios y profundidad, aunque los modelos de personajes secundarios aún delatan su origen en PlayStation 2. Las animaciones son algo rígidas y las expresiones faciales limitadas. Aun así, el diseño artístico de Kazuma Kaneko mantiene su impacto visual. En cuanto al apartado sonoro, la banda sonora de Shoji Meguro es uno de los grandes aciertos. Jazz vibrante y metales potentes acompañan con estilo la acción. El rendimiento en consolas modernas y PC es fluido, con mejores resoluciones y menor tiempo de carga, menús más ágiles y guardados rápidos eliminan parte de la frustración que generaba la versión original. Puede que no sean mejoras espectaculares, pero hacen que la experiencia sea mucho más llevadera.
RAIDOU Remastered: The Mystery of the Soulless Army no es una transformación radical, sino una resurrección cuidadosa. No moderniza hasta volverse irreconocible, ni conserva los errores del pasado sin tocar. Se queda en un punto intermedio, entre la conservación y la necesidad de adaptarse a ciertos estándares de hoy en día. Puede que no convierta a los escépticos con la vertiente más clásica de los juegos de Atlus, pero es una joya para quienes puedan estar interesados en disfrutar del misterio y de un juego que quiere ser más ligero y directo que otros títulos de la desarrolladora japonesa. Lo que fue entonces, sigue siéndolo ahora: un juego raro, melancólico y original que se atreve a ser diferente. Y en un panorama saturado de juegos homogéneos y remasterizaciones intrascendentes es algo digno de celebración.