La combinación de samuráis con un futuro distópico puede parecer en un principio bastante extraña, pero es justamente el trasfondo en el que se basa Red Ronin, y que además incluye un componente de traición en su historia. Desarrollado por Thiago Oliveira y Wired Dreams Studio, estamos ante un juego de puzzles y estrategia por turnos con niveles bien altos de violencia y sangre, haciendo que me sea inevitable no recordar la saga Hotline Miami de Devolver Digital.

Me gusta cuando un juego tiene una base jugable simple y es ágil. Cuando la acción directa prima sobre todo lo demás, sin rollos ni complicaciones. Puede que ese fuese uno de los motivos por el cual Hotline Miami está entre mis juegos favoritos de la pasada década, y la razón por la cual he disfrutado mucho de cada sacudida de katana que he tenido que dar en Red Ronin en las seis horas que me ha llevado completarlo.

A nivel visual tengo sentimientos fuertemente encontrados con lo que he podido experimentar mientras jugaba. Por un lado, el diseño de los personajes cuando se mantienen conversaciones me parece tremendamente plano y genérico, con un aire infantiloide que no le sienta bien, como si apenas se hubiese invertido tiempo en diseñarlos. Sin embargo, por otro lado los diseños empleados cuando pasamos a la acción me parecen muy bien enfocados y acertados, haciendo gala de un pixel art en mi opinión de muy buen gusto, en el que todo queda perfectamente definido y que permite seguir la acción sin problema alguno.

La parte más interesante es sin duda el gameplay, por el planteamiento que ofrece. Al tomar el control de Red veremos toda la acción desde una perspectiva cenital y los escenarios divididos en una cuadrícula cual tablero de ajedrez, basándose toda la acción en varias premisas. En primer lugar nos moveremos por turnos, teniendo en cuenta que el movimiento de Red es solamente en línea recta. Red se deslizará sin parar hasta que encontramos un obstáculo -en ocasiones mortales- o pared, en una suerte de versión cyberpunk del puzle del bloque de hielo que hemos visto en montones de otros títulos.

Así, cada vez que hacemos un movimiento los enemigos harán el suyo, aunque en su caso es casilla a casilla. En ese sentido puede recordar a más de uno a otros juegos indie como Crypt of the Necrodancer. El componente estratégico aquí es donde entra en juego, ya que será necesario tener cuidado y evitar finalizar el movimiento cerca de algún enemigo, o de lo contrario moriremos de forma instantánea. Tal y como sucedía en Hotline Miami, morir y continuar no se hace pesado, ya que no hay tiempos de carga ni apenas demora en volver a la acción.

Si en nuestra trayectoria hay algún enemigo, la katana de Red se encargará de despedazarlo y dejar sus buenos regueros de sangre y extremidades en pantalla, siendo la forma de terminar un nivel eliminar cuantos enemigos salgan a nuestro paso. Como es habitual, los niveles se irán enrevesando conforme avancemos, y para no caer en la monotonía tendremos dos movimientos especiales adicionales. Uno de ellos nos permite colocar en el escenario un cambio de dirección, mientras que el otro ralentiza la acción de los enemigos y nos abre la posibilidad de hacer dos movimientos en un mismo turno.

El uso de estas dos habilidades queda limitado, al tener que recoger sus usos en forma de items. Para rizar más el rizo, será posible combinar ambos para solventar ciertas situaciones. A pesar de que las combinaciones son en principio sencillas, ir eliminando enemigos se hace algo tremendamente satisfactorio, por la fluidez de la acción y la inmediatez de las acciones.

Si bien es cierto que la historia que plantea Red Ronin no es que invente la rueda y pueda quedar en segundo plano, hubiera agradecido que llegara traducido al castellano, aunque para disfrutar del juego para nada sea necesario enterarse de la misma. Por el momento el juego sólo está disponible en inglés y portugués.

En definitiva, Red Ronin me parece una propuesta bastante valiente por parte de Wired Dreams Studio, y sobre todo que se hace muy amena y llamativa desde el punto de vista visual. A los mandos funciona perfectamente, y si el tema del idioma no te supone mayor problema, te mantendrá pegado a la pantalla.

 


Este análisis ha sido realizado en Nintendo Switch mediante una copia cedida por QUByte Interactive