2018 nos dejó una obra más que interesante a los fans de los videojuegos de terror más clásico. Hablamos de Remothered: Tormentered Fathers, obra del estudio italiano Stormind Games. En este juego volvíamos al terror más clásico con una inspiración bastante clara, Clock Tower de Human Entertainment. El juego fue lanzado primero en PC, unos meses después en Xbox One y PlayStation 4, y finalmente la híbrida de Nintendo tuvo una versión en 2019. En Tormentered Fathers visitábamos la mansión de los Felton de la mano de Rosemary Reed, una terapeuta que quería reunirse con el anciano dueño de la mansión, Richard Felton, para saber más de la extraña enfermedad que lo aquejaba, y que pronto nos daríamos cuenta de que no era más que una excusa y que había otras razones más turbias detrás de esta visita. Ahora, después de algunos retrasos, nos llega la segunda parte de lo que se presupone una trilogía, Remothered: Broken Porcelain.

No es cuestión de contar la historia de Tormentered Fathers, tampoco es indispinsable para afrontar Broken Porcelain, su secuela que hoy nos ocupa. Además al comenzar el juego se nos cuenta un resumen del título anterior mediante un video -un texto en el caso de la versión de Switch-, con lo que más o menos nos ponen en situación. La acción comienza varios años antes de los hechos acaecidos en la mansión de los Felton, en el Hotel Ashmann Inn, donde el propietario del negocio, Stefano Ashmann acoge a huérfanas problemáticas del instituto femenino Flemmington para que trabajen en el hotel preparando habitaciones. Nuestra protagonista -que no la única- es Jennifer, una chica bastante problemática que no recuerda nada de su pasado y que pronto verá como todo a su alrededor se torna en una pesadilla.

Como en su primera parte, el desarrollo del juego se basa en explorar los escenarios para conseguir avanzar, pero siempre con la presencia de uno o más «perseguidores» que de dar con nosotros, podrán acabar fácilmente con nuestra vida, por lo que tendremos que escapar de ellos y correr para escondernos, usar el sigilo a la hora de explorar, o intentar enfrentarnos a ellos si no queda más remedio, aunque no será fácil. A diferencia de Tormentered Fathers, Broken Porcelain no es una aventura estructurada de principio a fin, sino que esta segmentada en diferentes tramos temporales de los que iremos saltando conforme avancemos y que argumentalmente nos presentarán hechos anteriores a la historia del primer juego, y hechos posteriores, actuando a la vez de precuela y secuela del primer título.

A pesar de que en determinados momentos controlaremos diferentes personajes, el personaje principal de la aventura es Jennifer, y es la que cuenta con el repertorio de acciones más completo. Básicamente Broken Porcelain sigue la fórmula y se juega como el primer juego, explorando con cuidado el mapeado, usando el sigilo y los escondites que nos proporciona el escenario, y buscando la forma de cumplir una serie de tareas que se nos irán presentando para poder avanzar mientras huimos de enemigos casi inmortales de los que nos debemos zafar, y que nos garantizan una buena dosis de tensión y algún susto de los buenos. Además Jennifer tiene, como novedad, un poder especial, el ojo de polilla, que nos permite hacer una especie de viaje astral para poseer algún personaje o alcanzar algún objeto, aunque su uso está enfocado en ciertos momentos específicos y nos da la sensación de estar bastante desaprovechado.

Hasta ahora todo parece correcto, volvemos a la fórmula del primer juego que tan bien funcionó, tenemos novedades como el uso de diferentes personajes por exigencias del guion, la estructuración en segmentos en diferentes momentos temporales, y un poder latente de nuestra protagonista principal aunque con un uso encorsetado al servicio del guion. La historia promete contestar a las preguntas que dejo en el aire la primera parte y cumple con ello, entonces ¿qué podría salir mal? La respuesta es sencilla: todo lo demás. Podemos ver la idea que Stormind Games tenía para esta entrega, pero no podemos mirar a otro lado al ver su nefasta ejecución. Todo el plano técnico es inexcusable, presentando un juego sin terminar ni testear, que por sus múltiples errores empaña una aventura que lo tenía todo para llegar a la buena crítica de su primera parte, pero que por momentos se hace injugable, y nos hará repetir varios tramos por errores ajenos a nuestro control.

Solo con ver las capturas que acompañan la reseña -de la versión de Switch- nos daremos cuenta que la calidad gráfica del título es ínfima, muy por debajo de la que la consola de Nintendo puede mostrar, incluso Tormentered Fathers tenía un apartado gráfico muy superior en la misma plataforma. Respecto a las versiones mayores, tampoco hay que tirar cohetes, aceptable en PC y con deficiencias en las otras dos consolas. Y si la baja calidad gráfica del título no fuera suficiente, hay que añadirle múltiples problemas técnicos de diversa índole, desapariciones de ítems y enemigos, congelamiento de estos últimos, enganchones en las esquinas, fallos severos de IA, control deficiente, cuelgues del juego, tiempos de carga demenciales, desincronización de la música, traducción al castellano llena de fallos, fallos aleatorios que hacen que eventos no se ejecuten, colección de bugs variados, y así podríamos seguir hasta mañana.

Remothered: Broken Porcelain podía haber sido mucho más. Si, la fórmula ya no es tan fresca como en Tormented Fathers -que no deja de ser una vuelta de tuerca de Clock Tower– pero hubiera funcionando bien a pesar de su encorsetamiento a la hora de afrontar un juego dividido en segmentos. Pero el problema no es de la fórmula, sino de su ejecución, desastrosa, regular en PC -lleva ya varios parches-, peor en consolas, y definitivamente ínfima en Nintendo Switch, la versión que hemos tenido el valor de jugar, y la que más demuestra que no se ha estado a la altura, ni en un apartado técnico de hace muchas generaciones, y ni en el desarrollo del juego, con una colección de errores, bugs, y algunos problemas de diseño que deja claro que al juego le faltaban meses de desarrollo, y no pocos.

Lo que iba a ser una trilogía parece haberse quedado en dos juegos, al menos argumentalmente, donde el juego si funciona, las preguntas que quedaron en el aire en la primera entrega, quedan respondidas de forma más o menos satisfactoria. Esto no significa que puedan abordar la historia principal de ambos juegos desde el punto de vista de algún otro personaje y se consiga rizar el rizo, pero si nosotros fuéramos los chicos de Stormind Games no pensaríamos en una tercera parte sin solucionar antes este desastre en todas las plataformas donde el juego ha sido lanzado, aunque les lleve meses de testeo y parches. Aun así, si te atrapó el primer juego y de verdad no puedes esperar, intenta jugar Broken Porcelain en PC -que tras varios parches el desastre es menor-, al menos podrás disfrutar la historia y una jugabilidad ya conocida pero que aún funciona para inspirar tensión y desasosiego.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Dead Good Media