Año 1989, un chaval afincado en Pamplona, adicto al Spectrum, sueña con llegar a ser como sus ídolos de la época, los creadores de ilusiones encapsuladas en juegos en casetes. Y para ello se dispone a programar una aventura conversacional, pensando en el futuro a treinta años que teníamos delante. Pero ¡AY! La vida se interpone y la obra quedó guardada en un cajón. Pues ya en ese futuro, dicho sueño termina cristalizando. Esto es Rescate 2019, de nuestro colaborador ocasional, Ricardo Oyón Rodríguez.
Ante todo, un poquito más de historia: el proyecto, diseñado para Spectrum ZX, llegó nada menos que a la preselección del concurso de aventuras conversacionales de la mítica revista Micro Hobby. Tras ello, el cajón la contuvo, pero como digo, los años la trajeron de vuelta justamente en la fecha profética de su título, y además para el Spectrum que tanto amaba su autor.
Se programó con la herramienta InPAWS, y apareció originalmente sin gráficos, como mandan los cánones del género. Fue una curiosidad bien recibida por la retro-scene española de este sistema y aficionados al género… o sea, unas 5-6 personas, que no hay mucha cantera para estas cosas. Pero coñeo al margen, el proyecto convenció bastante a quienes tenían callo y años, la aventura estaba bastante bien escrita, sus situaciones respondían bien a la lógica y se avanzaba de forma fluida, hablando en los términos de un aficionado a este género.
Pero como digo, el futuro llega. Y la versión que realmente estoy analizando no es ese primitivo e interesante proyecto -accesible por emulador para quien tenga curiosidad, aquí y por supuesto de forma gratuita-, sino una versión creada con la plataforma Adventuron, de Chris Ainsley. Con esta herramienta, las posibilidades mejoran enormemente no solo a la hora de introducir gráficos y sonido, sino aspectos como la integración con teclados actuales. Una aventura de esqueleto tremendamente clásico, con una mirada al presente y futuro en algo más que su argumento. Como no, también es gratuita, y aquí podréis jugarla en los dos capítulos que tiene actualmente sin ningún tipo de restricción ni limitación desde el mismo navegador del PC, e incluso, con teléfonos móviles, aunque aquí con la problemática que ofrecen estos trastos en navegación y temas de escritura.
Hablamos de argumento y de futuro, que ya es nuestro presente o pasado: como todo el mundo sabe, en 2019 las cosas son muy diferentes de finales de los años 80. Ahora los viajes espaciales y las colonias humanas están a la orden del día, se veía venir. Formamos parte de una pequeña nave, la Ganímedes, y nuestro grupo son los cuatro tiparracos que habéis visto arriba en la primera foto, o en la portada de esta entrada. Todo empieza tras completar un encargo, el transporte de un misterioso personaje conocido como ‘Pasajero Zero’. Todo parece tranquilo y los cuatro tunantes salen a celebrarlo, lo normal.
Tras una horrible resaca, nos toca juntar al grupo, solo para ver que las cosas se complican por algo más que compañeros resacosos y el silencio de nuestro ordenador central, Czerweny 2000 -Cher para los amigos-, privándonos de su acento argentino. Las situaciones divertidas y algo desconcertantes, van dando paso a una trama que nos llevará a varios planetas, que nos mete entre facciones y con un componente de suspense sci-fi que sabe hacerse interesante y nos motiva, sin necesidad de reinventar la rueda en trasfondo e ideas. Ahí tendríamos el primer pilar que sostiene a este juego, ambientación y momentos mil veces vistos, usados con buena mano y una narración a la altura para mantener nuestra atención y ganas de seguir profundizando.
En el género que estamos, en una aventura conversacional tan pura, el texto es vital. Y la narración y disposición de la historia están bien engrasadas. Pero también, el texto es lo que sustenta el cuerpo jugable, como bien saben los aficionados al género. Para quien no lo sea, una aventura de texto consiste en usar comandos y acciones escritas de forma directa, tecleando instrucciones directamente. Para los viejos del lugar, supongo que la película Big hizo mucho por alimentar nuestra imaginación. En mi caso, sirvió para arrojarme un cubo de agua helada cuando pude acercarme al género por mi mismo de forma plena.
Las aventuras de texto son el escalón anterior de las aventuras gráficas, y la fascinación por escribir directamente lo que queríamos hacer, se rompía en muchas ocasiones por no conseguir hacerlo y atascarnos continuamente. Como es natural, el sistema no va a aceptar todo lo que escribamos. La estructura para interactuar es muy sencilla, escribiendo un verbo en infinitivo con nombres y complementos indirectos en ocasiones. ‘examinar cama’, ‘preguntar a Jim’, ‘dar pesacado a gato’. Es sencillo escribir, pero es más complicado dar con los pasos que nos hacen avanzar. Para mí fue un género que no me convenció en su momento, pero Rescate 2019 sí lo ha hecho.
Lo primero, que la fusión ‘narración de cada escenario-instrucciones-ejecución y avance’ está bastante mejor diseñada que todo lo que sufrí en su momento. Y luego que como digo, Adventuron permite una mirada y adiciones a nuestro presente para mejorar el sistema de juego sin adulterarlo, solo enriqueciendo. Podemos movernos tecleando palabras, ‘este’, ‘oeste’, ‘norte’, ‘sur’, o solo la primera letra. Pero también, con flechas situadas en la parte superior derecha, no solo eligiendo direcciones, sino entrando y saliendo de estancias -por supuesto, para eso tenemos ‘entrar discoteca’, ‘salir puticlub’ si lo preferimos, que a mi me gusta mucho teclear lo que hago-. Y con gráficos, música y sonidos, acompañando a la enorme cantidad de textos.
El juego no es algo estanco, sino que durante el año pasado ha ido incorporando esas adiciones por la versatilidad que permiten estas herramientas. Al salir esto publicado, se ha añadido un mapa que se superpone en un lado de la imagen gráfica que vemos en cada localización, el pasado fin de semana. De hecho, las imágenes y hasta los sonidos ambientales y música se han ido adicionando al proyecto. Es decir, no es solo que los tres capítulos se lancen de forma escalonada -el segundo se lanzó las navidades pasadas-, sino que se incorporan añadidos a lo ya hecho en cada uno de ellos.
Entrando más en la aventura, tiene ciclo día-noche que modifica tanto las situaciones -locales abiertos o cerrados, personajes accesibles o no-, sino la condición de nuestro protagonista sin rostro, que va acumulando cansancio y hambre, y haciendo necesario comer y dormir. Esto me disparó las alarmas por mi infame recuerdo del Don Quijote de Dinamic y su puñetera mania de tener nutrido al ingenioso hidalgo, pero aquí no se putea de esa manera al jugador. De hecho, introduce también variables no solo a la hora de interactuar sino de meterse en la misma narrativa ¿Cuantos créditos vamos a gastarnos en alimentar a nuestro protagonista? ¿No nos hacen falta para otros menesteres?
El género no propone una entrada fácil, pide de nuestra parte que pongamos paciencia y cabeza. Es habitual que me queje de cristalizar opiniones y sensaciones con un número, y aquí el notable alto será tremendamente variable según el jugador. Incluso alguien habituado a las aventuras pero con poco conocimiento de este género podría frustrarse cuando no consigue mover un vulgar saco de patatas. Teclear instrucciones fallidas solo hace crecer la indignación.
Pero la aventura es buena, bastante buena creo yo. Hay un inventario, hay una sencilla exploración -ayudada por ese nuevo mini-mapa-, y no hay las mierdas habituales de irse de la ceca a la meca probando cosas, resolviendo algo en Minglanillas de Arriba para volver a Cascoporro de Abajo y seguir con la historia. Considero vital hacer el sencillo tutorial dentro de la Ganímedes no solo para habituarse al juego, sino para conocer un poquillo más al autor de la obra.
Porque el juego es una aventura de corte serio, una trama creciente de suspense, pero Ricardo no se priva de meter comedia y acidez, sumada a cierto… mmm ¿Como llamarlo? ¿Troleo? Sí, queda muy futurista usar este término. Y esas gotas de vitriolo se trasladan no solo a narrativa sino a algún momento jugable.
Pues estaremos atentos durante el año a la espera de ese tercer capítulo y lo que el señor Oyón RR Martin vaya añadiendo a los dos anteriores. Porque una vez conoces lo que tienes que hacer, se pueden completar bastante rápido, pero no los vais a completar bastante rápido, habla la voz de la experiencia.