Este análisis ha sido realizado en PlayStation 5 mediante una copia cedida por PLAION

Apenas faltaba un trimestre para el lanzamiento de Resident Evil 4 en GameCube cuando en la pagina web de Capcom se publicó que el titulo, que posteriormente iba a revolucionar las bases del Survival Horror, iba a dejar de ser exclusivo de la plataforma de Nintendo. Se encontraba ya en desarrollo una versión para PlayStation 2 que pisaría las tiendas a finales de 2005, solo unos meses después de su lanzamiento original en el pequeño Cubo de la compañía de Kioto.

La noticia fue una autentica bomba, pues se trataba de uno de los juegos más esperados del momento y además su propio director, Shinji Mikami, había prometido por activa y por pasiva que el juego jamás se publicaría en otras plataformas, llegando incluso a prometer que se cortaría la cabeza en publico antes de que eso ocurriera. Esta versión de PlayStation 2 fue solo el anticipo de muchas, pues Resident Evil 4 es uno de los juegos más porteados de la historia, pero también fue la que hizo correr más ríos de tinta y no solo por ser la primera en anunciarse.

La consola de Sony, a pesar de dominar el mercado con puño de hierro, era la plataforma menos potente de su generación y muchos dudaban de la capacidad de Capcom para ofrecer una versión solvente de Resident Evil 4 en PlayStation 2. Hubo numerosos recortes visuales, pero la desarrolladora japonesa hizo un importante esfuerzo para trufar esta versión de nuevo contenido que compensase estas limitaciones técnicas.

Uno de los añadidos fue Separate Ways, un nuevo modo de juego que se desbloqueaba al completar la aventura principal. En él, y para regocijo de los fans de todo el mundo, nos poníamos en la piel de Ada Wong a lo largo de seis capítulos que nos permitían obtener una visión complementaria de los hechos experimentados por Leon en su recorrido por la aldea dominada por Las Plagas. Se trataba en realidad de un modo bastante sencillo y de orientación arcade, una pequeña vuelta de tuerca a modos como 4th Survivor de Resident Evil 2 con el añadido de algunas nuevas secuencias de historia y documentos que arrojaban algo de luz sobre la misión de Ada en la aldea o el papel de Wesker en el asunto.

Cuando a comienzos de este año se lanza el colosal remake de Resident Evil 4 uno de los pocos puntos negativos que se le habían podido achacar a semejante retorno triunfal era precisamente la ausencia de este contenido añadido, además de la omisión de determinadas setpieces muy queridas del original, tal como el pasillo de los láser que homenajeaba al cine de acción de finales de los 90 y primeros 2000.

Pues bien, en Capcom han tomado buena nota de todas estas quejas y el regreso de Separate Ways no es menos brillante que el del juego original. Con él no se han conformado con traer de vuelta el mismo concepto de Separate Ways que pudimos disfrutar en 2005, sino que lo han expandido de forma notoria a todos los niveles. En esta ocasión la aventura de Ada tiene prácticamente empaque de juego independiente, con una duración de entre 6 y 8 horas y aun más contenido de historia que redondea y amplía la experiencia del juego base.

Eso sí, es necesario aclarar también que gran parte de los escenarios y enemigos son reutilizados, pero el ritmo, en parte heredero del espíritu arcade y directo del Separate Ways original, es altísimo y en ningún momento dejamos de enfrentarnos a nuevas situaciones. Sin embargo, también es justo mencionar que el nuevo contenido añadido para la ocasión es excelente e incluye el regreso de material del juego original que fue descartado en el remake —sí, como el pasillo de los láser— además de contenido inédito que se atreve incluso con una implementación del sigilo bastante más trabajada que la vista en Resident Evil 4 Remake o un nuevo enemigo que se convertirá en una pesadilla permanente a lo largo de todo nuestro periplo.

Esta inteligente y medida mezcla entre la reutilización de contenido sumado a los nuevos añadidos que buscan sorprender y completar lo visto en el juego original da lugar, en definitiva, a un producto que, por tan solo 10 euros, eleva y mejora de forma sustancial a un Resident Evil 4 Remake que ya era uno de los mejores juegos de 2023 y que, con este nuevo añadido, se coloca con facilidad entre los mejores de los últimos años. Con Separate Ways, Capcom nos ha brindado algo más que un DLC o una expansión, nos ha brindado algo equivalente a un nuevo juego. Y uno que no desentonaría al lado de cualquiera de los demás remakes de su famosa franquicia.