El Japón Feudal es un periodo de tiempo que siempre ha fascinado en occidente, y la industria del videojuego nunca ha sido ajena a esto. Desde el principio de este sector hemos tenido videojuegos ambientados en este periodo histórico, pero el género que posiblemente haya retratado mejor la ambientación, costumbres y estilo de vida del Japón Feudal ha sido el sandbox o juego de mundo abierto, y el máximo exponente de este que hemos tenido hasta la fecha ha sido Ghost of Tsushima que supo plasmar con acierto y cierto grado de fidelidad -tomándose sus licencias, por supuesto- la vida del Japón de 1274 durante la primera invasión mongola. Ahora el popular estudio Team Ninja -propiedad de Koei Tecmo– nos trae con Rise of the Ronin su primer sandbox y una nueva aproximación al Japón Feudal, en este caso en el ocaso de los samuráis.
La temática japonesa es casi una constante en los títulos del Team Ninja donde encontramos franquicias icónicas como Ninja Gaiden -a partir del título de la primera Xbox-, o las dos entregas de Nioh, aunque con Rise of the Ronin han entrado a jugar en otra liga, acercándose como sandbox mucho más a lo que un Assasin’s Creed o el propio Ghost of Tsushima representa a nivel de tratamiento de hechos históricos reales, pero sin olvidar el punto fuerte del estudio, la acción, con un sistema de combate muy bien desarrollado y bastante profundo como seña de identidad. Pero esta vez el Team Ninja también ha querido hacer su juego más ambicioso a nivel argumental con una historia ficticia que se desliza entre hechos históricos de suma importancia en la historia de Japón y que nos invita a ser parte activa de ellos.
La historia de Rise of the Ronin se desarrolla entre un periodo de tiempo comprendido entre 1853 y 1868 durante el Bakumatsu, el final del periodo Edo, que supuso la apertura de Japón al exterior, la caída del shogunato Tokugawa, la gran crisis, y caos social y político. Un periodo totalmente convulso que dio paso a la abolición del feudalismo y a la rápida industrialización de Japón. Nuestro protagonista, creado por nosotros al principio del juego y elegido entre la opción de ser el chico o la chica participará directa o indirectamente en estos eventos históricos afectando con nuestras decisiones -hasta cierto punto- en el devenir de la historia. Todo comenzará con un niño y una niña que corren huyendo de los asesinos del shogunato que están destruyendo su aldea cuando son salvados por la Togishi del clan Kurosu, líder de un grupo disidente que los acoge y entrena como Hojas Gemelas dentro de los Filos Velados.
Tras fallar una misión que da lugar a la presunta muerte de nuestra Hoja Gemela en manos del Demonio Azul, y que las fuerzas del shogunato hayan encontrado y destruido nuestro campamento, comenzará nuestra aventura como un ronin, un samurái errante sin señor, tras la pista de nuestra Hoja Gemela que al parecer aún sigue con vida. A partir de aquí nos espera un juego de rol y acción en un amplio mundo abierto -separado en tres grandes mapeados, como Ghost of Tsushima– compuesto por mucho campo, pequeñas aldeas y grandes urbes que acogerán muchos tipos de eventos y actividades como por ejemplo la toma de fotografías de monumentos, la búsqueda de gatos, restaurar el orden de cada distrito, eliminar fugitivos para las autoridades, etc. Las típicas actividades que de forma parecida hemos visto en otros muchos sandbox y que el Team Ninja no ha querido que falten en su juego, para lo bueno y para lo malo -por la sensación de repetitividad que pueden causar y tener que depender del mapa lleno de iconitos-.
Rise of the Ronin deja de lado la fantasía -relativamente- y nos sumerge en un Japón convulso donde iremos resolviendo entuertos y creando vínculos y alianzas con otros personajes -la mayoría personajes históricos reales- a los que además del aporte a la historia principal del juego, podremos ayudar en el desarrollo de sus propias historias, solicitar su ayuda para alguna misión secundaria -también podremos solicitar la ayuda de uno o dos jugadores online para estas misiones-, darle algún regalo o simplemente conversar para ir estrechando nuestro vínculo con ellos. Es una forma muy orgánica y bien desarrollada de ir participando e influyendo en el desarrollo de los eventos reales mientras nosotros mantenemos nuestra misión, y junto a la ambientación y el combate, lo mejor del juego. Para desplazarnos por los mapeados contaremos con un corcel, un planeador, y un gancho -bastante limitado- que también añade verticalidad al juego.
Sin duda lo que más nos ha gustado de Rise of the Ronin ha sido su adictivo y completísimo sistema de combate, posiblemente el mejor diseñado nunca por el Team Ninja, sencillo de entender, fácil de usar, pero complejo de dominar gracias a sus cientos de variantes al poder usar armas de diversa índole en combinación con muchos estilos de lucha que iremos aprendiendo y dominando, y que cambiarán totalmente nuestra forma de luchar. Aquí los combates no consisten en aporrear los botones, sino que será de vital importancia reducir el Ki de nuestro rival mientras controlamos el nuestro, pues este descenderá con cada golpe, bloqueo o esquiva, y por supuesto recibiendo daño. La idea es que el Ki del enemigo se agote para poder desencadenar demoledores ataques, que pueden llegar a ser finales e incluir desmembramientos. Pero si la táctica a la hora de afrontar un combate es tan importante, la habilidad en la ejecución del contraataque no lo es menos, pudiendo otorgarnos una gran ventaja o dejarnos vendidos.
Visualmente Rise of the Ronin nos deja un poco fríos. No es que haya nada malo que comentar respecto a los gráficos o al arte del juego, pero la inevitable comparación con el título de Sucker Punch no le hace ningún favor en este aspecto. Destacan las ciudades como Yokohama, Kyoto o Edo que por diseño, detalle y composición lucen realmente bien y resultan de lo más interesante, mientras en el campo todo se desluce mucho más -aunque posiblemente este Japón rural sea más realista que el propuesto en Tsushima-. Lo que no falla es el rendimiento, que con el sistema de combate tan dinámico, la estabilidad y fluidez conseguida es indispensable aunque en alguna pequeña ocasión notaremos alguna bajada de frames. Por supuesto tendremos varios modos a elegir para priorizar calidad, rendimiento o trazado de rayos. En el apartado sonoro tenemos melodías de cuerda y viento clásicas japonesas que nos acompañarán durante nuestras aventuras y que escalarán con percusión en momentos de tensión.
Rise of the Ronin además de ser el primer juego de mundo abierto del Team Ninja, es posiblemente su título más ambicioso hasta la fecha, y si bien han conseguido resolver varios apartados de forma francamente acertada como el combate, la historia y su narrativa dentro de un periodo histórico real, y una ambientación muy bien conseguida, en otros apartados como la implementación del mundo abierto o el apartado visual han tirado por la vía fácil, con unos mapeados que nos recuerdan demasiado a Assassin’s Creed o Ghost of Tsushima con su mapa lleno de iconos -tampoco pedimos un The Legend of Zelda: Breath of the Wild/Tears of the Kingdom o un Elden Ring, pero si algo más orgánico-, y con un nivel técnico y visual que no costaría adaptarlo a la generación anterior. A pesar de esto, Rise of the Ronin sigue siendo un juego muy recomendable, y sus aspectos positivos sin duda invitan a jugarlo y a disfrutar su combate y la evolución de su historia dentro de hechos reales, que son realmente brillantes.