Aunque hace ya varios meses que Risen se lanzó en Nintendo Switch, Xbox One y PlayStation 4, con una versión similar a la original de PC y Xbox 360 de 2009, en 33bits no queríamos perder la oportunidad de reseñarlo, sobre todo después del lanzamiento de Gothic Classic y Gothic II Complete Classic para Nintendo Switch que además analizamos recientemente. Es evidente que THQ Nordic quiere sacarle partido al estudio germano Piranha Bytes y sus franquicias, porque este 2023 ya nos hemos juntado con dos versiones de la franquicia Gothic y una de la franquicia Risen, además del remake del primer Gothic que esta programado para 2024 pero lo desarrolla el estudio español Alkimia Interactive.

Para el usuario que no conozca Risen, podemos decir que es un RPG de acción desarrollado por el estudio Piranha Bytes y lanzado en PC y Xbox 360 en 2009. Era el primer juego de una nueva franquicia después de que el estudio pasara casi una década enfocado en la franquicia Gothic. Después de Risen llegaron dos entregas más, Risen 2: Dark Waters y Risen 3: Titan Lords en 2012 y 2014 respectivamente. A pesar de iniciar una nueva franquicia, Risen es bastante continuista y basa su estructura jugable y narrativa en los títulos anteriores del estudio germano.

La historia empieza con un héroe sin nombre -como no podía ser de otra manera- que viaja de polizón en un barco junto a una mujer. En ese mismo barco viaja el mago Mendoza, líder de la Inquisición, que inicia un combate con un monstruo marino -un titán- y al no verse capaz de vencer huye cobardemente dejando el barco a merced del monstruo que lo destruye inmediatamente. Despertaremos en una playa, y pronto comprobaremos que nuestra acompañante, Sara, esta ilesa también. Aquí comenzará la aventura de nuestro héroe teniendo que investigar la isla de Faranga, unirse a una de las tres facciones que dominan la isla y en última instancia descubrir el secreto del fenómeno llamado «Risen» que amenaza con destruirlo todo.

Como si de los dos primeros Gothic se tratase, volvemos a tener una historia donde cada decisión cuenta, y en función de estas podremos llegar a uno de los múltiples desenlaces que tiene el juego. Vuelven las tres facciones, en esta ocasión magos, inquisidores, y bandidos, y depende de la facción a la que decidamos unirnos, nuestro personaje se orientará a una clase u otra. Cada facción tendrá sus cadenas de misiones aparte de la misión principal, que es la relacionada con el «Risen», y que evoluciona independientemente a la facción que elijamos.

La isla de Faranga donde se desarrolla la aventura, esta formada por varias zonas bastante diversas, creando un gran mapeado abierto pero con la «limitación» del nivel de nuestro propio personaje, si nos metemos en una zona de nivel alto sin estar preparados encontraremos la muerte más pronto que tarde. Nuestro personaje podrá especializarse en una clase u otra en función de la facción elegida y a través de las habilidades que conseguiremos con puntos de experiencia. También habrá profesiones en las que podremos especializarnos y subir de nivel de estas. El sistema de combate consta de ataques, bloqueos y esquivas, nuestro héroe puede usar espadas, arcos o magia, y será más efectivo con unas u otras según su clase.

El control se ha mejorado bastante desde los Gothic, algo que no es difícil pues este ha sido uno de los puntos más flojos de la franquicia anterior, y como no podría ser de otra forma, la narrativa, el diseño de misiones, y la toma de decisiones con sus respectivas consecuencias vuelven a ser los puntos fuertes de Piranha Bytes perfectamente implementados en Risen. Destaca la estética de «realismo sucio» donde la ambientación medieval se aleja de los estereotipos de caballeros de brillante armadura e imponentes castillos para mostrarnos una ambientación más mundana y en cierto modo, realista.

Audiovisualmente Risen es básicamente una versión del juego que fue lanzado en 2009, ni más, ni menos. No hay que esperar nuevas texturas, nuevos efectos gráficos o una nueva iluminación, el trabajo gráfico adicional realizado es nulo, más allá de la mejora en resolución y rendimiento debido a la potencia extra de los sistemas actuales, aunque en el caso de Switch si adoleceremos de un framerate poco estable en algunos momentos, sobre todo por el hecho de no estar limitado y que este suba o baje libremente, nada demasiado molesto pero que si se nota. Aunque Risen en su día tampoco destacaba por su belleza o su arte, la verdad es que en algunos puntos de su mundo abierto conseguía unos buenos paisajes que todavía lucen aparentes catorce años después.

A diferencia de lo que pudimos decir respecto a Gothic Classic, donde si le quitábamos el valor nostálgico, una versión actual pierde su razón de ser por sus carencias jugables -el control súper tosco y arcaico-, en Risen tenemos la suerte de que no pasa eso, y el gameplay y diseño del juego, aunque se notan los años, sigue funcionando bien a día de hoy. Y aunque el control de nuestro protagonista sigue siendo mejorable, la verdad es que si no disfrutamos del juego original en 2009, sigue siendo totalmente disfrutable e incluso recomendable ahora. Risen se lo debe todo a Gothic, coge el diseño y la narrativa de de los dos primeros Gothic y los une con la amplitud de la tercera entrega formando uno de los RPGs más interesantes de su generación a pesar de pasar bastante desapercibido. Ahora tenemos la oportunidad de remediarlo.