Rune Factory: Guardians of Azuma es la última iteración en forma de spin-off de lo que a su vez era una saga spin-off de Harvest Moon, si bien ha sabido no sólo buscar su hueco sino crear su propia identidad y hacerse valer por sí misma. Veamos qué nos ofrecen en esta ocasión los chicos de Marvelous.
Pero antes de empezar y, como en ocasiones ocurre con algunas sagas, sobre todo provenientes de Japón, vamos a aclarar un poco dónde se sitúa Guardians of Azuma y qué relación tiene con Harvest Moon, Story of Seasons, y Rune Factory. En 1996 Yasuhiro Wada, diseñador de Marvelous, quiso crear un juego diferente, y con Harvest Moon dio el pistoletazo de salida al género farm-life sim o simuladores de vida en una granja. Natsume fue la distribuidora que, bajo el título Bokujö Monogatari, lo lanzó en Japón en Super Famicom.
El juego fue un éxito y, tras el lanzamiento en Nintendo 3DS de Harvest Moon 3D: A New Beginning, en 2014 Marvelous decidió publicar su franquicia directamente en occidente pero se encontró con un problema: Natsume tenía registrado el título Harvest Moon así que Marvelous no podría lanzar ningún Harvest Moon en occidente… al menos con ese título.
Así que, ni cortos ni perezosos, Marvelous continuó sacando entregas de Harvest Moon… simplemente con un cambio de nombre, y así la saga pasó a llamarse en occidente Story of Seasons. Efectivamente, aquellos que quieran seguir la senda “oficial” de la saga, a partir de la entrega mencionada de Nintendo 3DS, deben hacerse con los Story of Seasons y no con los siguientes títulos llamados Harvest Moon publicados por Natsume y no exentos de cierto debate al respecto de su calidad.
Mientras tanto, y ajena a todo esto, Rune Factory nació en 2006 bajo el desarrollo de Neverland como un spin-off de la saga principal que era, en palabras de sus propios creadores y en resumidas cuentas, “un Harvest Moon con mazmorreo”. Lo curioso de todo esto es que el nombre Rune Factory no estaba en posesión de Natsume así que no ha recibido ninguna variación y lo que era un spin-off de Harvest Moon es ahora un spin-off de Story of Seasons, simplemente.
Y por fin llegamos a Guardians of Azuma. Rune Factory tuvo cuatro entregas numeradas desarrolladas por Neverland, así como una no numerada pero considerada parte de la saga principal Rune Factory subtitulada “Tides of Destiny” y, como última entrega, la titulada Rune Factory 5 lanzada en 2021 desarrollada por otro equipo interno de Marvelous. En 2023 Marvelous anunció que lanzaría dos nuevas entregas de Rune Factory, una continuación del sistema y ambientación medieval europeo tradicional, un posible Rune Factory 6, y por otro lado, otro distinto, probando nuevas mecánicas, y con una ambientación totalmente distinta al resto de la saga: Guardians of Azuma.
Son múltiples las diferencias que destacan este Guardians of Azuma de los Rune Factory clásicos, siendo el más evidente y que entra por los ojos nada más verlo, el de la ambientación, pero también tienen un aspecto en común importante: la búsqueda de un equilibrio entre el rol y la acción, la simulación social y, por supuesto, la construcción y gestión de granjas.
La historia nos pone en la carne de un danzaterra, que podremos configurar ligeramente entre un personaje femenino u otro masculino, nombre y fecha de nacimiento y, esquivando los destripes, justo tras una cinemática cuya naturaleza se desvelará más adelante, nos despertaremos en el templo de un dragón al lado de un enorme agujero en el techo.
No tardaremos nada en ser receptores de diversas peticiones que funcionarán a modo de tutorial y nos servirán para conocer los pormenores de las diversas opciones jugables que aquí se mezclarán y cómo llevar todas a cabo. Y lo cierto es que la historia no nos va a sorprender ni se han preocupado mucho de salirse de lo más típico del género, ni se pretende. La historia está ahí como elemento para darnos un motivo para ir avanzando en la exploración, combates, recolección, interacciones sociales y, sobre todo, el desarrollo de las aldeas.
Y es que comenzaremos revitalizando la aldea en la que nos encontramos al comienzo, para ir utilizando nuestras habilidades en otras tantas, todas ellas directamente relacionadas con una de las cuatro estaciones del año.
Comenzaremos en Primaveria, donde los árboles están marchitos, la zona de desarrollo es un erial, y la diosa de la aldea ha perdido su poder. A medida que nuestras danzas revitalicen la flora de la zona y vayamos construyendo y sembrando, la diosa irá recuperando su poder y dotándonos de su favor.
En estas zonas de desarrollo podremos trabajar desde la perspectiva del propio personaje o desde una perspectiva aérea en la que, si estamos jugando en la Nintendo Switch 2, podremos utilizar el modo ratón de sus Joy-Con. Y a medida que se hagan mayores, tengamos más aldeanos y producción, podremos ir asignando aldeanos a tareas como siembra o recolección o a regentar distintos negocios para automatizar parte del proceso.
Y esta es la mecánica jugable a la que vamos a dedicar, seguramente, más tiempo. Más que a recolectar, combatir, explorar o cultivar y reforzar nuestras relaciones.Guardians of Azuma tiene todos esos elementos en cantidad suficiente para que sean disfrutables y relevantes, pero seguramente las zonas de desarrollo y su gestión se llevarán la mayor parte de nuestra atención.
Desde el punto de vista audiovisual nos encontramos algunos contrastes en este Guardians of Azuma. El apartado sonoro recuerda en su mayoría a melodías tradicionales japonesas, aunque en zonas exteriores de exploración de repente cambian a un tipo de melodía más épica y sin esos toques, lo cual queda algo extraño en algún momento. Ocurre algo parecido con los gráficos, con unos edificios y objetos y, sobre todo, unos personajes diseñados con mucho gusto por el detalle, para luego mostrarnos un escenario que se nos antoja demasiado sencillo y con texturas de una resolución bastante baja para los estándares actuales.
En conclusión, Rune Factory: Guardians of Azuma cumple lo que promete con buena nota. Tiene algunos aspectos con margen de mejora como una mayor coherencia en la banda sonora y en los gráficos con escenarios que no están a la altura de los personajes y tal vez una historia que, si bien ya sabemos todos que es una mera excusa, nos otorgue algo más de emoción, pero quitando esos detalles, el juego nos ofrece una ambientación cuidada, unos personajes muy carismáticos y una combinación de mecánicas jugables que satisfarán a todos los aficionados a la saga.