Si algún despistado no conoce aún a Shin chan, brevemente podemos decir que es un personaje de manga creado por el mangaka japonés Yoshito Usui. El manga, titulado Crayon Shin-chan, comenzó a publicarse en 1990 y sigue publicándose en la actualidad. También dio el salto al anime en 1992 y como no podía ser de otra forma en 1993 se publicó el primer videojuego de Shin chan, que desde entonces ya cuenta con más de 25 títulos en diferentes sistemas.
Shin chan: Nevado en Carbónpolis sigue la estela de Shin chan: Mi verano con el Profesor – La semana infinita aunque cambia de desarrollador, de Millennium Kitchen al estudio h.a.n.d. -Hokkaido Artists’ Network and Development- que han sabido mantener la misma esencia del juego de 2022.
En Shin chan: Nevado en Carbónpolis buscaremos insectos, plantaremos verduras, hacemos amigos, cocinamos comida, creamos inventos y mucho más. Haremos todo lo que un niño sueña. Estamos ante un título donde tendremos dos mapas considerablemente grandes que explorar y un montón de personajes con los que hablar. Para ello, el título cuenta con un sistema de días, que harán que eventos vayan ocurriendo en uno u otro mapa. Estos mapas son el pueblo de Shin chan, Akita, y Carbónpolis, una ciudad minera cercana.
Aunque el tema de los días es interesante, el juego trae un sistema de ciclos con día, tarde y noche. Este sistema no está muy aprovechado y no le sacan mucho jugo. Algunos animales que podemos capturar solo salen a la noche, y algún evento necesita de la falta de sol, pero no es suficiente a mi parecer.
Pero bueno, capturar insectos con nuestra red, pescar bichos acuáticos con la caña y plantar diversos vegetales es lo que hemos venido a hacer. El pueblo nos sirve para esto, y poco más. Por otra parte, en la ciudad de Carbónpolis podremos cocinar platos, hacer inventos y unos pocos minijuegos más. Cada uno está bien integrado y se complementan bastante bien.
Sin embargo, tengo que avisaros de que trata el juego. Las misiones son todas basadas en misiones de recadero, por lo que si esto no os congratula, no creo que Shin chan: Nevado en Carbónpolis os guste. Personalmente, he disfrutado mucho de explorar y capturar animales a mi rollo, bastante más que de las misiones. No me malinterpretéis, el juego está hecho con mucho cariño, y las misiones y las personas que nos las mandan tienen encanto, pero este estilo de juego se convierte repetitivo a la larga.
La historia del juego no es en absoluto su plato fuerte. Aunque habrá eventos que afectarán a la historia, nada de ello es importante. Lo fundamental será hacer esas misiones que el juego plantea, y para que ocurra algo tendremos que estar bien entrados en el título. Si buscáis un juego con una historia elaborada, Shin chan: Nevado en Carbónpolis no es lo que estáis buscando
Muchas de estas misiones requieren de objetos que iremos encontrando, y aunque no he tenido la sensación de que hacía falta farmear constantemente, también ha sido porque he intentado hacer una buena cantidad de misiones secundarias, con las recompensas que estas ofrecen. Muchas de las llamadas misiones secundarias no lo son tanto, y puede que esto eche para atrás a más de un jugador. De todas formas, siempre he querido volver al de unas pocas horas de jugar, algo que no me pasa con todos los juegos.
Además de las mecánicas antes mencionadas, el juego nos trae un minijuego bien entrada la historia, en forma de carreras de vagonetas. Las carreras son muy divertidas y ojalá hubiera más y se desbloquearan antes. Mucho de lo farmeado lo usaremos para mejorar la vagoneta y hacer mejores tiempos. De hecho, el título se presta a que hagamos el 100%. Capturar un animal es una absoluta fantasía, desde los sonidos hasta el dibujo, pasando por la información que se apuntará en nuestro libreto. Dan ganas de salir a la calle e imitar lo que ocurre en el juego.
Esto me lleva a hablar de los gráficos. Shin chan: Nevado en Carbónpolis es un juego precioso. No solo los modelados de los personajes son preciosos, si no que los escenarios parecen directamente paisajes en acuarelas -si es que no lo son-. Absolutamente todo está mimado y da gusto verlo. Por poner otro ejemplo, cuando cocinamos en Carbónpolis o en casa de Shin chan veremos imágenes de lo cocinado, y es tan bonito que dan ganas de comérselo ahí mismo. Lo dije en el avance y lo digo ahora: solamente por lo bonito que es merece la pena.
La música y sonido no están al nivel del anterior apartado. No fallan, pero la música no me ha entusiasmado y los sonidos, aunque adorables, tampoco son nada del otro mundo. Por si fuera poco, el doblaje al español brilla por su ausencia, y sinceramente el juego pierde bastante enteros por ello.
En resumen, Shin chan: Nevado en Carbónpolis es café para los más cafeteros. El estilo de juego que propone tiene un público muy específico, y ellos lo saben. Si os apetece un juego donde relajaros y capturar animales para hacer un álbum, estáis en el lugar correcto. Pero si lo que os apetece es un juego con una gran historia, este Shin chan no va a cubrir vuestras expectativas. Este juego es como un verano cuando eras niño: puede ser divertido, pero hay que amoldarse a él.