Hace apenas 9 meses llegaba a PlayStation 4, PlayStation 5 y PC un beat’em up que daría mucho que hablar. El estudio parisino Sloclap nos presentaba Sifu, un juego de acción con continuos combates tan elegantes como exigentes, y todo esto aderezado de una historia de venganza -bastante típica a decir verdad- y de unas mecánicas roguelite aplicadas de una forma muy interesante, y que enriquece la mecánica central de la muerte y su respectiva penalización en la edad. Este eje central que condiciona todas las facetas del juego es más fácil de entender una vez dentro del juego que de explicar, pero vamos a intentarlo.
Sifu, que en cantonés significa «maestro» -aplicado especialmente a las artes marciales-, nos presenta una historia de venganza que comienza con un prólogo donde aprenderemos las nociones básicas del combate controlando precisamente a nuestro enemigo Yang. Esta suerte de tutorial acabará con nuestro maestro mordiendo el polvo y con Yang dando la orden a sus secuaces de acabar con nosotros que aún somos un niño, cosa que ocurre, aunque por medio de un medallón que poseemos volveremos a la vida, aunque pagando un alto precio, envejeciendo un año. Después de este prólogo, la acción se sitúa varios años después, cuando nuestro héroe ya tiene 20 años y está preparado para cobrarse su venganza.
Así que comenzando en nuestro propio dojo-vivienda, podremos realizar varias acciones como entrenar, ver un panel con información de los enemigos y coleccionables de cada nivel, cambiar de indumentaria -si desbloqueamos nuevos trajes-, y acceder a los niveles donde trascurre la acción y donde nos tendremos que enfrentar contra los cuatro secuaces de Yang y finalmnete dar cuenta de él. En cada nivel avanzaremos sin demasiadas complicaciones -camino único- enfrentándonos con todo enemigo que nos salga al paso, que serán bastantes y no todos tan sencillos de eliminar. Hay varias estatuas repartidas por cada nivel que nos permitirán acceder a la pantalla de mejoras y al árbol de habilidades -de otra forma es imposible, salvo en caso de morir o en nuestro dojo, donde si podremos acceder al árbol de habilidades-.
La mecánica de envejecimiento funciona de la siguiente manera: cada vez que se agote nuestra vida, podremos elegir entre acabar la partida o volver a la vida con el coste de un año de edad. Así pues cuando muramos por vez primera, si elegimos revivir nuestra edad será de 21 -empezamos en 20- y podremos morir muchas veces, hasta que nuestra edad sea de 70 años -con esta edad ya no podremos jugar más-, por lo que debemos intentar acabar el juego lo más jóvenes posible, porque envejecer también tiene consecuencias. No es ya que nuestro aspecto físico cambie en consonancia con nuestra edad, sino que cuanto mayores seamos los ataques enemigos nos causarán más daño, pero también nosotros causaremos más daño a los enemigos.
Por supuesto existe una forma de reducir varios años de edad, comprando la reducción de años en la pantalla de mejoras con los puntos que obtenemos de los combates. En esta pantalla de mejoras también podremos comprar otras mejoras de vida, de concentración, de durabilidad de las armas, hasta cierto límite de cantidad y un límite de edad, por lo que hay mejoras que solo se podrán empezar a adquirir de joven u otras que estarán disponibles a partir de cierta edad. Además de las mejoras tenemos las habilidades de combate, que comprarlas nos permitirá su uso en dicha «vida» y perderemos al morir, sin embargo si las compramos 5 veces pasarán a ser permanentes para el resto del juego. También hay que tener en cuenta de que empezaremos cada nivel con la edad con la que acabemos el anterior.
Pasando a comentar la jugabilidad propia de beat’em up, Sifu nos permitirá golpear con un golpe rápido y otro fuerte, un movimiento de esquiva, y otro de bloqueo. La combinación de los golpes rápidos y fuertes nos permitirán realizar algunos combos, y con ciertas combinaciones de dirección podremos hacer otros ataques de empuje o de barrido. También tendremos habilidades que podremos usar si las hemos comprado para esa vida -o si ya las tenemos de forma permanente-. Todo el combate es muy estético pero a la vez exigente, y representa muy bien los combates de artes marciales de las películas del género clásicas. Además, los escenarios estarán llenos de objetos que podremos usar como arma y sufren algunos daños como consecuencia de nuestras peleas.
En el apartado audiovisual debemos decir que como siempre, la versión de Switch requiere sacrificios, y en este caso el apartado artístico del juego ha ayudado y mucho en que la perdida de calidad no sea muy acentuada. Quizá se puede reprochar el uso abundante del efecto de grano de película que si bien le da un toque muy cinematográfico al juego, en algún momento parece que se les ha ido la mano con él. De rendimiento podremos disfrutar de unos 30 frames por segundo bastante estables con algunas caídas eventuales, y hay que mencionar también que los tiempos de carga son un poco elevados. No es el mejor port para Switch que hemos visto últimamente –Nier Automata, Persona 5 Royal, No Man’s Sky…- pero Sloclap se ha tomado su interés y lo ha hecho bien.
Sifu fue una de las sorpresas del año y ahora hace su camino hasta Nintendo Switch en una versión más que correcta. Tenemos los consabidos sacrificios en calidad visual y rendimiento a cambio de poder jugar este exigente beat’em up en cualquier parte. Más allá de la adaptación al hardware de Nintendo nos espera un juego de acción bastante técnico, exigente y de bella plasticidad en su ejecución. Con tres niveles de dificultad, un uso de mecánicas roguelite muy bien implementadas, y una mecánica de muerte-envejecimiento que nos obligará a dominar el juego lo mejor posible para morir lo mínimo posible, pero a la vez planificar si es recomendable envejecer por las mejoras disponibles en edades avanzadas. Sifu es una experiencia que todos los amantes de los beat’em up deberían disfrutar.
Este análisis ha sido realizado en Nintendo Switch mediante una copia cedida por Cosmocover