No os voy a contar una batallita sobre por qué cualquier cosa que tenga que ver con la música captaría inmediatamente mi atención, más que nada porque no es el momento ni el lugar de recordar los traumas personales del redactor. Estoy aquí para hablaros de Symphonia, un juego desarrollado por Sunny Peak que podríamos calificar de «especial», pero en el buen sentido. ¿Por qué en la introducción ya lo califico de especial? Pues verás, paso a hablar de ello.
Lo primero que llama la atención de este Symphonia es su apartado artístico, no sé cuántas veces lo repetiré a lo largo de este análisis pero es precioso y eso no se puede negar. Tendremos una cinemática inicial en la que se nos narra que la música tiene es como la fuente de vida de la ciudad titular y posteriormente nos pasa a contar que un día desaparece la orquesta de la ciudad. Y tras esta cinemática inicial en las que nos presentan a Philemon, un violinista, se acabaron los textos. Al menos en las escenas.
En el juego los únicos textos que encontraremos son unos carteles que sirven de tutorial indicando las habilidades de nuestro personaje. Se ha hablado mucho de tutoriales perfectos y como se debería hacer para que el jugador no sea tratado como tonto. En mi opinión, el tutorial de Symphonia podría ser calificado como uno de ellos en el futuro. Si no quieres leer no pasa nada por saltarlos, ya que el control de Philemon es completamente intuitivo y tan simple que en cinco minutos ya te habrás hecho a la idea de como controlarlo sin ningún problema.
Algo que hace bastante bien el juego, es contarte la historia sin necesidad de un solo cuadro de dialogo. Todo está contado por escenas sin voz ni texto, en la que la música juega un papel fundamental. Es una apuesta bastante arriesgada, podría haber sido todo un caos o difícil de entender, pero por suerte está todo perfectamente diseñado para no tener que hacer nada que no sea admirar el hermoso trabajo artístico de las mismas.
Los escenarios son otro de los grandes protagonistas de este juego. Visualmente son una delicia y bastante desafiantes. Para que tengáis una idea aproximada, algunos segmentos pueden rivalizar de tú a tú con algunos niveles de Celeste. La precisión que necesitas para algunos saltos es milimétrica, un solo pixel de error puede significar la diferencia entre la vida y la muerte, puesto que nuestro personaje es un violinista, no un guerrero, lo que significa que con un solo golpe, estamos muertos.
Estoy hablando mucho de los escenarios, pero ¿Qué pasa con los enemigos? Fácil, no hay. Symphonia es un juego en el que no matas a nadie. No es un juego en el que tengamos que ir acabando con enemigos para avanzar, aquí nuestro enemigo es el propio escenario. Algunas secciones desesperan y otras… bueno, otras también. Pero no temáis que Philemon maneja el violín con maestría y no hay que preocuparse. Aunque en un análisis no podáis hacerlos clara una idea de como usar el violín para abriros paso en este exigente plataformas, os puedo prometer que dentro del juego, todo se siente orgánico y rápidamente os haréis a los mandos.
Hay diversos coleccionables distribuidos por el mapa, que sirven para añadir un desafío extra. Algunos nos servirán para obtener mejoras para nuestro personaje. Todos ellos están perfectamente integrados en el propio mundo. Por ejemplo, uno de ellos son notas musicales que se van añadiendo a un pentagrama. Algunos son verdaderamente complicados de obtener, así que no puedo decir que os espera una sorpresa si lográis haceros con todos, porque a mi me faltan unos cuantos y no sé cuántos intentos más me llevará conseguirlos. Pero el desafío de lograrlo está ahí para el que quiera intentarlo.
¿Vale la pena jugar a Symphonia? Eso es algo que debería de decidir cada uno por si mismo. El apartado visual es una maravilla, el control de nuestro protagonista es bastante preciso y responde con excelente rapidez a la hora de hacer cualquier maniobra complicada. Los duetos con los demás miembros de la orquesta son una delicia audiovisual. La historia está bastante bien contada en la forma que han elegido darle, lo cuál siempre es un plus.
Si bien se podría sacar alguna pega, aparte de su excesiva dificultad en algunas partes, es su corta duración. En unas tres o cuatro horas podrías estar frente a la pantalla de créditos. Así que por pedir, no estaría mal que en el futuro añadieran algún DLC para ampliar la experiencia. Aunque bueno, hay una sorpresa por terminarlo que prefiero no estropearos y dejar que descubráis si os lanzáis a la aventura de ayudar a Philemon a encontrar la orquesta desaparecida.
Symphonia está disponible desde el 5 de diciembre en PC, Xbox One, Xbox Series X|S, PlayStation 4, PlayStation 5, Nintendo Switch.