En 2013 llegaba al mercado Brothers: A Tale of Two Sons, una pequeña producción del estudio sueco Starbreeze Studios distribuida por la editora 505 Games. Su destino inicial fue las tiendas digitales de PlayStation 3, Xbox 360 y Steam, y tuvo una buena acogida de ventas y sobre todo entre la crítica -incluso ganó un premio BAFTA-. Desde entonces el juego ha recibido versiones y remasterizaciones en diversos sistemas como PlayStation 4, Xbox One, Nintendo Switch, o smartphones entre otros. Sin embargo, para el salto a las nuevas plataformas, 505 Games -actual dueña de la IP desde 2015- y el estudio italiano Avantgarden han decidido crear un remake del título original renovando completamente el apartado audiovisual pero respetando al máximo el desarrollo de la historia y la jugabilidad del juego clásico.

Si ya has jugado a Brothers en cualquiera de sus versiones anteriores, probablemente prefieras ir directamente al final de la reseña para saber más del nuevo apartado audiovisual del juego, ya que lo demás se ha mantenido casi intacto, pero si aún no habéis probado el juego, os explicaremos por que lo debéis jugar, aunque os advertimos, Brothers es un juego cuya apariencia engaña y su PEGI 16 esta más que justificado. Esta es la historia de dos hermanos, Naia y Naiee y tampoco importa, solo sabemos que la madre murió ahogada estando con el hermano pequeño -lo que le ha provocado miedo al agua- y el padre ha caído gravemente enfermo y morirá si no se le administra «el agua de la vida». Aquí empieza el fantástico y trágico viaje de los hermanos para conseguir el remedio que salve a su padre de una muerte segura.

Como hemos dicho tenemos dos hermanos, el mayor, más serio y responsable y el menor, más alocado y travieso. Sus personalidades están muy marcadas y comprobaremos continuamente durante el desarrollo del viaje. La edad también importa y esto esta muy bien implementado en varios de puzles contextuales que nos iremos encontrando en todo momento, donde un hermano será capaz de realizar unas acciones y el otro otras -impulsar al otro hermano hasta un saliente o pasar entre barrotes por ejemplo-, o también en la iteración con NPCs que cambiará de un hermano a otro dado el carácter de cada uno. Pero independientemente de que cada hermano tenga algunas habilidades distintas, esto solo cuenta en el contexto narrativo, ya que en todo momento jugaremos con ambos personajes y ambos serán necesarios para avanzar.

Este tipo de jugabilidad colaborativa acompañada con una buena narrativa nos va a recordar irremediablemente a éxitos como A Way Out o It Takes Two, y tiene todo el sentido del mundo porque Brothers fue el primer videojuego de Josef Fares, también director de los otros dos títulos, aunque lo que realmente diferencia a Brothers con sus títulos posteriores es que si esta diseñado para poder ser disfrutado por una sola persona manejando a los dos hermanos de forma simultánea en tiempo real. Este control dual en tiempo real exige una simplificación de los controles que se resume en que cada hermano se moverá con uno de los sticks analógicos y realizará cualquier acción con uno de los gatillos, de esa forma -y con un poco de coordinación por nuestra parte- el control dual queda solventado. También podremos girar la cámara con los botones L y R.

También tenemos la opción de jugar en cooperativo con un segundo jugador en local, que tome el control de uno de los hermanos -opción que se añadió en la versión de Nintendo Switch de 2019-, pero ello no cambia el esquema de control que seguirá siendo igual de simple, y facilitará las cosas, quizá demasiado. Como ya hemos mencionado, la colaboración para avanzar será indispensable, y para ello continuamente el juego nos presentará situaciones que traban nuestro camino y que tendremos que resolver con los dos personajes. Lo que hace tan interesante a Brothers es que estas situaciones no nos van a ser explicadas, sino que tendremos que pensar nosotros mismos como resolverlas en función del contexto -tampoco hay puzles complicados- y como mucho tendremos algunas indicaciones gestuales o palabras sueltas de los hermanos -en un idioma no inteligible inspirado en el libanés-.

Con estas premisas nos espera un viaje de unas tres horas aproximadas de duración por una tierra fantástica de ensueño, con bellas aldeas, hermosos paisajes, trolls, gigantes, y un sin fin de maravillas que poco a poco pasará de maravillarnos a conmocionarnos e incluso a perturbarnos -sobre todo la recta final-. Esto no esta dicho a la ligera, pues nuestros dos hermanos no solo se enfrentarán a bastantes peligros en su viaje, sino que además les esperan situaciones duras que fácilmente dejarán un poco de mal cuerpo en el jugador. Brothers no nos invita a un día de pícnic en el campo, sino que con una buena narrativa nos va a enfrentar a situaciones de cierta dureza emocional e incluso crueldad.

Este remake del juego original viene justificado por una puesta a punto del apartado audiovisual gracias a la potencia del motor Unreal Engine 5 y a la nueva grabación sinfónica de la banda sonora original. En el apartado visual hemos pasado de unos diseños más simples y tipo cartoon para los hermanos a unos diseños más realistas y llenos de detalles, así como el entorno que se beneficia de un diseño mucho más detallado y muchos efectos de iluminación bastante resultones. La mejora es evidente y la puesta a punto es ideal para llegar a un nuevo público más actual, sobre todo si no conoce el título original. La banda sonora ha vuelto a ser grabada por una orquesta en directo, lo que mejora bastante una banda sonora que ya era buena de por si. Solo el rendimiento dará la nota discordante, con ciertas caídas de frames aquí y allí que esperamos se puedan solucionar con actualizaciones posteriores.

Brothers: A Tale of Two Sons Remake sin ser realmente un remake que necesitásemos, es un remake bien recibido que va a actualizar la obra original para que siga vigente para las nuevas generaciones. La pregunta es si merece la pena jugar este juego si ya lo hicimos a la versión anterior y  la respuesta es muy subjetiva, yo mismo jugué el original y sin embargo he disfrutado el juego como si fuera la primera vez. Sin ser perfecto, que algunos pequeños fallos de diseño tiene -incluso algunos añadidos en el remake como cutscenes adicionales que no se pueden saltar- y que el control que puede ser confuso a veces, la aventura de Naia y Naiee merece mucho la pena ser disfrutada y ahora tenemos la escusa perfecta para ello.