Las Tortugas Ninja son, por derecho propio una de las franquicias de más éxito que uno puede encontrar, nacidas del cómic, y fuera de las grandes editoriales como DC o MARVEL. Dieron un lógico salto de las viñetas a la TV primero, y después al cine y, por supuesto al mundillo que nos ocupa, el videojuego, con la celebérrima entrega de Nintendo NES en 1989, que supuso el inicio de una dilatada cantidad de adaptaciones, eso sí, de muy irregular calidad, siendo una de los últimos acercamientos el Teenage Mutant Ninja Turtles: Splintered Fate.
Teenage Mutant Ninja Turtles: Splintered Fate llegó de mano de la desarrolladora Super Evil Megacorp, que cuenta en su haber con el videojuego oficial de Rebel Moon de Zack Snyder, y el MOBA Vainglory. Lo hizo primero, en exclusiva temporal, para Apple Arcade, el servicio de suscripción de la compañía estadounidense, y posteriormente llegó a los circuitos de Nintendo Switch y PC en una versión con mejoras técnicas y un modo multijugador local que, especialmente en una franquicia como esta, era muy de agradecer.
En su momento, Teenage Mutant Ninja Turtles: Splintered Fate nos ponía a los mandos de un roguelike que copiaba sin mucho disimulo un gran referente de los últimos años como es Hades, de forma poco disimulada, lo cual no nos debe importar puesto que la referencia utilizada es buena y, a pesar de que no llegaban al nivel del juego en el que parecen mirarse sin pudor, el añadido de utilizar la ambientación de las tortugas ninja puede hacerle ganar enteros si uno es fan de las mismas.
Básicamente el juego estaba dividido en “carreras”. Debíamos seleccionar la tortuga que iba a afrontar dicha “carrera”, y adentrarnos en un avance por niveles sabiendo que tras nuestra presumible derrota, volveríamos a la base pero manteniendo parte de nuestras mejoras adquiridas de forma que, al volver a afrontar la carrera, estaríamos más preparados. La progresión estaba realizada de forma bastante variada, no limitándose a una subida de niveles y atributos, y dejando de nuestra mano gran parte del poder de decisión del camino de mejoras, lo cual unido a una historia que integraba perfectamente el lore de las tortugas, convertía el juego en una delicia que ningún fan de las mismas debía dejar escapar, máxime si tenía con quien compartir esas partidas.
Una de las diferencias destacables que Teenage Mutant Ninja Turtles: Splintered Fate tenía con Hades era que, si bien en aquel había libertad para escoger la ruta a seguir, en este sólo teníamos una única opción, de forma que el juego era meramente lineal. Esto no se resuelve realmente con el DLC que nos ocupa, Casey Jones & The Junkyard Jam, pero sí que se agrega una alternativa en un momento concreto de la historia, dando algo de rejugabilidad al título.
Casey Jones & The Junkyard Jam, como su descriptivo título indica, nos ofrece dos añadidos muy claros. Por un lado, una nueva carrera a la que podemos acceder en un momento de la historia como ruta alternativa, por el otro, la adición a nuestra plantilla del querido personaje amante del hockey.
En ninguno de los casos se tratará de un DLC al cual acceder desde el menú principal, ni tampoco desde el mero comienzo del juego. Tampoco es de aquellos que se abren al acabarlo, sino que en este caso han optado por integrarlo de forma que podría haber sido parte, perfectamente, del juego original desde el comienzo.
En el caso del personaje, para poder escogerlo, primero deberemos acabar una carrera con cualquiera de las tortugas seleccionables desde el comienzo. Después de eso, y tras volver a la guarida, podremos acceder a una parte donde se encuentra, tener una conversación, y a partir de ahí, escoger a dicho personaje y disfrutar de su control y sus diferencias definitorias al igual que lo eran cada una de las cuatro tortugas disponibles hasta ahora.
Los ataques de Casey son tal cual podríamos esperarnos, con un alcance medio-largo al usar su stick de hockey y cubriendo bastante área, algo lentos, pero contundentes. Por supuesto su progresión tendrá en cuenta sus especiales características de forma que podremos ver ataques en los que, por ejemplo se haga uso de un puck de hockey para atacar a los enemigos y romper sus defensas.
Sobre la zona nueva, no vamos a desvelar tras qué momento se nos dará la alternativa para atravesarla, aunque funcionará a modo de atajo con respecto a la anterior, y no habrá que esperar a avanza demasiado aunque no esté justo al principio. Digamos, simplemente, que en lugar de pasar por la zona por la que ya pudimos en el pasado, ahora podemos escoger atravesar un vertedero que nos acerque más rápidamente al final. Dicho escenario goza de la misma calidad y mimo que todos los anteriores así como sus enemigos característicos.
En conclusión, Teenage Mutant Ninja Turtles: Splintered Fate – Casey Jones & the Junkyard Jam es un DLC, que apenas añade historia, y no es de los que se añaden al final agregando una gran cantidad de argumento con él. Un personaje, una carrera más, lo cual dará para un rato de diversión a bajo precio, si ya disfrutaste del juego original, este DLC puede ayudarte a echar otra partida y darle otra vuelta al juego.