Desde que The Elder Scrolls Online fuera reestructurado, cada año el juego online de ZeniMax Online Studios se dedica a una temática y geografía determinada en el extenso continente ficticio de Tamriel. Ya hemos visitado Cyrodiil, Roca Alta, Páramo del Martillo o Ciénaga Negra en el juego base, Morrowind en la primera gran expansión de territorio -existen otras expansiones más pequeñas que se desarrollan en las nuevas y distintas zonas de las expansiones principales-, Summerset en la segunda gran expansión, y el año pasado hicimos lo propio con Elsweyr. Cada conjunto de expansiones y eventos se agrupan en distintas temporadas. Si el año pasado disfrutamos de la temporada del dragón, este año es el turno del corazón oscuro de Skyrim, que da lugar a la cuarta gran expansión, Greymoor.
Si eres un nuevo usuario acercándote al universo de The Elder Scrolls Online, te recomendamos que antes le eches un vistazo a nuestro análisis de The Elder Scrolls Online: Elsweyr, donde además de hablar de la expansión propiamente dicha, también se abordó el juego como conjunto en aquellos momentos. En este artículo vamos a dar por hecho que el jugador novel sabe dónde se está metiendo, o que posiblemente probó el juego en otro momento y vuelve a él ahora en su madurez.
Y es que si algo puede definir a Greymoor como expansión es la palabra madurez. Zenimax con las últimas expansiones y el asentamiento de su modelo de negocio, que Bethesda también ha implantado en Fallout 76, ha logrado una comunidad bastante estable, aunque también es justo decir que empieza a mostrar signos de estancamiento. No hay que darle muchas vueltas para darse cuenta que Greymoor sigue la misma estructura que Elsweyr punto por punto, cambiando historia y localizaciones, pero sin novedades de peso, salvo la inclusión de la búsqueda de antigüedades.
Pero dejemos para el final la valoración de la expansión -donde tampoco es algo tan negativo repetir lo que ya funciona- y vamos a adentrarnos a nuestra querida Skyrim, tierra de inconmensurable belleza donde hace unos años empleamos literalmente cientos de horas para recorrerla de punta a punta y conocer todos sus secretos. Hablamos de The Elder Scrolls V: Skyrim, último juego numerado de la franquicia hasta ahora, y un éxito de ventas, crítica y público. En aquella ocasión teníamos que recorrer Skyrim encarnando al Dovahkiin, el sangre de dragón, con una doble misión: la de acabar con Alduin, un dragón que según la profecía destruiría el mundo, y la de tomar partido en la inestable situación política de la región.
Pero Greymoor se aleja de todo esto, no hay dragones ni guerras por el control de la región, la historia transcurre 1000 años antes de los hechos de la quinta entrega, y se acota al noroeste de Skyrim, al área donde se encuentra Soledad. La ciudad es algo diferente a como ya la conocimos, pero perfectamente reconocible, además no será la única localización que volveremos a ver, volveremos a Límite Sombrío, los restos de la inmensa ciudad dwemer. Y en esta ocasión nos encontraremos la trama más oscura y tétrica de las que hemos disfrutado hasta ahora, con los vampiros como elemento estrella.
Greymoor nos presenta una trama donde un señor de los vampiros se prepara para conquistar Tamriel, y estará en nuestras manos detenerle. No es una historia demasiado original, pero sí es cierto que entretiene lo suficiente para animarte a seguirla, y no está exenta de sus dosis de traiciones, revelaciones y alguna sorpresa. Acompañando a la historia principal, hay un buen puñado de secundarias de toda índole, desde las típicas de matar a cierto número de enemigos, o hacerle algún recado a alguien, hasta tramas más complejas y elaboradas, alguna incluso por encima de algunas misiones principales. Básicamente se sigue la línea de la expansión anterior.
Con la temática principal girando en torno a los vampiros, esta clase secundaria ha recibido una buena remodelación y un lavado de cara, que la hace más atractiva si cabe y bastante más divertida. Como hicieron con los hombres lobo varias expansiones atrás, ahora merece la pena dejarte morder para probar esta subclase y sus nuevas habilidades, aunque también hay que tener en cuenta que sigue contando con sus antiguos contratiempos.
Otra de las grandes novedades de Greymoor son las Harrowstorms, unas bellísimas tormentas aleatorias que llenan un área de zombies, hombres lobo y monstruos de todo tipo para lo que deberemos contar con toda la ayuda posible, y acabar con todas las criaturas y con el núcleo de la tormenta para reclamar la recompensa. Como habéis adivinado, es lo mismo que los eventos de la caza de dragones de Elsweyr, elementos que funcionan y gustan al usuario, pero que empiezan a repetirse expansión tras expansión.
La última gran novedad es la búsqueda de antigüedades, que consta de un par de minijuegos bastante entretenidos, uno de búsqueda y otro de excavación, y la posibilidad de poder conseguir antigüedades que nos aporten dinero, o piezas de equipamiento especial. Estas piezas de equipamiento están limitadas y solo podremos equiparnos una al mismo tiempo, pero sus estadísticas y efectos son bastante potentes como para que merezca la pena dedicar nuestro tiempo a su búsqueda. Una muy buena adición al juego que llega inspirada directamente de otros juegos de la competencia, pero que encaja bastante bien en el MMO de Zenimax.
Complementa esta expansión el desafío de Kyne’s Aegis, un desafío para 12 jugadores donde hay que aniquilar hordas de todo tipo de monstruos. Al igual que en otras expansiones, podremos empezar con un personaje nuevo directamente en Skyrim y tomar en contacto con el juego por medio de un pequeño tutorial, o venir con cualquiera de nuestros personajes anteriores.
En cuanto al apartado audiovisual hay que decirlo claramente, Skyrim es una de las regiones más bellas de Tamriel, así lo vimos en la quinta entrega y así lo volvemos a ver ahora. Además a sus parajes le sientan bien tanto el acabado realista del juego numerado, como el acabado artístico del que goza The Elder Scrolls Online. Desde las Harrowstorms, la imponente Soledad, el inmenso Límite Sombrío, hasta las noches con su aurora boreal, todo nos dejará embobados. Además la banda sonora no se queda atrás, con temas quizá un punto menos épico que los del juego Skyrim, pero de igual bella factura.
Estamos frente a una buena expansión, de eso no cabe duda, bastante esperada por la comunidad y con el suficiente atractivo para que esta no se haya sentido decepcionada, sin embargo no se puede negar el continuismo y la falta de ideas. Como hemos dicho anteriormente, no es algo necesariamente malo, sobre todo si funciona, pero es cierto que The Elder Scrolls Online ahora en su plena madurez, va a tener que encontrar para futuras expansiones algo más que siga haciendo atractivo el MMO. Por suerte aún queda mucha Tamriel que visitar, y si saben crear historias interesantes y rodearlas de nuevas mecánicas y eventos, podrán seguir bastante tiempo expandiendo este increíble mundo.
Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Ziran