Obsidian es una de las reinas del RPG en la actualidad, algunos de sus juegos como Pillars of Eternity o Tiranny lo demuestran. Pero si hay un juego que encandiló al gran publico fue su aportación al universo Fallout con la entrega New Vegas, que se convirtió automáticamente en la mejor entrega de la franquicia, al menos tras su paso a las tres dimensiones. Muchos pedían el regreso de esta desarrolladora a la franquicia postapocalíptica pero nunca llegó a ocurrir, en su lugar se han decidido por hacer su propia versión con The Outer Worlds

El caso de The Outer Worlds es muy llamativo, pues a pesar de la reciente adquisición de Obsidian por parte de Microsoft como estudio first party, algunos de los juegos que ya estaban en desarrollo no entraban en el acuerdo de exclusividad, por lo que oficialmente estamos ante un juego multiplataforma que ha llegado a todas las plataformas recientes como PlayStation 4, Xbox One y PC -en esta última a través de la Epic store-, y pronto lo hará también en Nintendo Switch.

Pero vamos a ponernos en contexto argumental: nos trasladamos hasta el futuro, donde la humanidad ya ha alcanzado la tecnología necesaria como para colonizar otros planetas y viajar libremente por el espacio. Nuestro protagonista se encuentra a bordo de una nave interestelar en animación suspendida desde hace décadas cuando de pronto un extraño científico nos despierta de nuestro letargo. Este científico nos cuenta que nos ha despertado con el objetivo de que le ayudemos a encontrar los recursos necesarios para reanimar al resto de pasajeros y nos envía a uno de los planetas cercanos en un viaje un poco accidentado.

Como hemos mencionado antes, The Outer Worlds recupera ese espíritu de Fallout: New Vegas que tantos pedían, pero trasladado a la ambientación espacial. Nos vamos a encontrar un juego de mundo abierto en primera persona en el que va a primar especialmente la exploración y el fuerte componente rolero que rodea tanto a nuestros personajes como a la toma de decisiones.

En esta ocasión no nos vamos a encontrar ningún yermo postapocalíptico ni mundo en ruinas, de hecho es al contrario, estamos ante una sociedad dominada por las megacorporaciones y la lucha de clases. La junta interestelar gobierna desde las sombras como un grupo de élite superpoderoso e inaccesible que decide todos los aspectos socioeconómicos de la población. Pero no todos ceden antes esto, unos pocos rebeldes están dispuestos a ver caer a esta junta dictatorial y nosotros podemos formar parte de ello…o no.

La toma de decisiones es uno de los puntos clave de The Outer Worlds, ya que van a decidir el devenir de algunos de los hechos y del propio argumento, lo que nos posicionará a favor o en contra de algunos determinados grupos o facciones. De hecho, incluso será posible acabar con la vida de personajes principales encargados de ofrecernos las misiones necesarias para avanzar en la historia. Lamentablemente, estas decisiones no tienen un peso relevante ni revolucionan la manera de enfocar el juego como sí ocurría en New Vegas. En su lugar, las opciones que elijamos suelen quedar relegadas a ayudar a la persona A o B para conseguir una recompensa X o Y, salvo quizás los tramos finales que nos ofrecen algo más de libertad y variedad de opciones. Y por si os lo preguntáis, la neutralidad o no meternos donde no nos llaman también es una opción.

Tendremos combates, por supuesto, ¿que RPG no los tiene? En este caso los tenemos en forma de shooter en primera persona -al igual que el resto del juego-. El gunplay me ha parecido bastante suave y efectivo, aunque sin alardes, pero sin duda mucho mejor que en su homóloga de Bethesda. Contaremos con una buena cantidad de todo tipo de armas tanto de fuego como cuerpo a cuerpo, aunque sin duda las más interesantes y divertidas son las armas raras que tienen características especiales, como congelar a los enemigos, hacer que se ataquen entre ellos o modificar su campo de gravedad. Estas armas a su vez las podremos modificar con diferentes módulos en bancos de trabajos específicos, de manera que podemos cambiar el tipo de munición que dispara o aumentar sus estadísticas, lo que le da bastante variedad en este aspecto. Y si todo eso no es suficiente para poder acabar con los enemigos, contaremos con la «dilatación táctica del tiempo», una característica especial similar al V.A.T.S de la saga Fallout que nos permitirá ralentizar el tiempo temporalmente para que nos sea más fácil apuntar y esquivar.

Respecto a los escenarios, en lugar de crear un mapeado enorme lleno de emplazamientos, Obsidian se ha decantado por crear zonas más pequeñas y con menores localizaciones, pero más trabajadas y distintivas en lugar de tirar de las habituales herramientas procedurales para crear mazmorras y cavernas genéricas. Aquí cada lugar, cada ciudad, cada casa tiene el encanto de estar planificado a conciencia, con paisajes totalmente bellos e impresionantes que nos van a dejar con la boca abierta. A pesar de lo dicho no penséis que por ello las zonas serán pequeñas, pues cada planeta visitable cuenta con su enorme ciudad y unos exteriores que tardaremos horas en recorrer y explorar. Aun así no todo será explorable, en el mapa estelar aparecen planetas y asteroides sombreados a los que no accederemos en ningún momento del juego, pero parecen estar ahí a la espera de algo, por lo que sospechamos que son carne de DLC en el futuro.

No estaremos solos en nuestro viaje, en este aspecto The Outer Worlds se fija en la saga Mass Effect y nos ofrece un puñado de secundarios de lujo que podremos llevarnos a nuestras misiones para que nos ayuden en combate o a tomar las decisiones. A estos compañeros también podremos ofrecerles una buena ración de roleo distribuyendo sus puntos en las diferentes habilidades o modificando su comportamiento respecto a los enemigos. Además, cada uno de ellos tendrá su propia misión secundaria en las que conoceremos más sobre su vida y su personalidad, aunque es cierto que quizás se nota un doble rasero en este aspecto, pues algunos secundarios tienen misiones muy elaboradas y alargadas a lo largo del tiempo mientras que otros simplemente son muy simplistas y casi sin profundidad. Por lo general, son personajes bien escritos a los que les llegaremos a coger cariño, especialmente cuando comienzan a conversar entre ellos y revelan más detalles sobre sus circunstancias personales.

Resulta llamativo también el sistema de diálogos, ya que en el juego impera especialmente el tono de humor y sarcasmo que veremos en cada conversación, aunque sin querer pasarse de gracioso ni llegar a resultar molesto. Lo que más llama la atención es la naturalidad de los diálogos, con una fluidez y coherencia que en ningún momento nos hace pensar que estamos ante el habitual NPC genérico que se limita a repetir las frases cual loro, especialmente cuando nuestros compañeros se inmiscuyen y según sus respuestas la conversación acaba tomando una dirección u otra. En contrapartida, el sistema de decisiones está bastante roto, siendo muy fácil influir en los demás y llevarles por donde queremos para conseguir lo que más nos beneficia, raras veces veremos como nuestros intentos de mentiras o chantajes fracasan.

Donde encontramos sin duda todo el jugo será en las opciones de roleo. Con la cantidad de perks y parámetros que configurar, podremos crear builds muy interesantes centradas en lo que más nos guste: lo mismo podemos crear a un experto hacker que a un luchador capaz de matar de un solo golpe de cuchillo. Al subir de nivel dos obsequiarán con 10 puntos que podremos distribuir entre las diferentes estadísticas, mientras que cada dos niveles tendremos un punto para desbloquear una nueva habilidad que nos ayude en nuestro periplo. Con los acompañantes en cambio se hace más duro, pues no nos darán puntos de habilidad hasta que no hayamos subido 5 niveles. Como es normal, nuestro personaje podrá equiparse con diferentes tipos de accesorios y armaduras para aumentar nuestro ataque y defensa, la gran mayoría de ella con posibilidad de ser mejoradas tanto con dinero como con módulos de mejora. Y si vemos que no nos gusta como está quedando nuestro personaje o preferimos darle un nuevo enfoque, siempre tendremos la posibilidad de reiniciar sus estadísticas para redistribuir los puntos como queramos.

A pesar de su «reducido» tamaño, habrá contenido suficiente como para que el juego supere fácilmente las 30 horas de duración. Quizás no son muchas horas para la norma de este tipo de juego, pero el suficiente para no acabar cansando ni estirando el chicle de mala manera. Si nos quedamos con ganas de más, siempre podemos comenzar una nueva partida para tomar otro tipo de decisiones o simplemente comenzar con una nueva dificultad, siendo la joya de la corona el modo supernova, solo apta para los más duros, pues contaremos con muerte permanente tanto nuestra como de nuestros compañeros y la obligación de atender nuestras necesidades vitales cada cierto tiempo para no morir.

En definitiva, The Outer Worlds nos trae de vuelta a la mejor Obsidian y nos ofrece uno de los mejores juegos del año. En general da la sensación de que se han contenido mucho en su desarrollo, como si nos diesen a probar un pequeño trozo de pastel completo que representa la nueva IP, quizás motivado por el miedo a invertir un gran presupuesto en un juego cuya recepción no se podía prever a ciencia cierta. Ahora que sabemos que ha sido un éxito de ventas, no dudamos que nos ofrecerán mucho más y de mejor calidad en todos sus aspectos en una más que posible secuela.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Best Vision PR