C.I.N.I.C. Games nos presenta The Wardrobe, una aventura gráfica con sabor añejo. Una aventura inspirada en clásicos como Day of the Tentacle, Monkey Island y Sam & Max: Hit the Road, entre otros mitos del género. En The Wardrobe aprendemos a convivir con la muerte. Con sentido del humor, todo es posible…
Además de conquistarnos rápidamente gracias a su potente apartado visual, The Wardrobe no necesita demasiado para llamar nuestra atención gracias a su curiosa premisa: estamos muertos. ¿Por qué? Todo sucedió en un soleado día en el que Skinny, nuestro protagonista, decide salir a pasar un buen rato comiendo en el parque junto a su inseparable amigo Ronald. Eso a lo que llamamos «ir de pícnic». Como si de Homer Simpson y aquel maldito trozo de brócoli se tratara, somos testigos de cómo una ciruela es capaz de llevarse consigo la vida del bueno de Skinny. Eso sí, en este caso se trata de una alergia desconocida, no de muerte por atragantamiento.
Ronald, incapaz de digerir lo sucedido, decide salir corriendo y dejar el cuerpo de su mejor amigo tirado en el lugar de los hechos… Con amigos así, ¿quién necesita enemigos? Sea como fuere, nosotros acabamos con un aspecto similar al de la mismísima Muerte, encerrados en el armario de la habitación de nuestro gran amigo. A diferencia de lo que uno puede pensar cuando visualiza a una persona volviendo de entre los muertos y merodeando al sujeto que dejó su cuerpo abandonado y decidió ocultar lo sucedido, nuestro protagonista no es movido por la sed de venganza. Todo lo contrario; lo único que deseamos es salvar a Ronald, que ahora tiene un complicado desafío por delante, y es que si no confiesa lo que pasó a alguien cercano antes de que pasen cinco años, su alma quedará marcada para siempre.
The Wardrobe es una aventura gráfica tradicional: seleccionamos el punto al que deseamos desplazarnos, así como los elementos del escenario —que son muchos— con los que pretendemos interactuar. Cuando marcamos un elemento del entorno, tenemos a nuestra disposición un menú desplegable que nos permite cogerlo, reflexionar sobre el mismo y/o activar, en el caso de que nos encontremos con algún mecanismo. Además, también hay un buen elenco de personajes con los que podemos dialogar y seleccionar las preguntas y respuestas que nos ayuden a progresar en la conversación.
Mención especial merecen los personajes a los que conocemos durante nuestro viaje, que tienden a ser muy excéntricos —y tronchantes—. Cocodrilos boxeadores, máquinas autómatas… Uno de los grandes alicientes del juego es la inquietud por saber cómo será el siguiente NPC con el que nos tocará lidiar. Aunque la variedad de todos ellos es de lo más extensa, todos tienen algo en común: su sentido del humor. En este apasionante viaje a través de la vida y la muerte, lo habitual es vernos inmersos en un sinfín de bromas en las que reina el sarcasmo, los «vaciles» y, en ocasiones, incluso el mal gusto. En cualquier caso, tanto la situaciones en las que solemos acabar como en los diálogos que nos toca librar, resulta imposible no disfrutar de The Wardrobe con una sonrisa permanente.
Aunque el desarrollo de la aventura nos exige interactuar con un sinfín de elementos, explorar cada rincón de los escenarios y combinar objetos con la intención de resolver no pocos rompecabezas, hay que destacar que no estamos ante un título especialmente complejo y, en líneas generales, no hemos tenido demasiados problemas para avanzar. Pese a que la solución de algunos puzles se antojan un tanto rebuscada, cualquier jugador experimentado en el género será capaz de progresar sin la clásica necesidad de buscar una guía que le ayude a orientarse o encontrar algún objeto clave. C.I.N.I.C. Games ha sido inteligente a la hora de concebir una experiencia prácticamente idéntica a la que nos ofrecían las aventuras gráficas de los años 90, pero, a la vez, abierta a ser disfrutada por todos los públicos.
El estudio italiano también ha acertado de lleno a la hora de introducir una ingente cantidad de guiños y referencias a muchas obras reconocidas, tanto del videojuego como de otros ámbitos. Quizás, en alguna ocasión, con demasiada frecuencia pero, en cualquier caso, resulta muy agradable encontrarse — a veces de manera muy sutil — un sinfín de referencias a títulos como Super Mario Bros, Angry Birds, diversas películas de terror de los años 80… The Wardrobe parece destinado a consquistar a los más nostálgicos, en todo momento.