El metroidvania es un género que nunca pasa de moda. Hollow Knight, Guacamelee!, La Mulana… Son muchos los títulos que apuestan por una fórmula incombustible. En esta ocasión, le toca el turno a Lunar Ray Games, el pequeño estudio norteamericano que nos presenta Timespinner, una aventura cargada de acción y exploración en la que la manipulación del tiempo es nuestro mejor aliado.

Me gustaría empezar por matizar algo muy importante, y es que si cogemos la palabra metroidvania, hay que decir que estamos ante un título que se centra principalmente en sus últimas cinco letras, o lo que es lo mismo: «vania». Timespinner es más bien un sucesor de la legendaria franquicia de Konami, especialmente de las entregas que vimos a partir de Castlevania: Symphony of the Night y sus mecánicas cercanas al RPG como equiparnos con armas y armaduras, obtener puntos de experiencia para aumentar nuestras aptitudes al subir de nivel, negociar con diversos mercaderes… Lunar Ray Games parece haber cogido al título de PlayStation —y los siguientes capítulos que llegaron a Game Boy Advance y Nintendo DS, entre otras— como punto de partida a la hora de inspirarse.

Nuestra protagonista atiende al nombre de Lunais, una mensajera del tiempo. Las cosas se están poniendo feas en el planeta Winderia y, como no podía ser de otra forma, el destino ha querido que seamos nosotros los encargados de poner orden en un lugar en el que el cuándo es más importante que el cómo y el por qué.

Como resulta evidente, la manipulación del tiempo es la piedra angular del juego, y es que tenemos a nuestra disposición la posibilidad de congelar las agujas del reloj, algo que se convierte en la gran apuesta de la premisa jugable. Para más inri, también podemos viajar a través de los años y visitar un mismo lugar en otro momento de la historia. Timespinner es como un gran círculo que va cerrándose poco a poco, pero sin pausa y con brillantez; todos los detalles han sido diseñados con inteligencia hasta dar forma a un conjunto muy sólido y funcional en el que las mecánicas de exploración nos ofrecen una sensación de progreso fantástica.

Winderia es un planeta bastante bello, que a buen seguro debió ser un lugar maravilloso para vivir en su momento. Lamentablemente, ahora la situación es la que es y la belleza se ha tornado en tristeza, desolación y melancolía. Ciudades vanguardistas gobernadas por criaturas robóticas, parajes naturales infestados de monstruos de difícil descripción… Lo que vemos a lo largo y ancho del mundo no es más que un reflejo de los estragos que puede ocasionar el inevitable paso del tiempo. Resulta muy revelador guardar un recuerdo de un lugar que conocemos y compararlo con el mismo después de muchos años.

Explorar el escenario de Timespinner es muy gratificante gracias a la posibilidad de visitar los mismos entornos en diferentes épocas al más puro estilo de Chrono en la mítica obra de Square. El diseño de niveles ha sido concebido para que nos encontremos con un sinfín de caminos bloqueados, de esos a los que tenemos la obligación de volver una vez contemos con la llave o habilidad que nos permita alcanzar lugares anteriormente inaccesibles haciendo uso del clásico mapa por cuadrículas.

Congelar el paso del tiempo nos permite paralizar a nuestros enemigos y usarlos como plataformas, así como evitar sus proyectiles y aprovechar para sorprenderles por la retaguardia. Esto no es algo que podamos hacer de manera ilimitada; tenemos un contador, representado mediante un reloj de arena que debemos vigilar de cerca si no queremos llevarnos algún que otro disgusto, y es que alterar el paso del tiempo puede tener un precio muy elevado. Lo cierto es que la mecánica resulta tan sencilla como importante, algo que se convierte en un factor diferencial a la hora de enfrentarnos a los temibles jefes finales.

A los mandos, hay que decir que estamos ante un título relativamente asequible, y es que los picos de dificultad que experimentamos durante las batallas contra los jefes de zona se sitúan muy por encima de la exigencia del conjunto en líneas generales. La posibilidad de combinar armas —o mejor dicho, orbes—, equiparnos con armaduras y progresar en nuestras características da lugar a que, como en todo juego de rol, explorar y luchar a menudo sea el camino más rápido hacia sentirnos muy fuertes y nada pueda tosernos. Incluso en el nivel de dificultad normal, Timespinner es un juego relativamente sencillo, aunque tampoco conviene confiarse demasiado; algunos jefes y enemigos intermedios pueden ponernos en un serio aprieto y luchar de tú a tú sin hacer uso de la manipulación del tiempo puede llevarnos a una muerte segura.

Timespinner encuentra su principal virtud en lo que a la jugabilidad se refiere en algo que a veces resulta muy difícil de encontrar: la sencillez. Los controles son muy básicos y las acciones que podemos realizar se limitan a saltar, atacar, ejecutar la habilidad seleccionada y congelar el paso del tiempo. Cuatro acciones muy básicas que son más que suficientes para ofrecernos una acción fluida y gratificante, a la antigua usanza. Y es que el título a cargo de Lunar Ray Games se siente como un videojuego de los años 90, nada más y nada menos. Sin florituras, sin querer lucir como un producto actual pero escondiendo una identidad de antaño. Estamos ante una experiencia que perfectamente podríamos haber visto en Mega Drive o Super Nintendo, entre otras plataformas, y eso es digno de mención.

Aunque hemos tenido que esperar más de lo que nos habría gustado —hace casi cinco años que conocemos la existencia del proyecto—, Timespinner ya es una realidad y el resultado es un conjunto capaz de conquistar a cualquier nostálgico. Una propuesta sincera, sencilla y contundente capaz de trasladarnos a la generación de los 16 bits. El juego se encuentra disponible para PlayStation 4, PlayStation Vita y PC a través de Steam.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Chucklefish Ltd