Two Point Hospital dio el pistoletazo de salida a la vuelta de un tipo de juegos de gestión desde un punto de vista cómico que, hasta ese momento, se echaban de menos. Por fortuna, tuvo el suficiente éxito para que su desarrolladora sacase otro juego del mismo estilo, que nos llevaba a crear y gestionar un campus universitario, y por fortuna, la cosa no ha acabado ahí. ¿Qué nos ofrece Two Point Museum? Acompáñanos para verlo.
Ya han pasado 28 años desde el lanzamiento de aquel famoso Theme Hospital, desarrollado por la extinta Bullfrog y publicado por Electronic Arts. En aquel divertido juego coincidieron Gary Carr y Mark Webley, que volvieron a coincidir en joyas como Black & White o Fable. Fruto de esa experiencia, y junto con Ben Hymers, fundaron Two Point Studios en 2016, que se estrenó con Two Point Hospital en 2018 y que nos retrotraía a aquel Theme Hospital. Desde entonces y hasta ahora, la compañía se ha mantenido fiel a su estilo, cambiando el ambiente pero manteniendo el esquema.
Y es que Two Point Museum sigue a pies juntillas el estilo, tono y desarrollo de los dos juegos anteriores de Two Point Studios, sin novedades destacables más allá de las propias de adaptar el estilo de juego a la ambientación escogida. Si ya tienes experiencia con cualquiera de los otros dos, te harás a los mandos del nuevo de forma inmediata e incluso podrías atreverte a sumergirte directamente en el modo sandbox si lo quisieras, el cual nos da una libertad absoluta desde el comienzo para disfrutar de todas las posibilidades que Two Point Museum nos ofrece.
No obstante, tanto si somos novatos como si preferimos una experiencia con objetivos marcados que ir superando, podremos disfrutar del modo campaña, que nos pondrá por delante un tutorial paso a paso para poder dominar todos los pormenores del juego y sus mecánicas. Y hablando de ello, de cómo avanzar en el juego, no sólo se tratará de conseguir montar un museo que sea rentable, que también, sino que habrá que tener en cuenta varios aspectos para lograrlo.
El primero de ellos es el entusiasmo. A medida que exhibamos piezas, las mantengamos limpias y en condiciones, adornemos las estancias con objetos y distintas decoraciones, el entusiasmo de los visitantes aumentará. Pero para ello tendremos que tener en cuenta la distribución de todo, puesto que los elementos decorativos que agreguemos no generarán entusiasmo por sí mismos sino que aumentarán el que generan los objetos expuestos, y podrán hacerlo con todos los que estén dentro de su zona de influencia a la vez, así que no se tratará sólo de colocar dichos elementos con tino, sino de colocar los objetos de las exposiciones de forma óptima para que un mismo elemento pueda potenciar a varios.
Pero el entusiasmo no será lo único que tendremos que potenciar si queremos llevar a nuestro museo a subir de nivel y recibir las mejores críticas de sus visitantes. También tendremos que tener un índice alto de “conocimiento”, lo cual podremos conseguir gracias a tener buenos guías y paneles de información que, de nuevo, podrán afectar a varios objetos si los colocamos con tino.
Pero ¿Cómo conseguiremos los objetos a exponer? Bueno, ahí es donde entran en juego las expediciones. Dispondremos de un helicóptero que podremos mandar por diversos lugares que se irán desbloqueando al cumplir una serie de requisitos. Tendremos que asignar personal y equipo que nos dará ciertas ventajas como evitar lesiones, minimizar los costes o aumentar la experiencia. Además deberemos escoger si queremos hacer un viaje rápido pero con mayores riesgos, ir de forma segura pero algo más lenta, o finalmente realizar una búsqueda minuciosa. A la vuelta del viaje, el helicóptero volverá con una caja misteriosa que, al abrirla, desvelará el contenido y nos permitirá guardarla en el almacén o exponerla inmediatamente.
Para agregar más opciones y diversión, y siempre con la mente puesta en el objetivo principal, deberemos tener en cuenta otros aspectos para asegurar el buen funcionamiento como un bedel que mantenga todo limpio y en orden, zona para los trabajadores con máquinas para que se recuperen de sus problemas de salud, tienda de regalos y trabajadores de seguridad que, además, se encargarán de recoger los donativos… etcétera.
Y es que, aparte de la recaudación por las entradas, tendremos que conseguir otras formas de ingresos entre las cuales se contarán subvenciones, donativos que aumentarán proporcionalmente a la satisfacción de los visitantes y ventas en la tienda de regalos o máquinas expendedoras.
Uno de los aspectos que agregarán horas y variedad será que no tendremos un único tipo de museo. Comenzaremos con el típico museo de historia natural, pero a medida que avancemos en el juego podremos ir accediendo a una variedad más loca y fantástica de los mismos donde nos encontraremos incluso fenómenos paranormales en el museo paranormal, que se suma al museo espacial, acuático y de la ciencia para completar una variedad suficiente para no echar nada en falta.
Desde el punto de vista audiovisual, Two Point Museum no varía la fórmula con respeto a las dos entregas anteriores, lo cual hace que los requisitos técnicos sean contenidos y se ejecute perfectamente y con fluidez si mucha exigencia. El sonido se limita a acompañar con oficio, sin florituras, y los diversos mensajes que se escuchan por megafonía lo harán en perfecto inglés o alemán a elegir con, eso sí, subtítulos en español.
Le ocurre igual al aspecto artístico, pues Two Point Studios ha optado, con toda lógica, por seguir el aspecto cartoon propio de la saga Two Point y que también nos recuerda a aquella icónica Theme de la que bebe, lo cual casa perfectamente con el tono de humor del que el juego hace gala. Además no le falta detalle a cada elemento disponible y algunas de las animaciones de las que hacen gala público y personal son hilarantes.
En conclusión, Two Point Museum no revoluciona nada ni propone un gran cambio, sino que, con toda lógica, continua con lo establecido en los dos juegos anteriores, ofreciendo una nueva temática y dándonos horas de gestión divertida para toda la familia.