Unto the End dice ser un juego diferente, un juego donde puedes perder la espada, donde morirse de frío o de comida es algo normal, un juego duro y frío. Ya de primeras nos avisa de que no va a ser fácil, y Unto the End ofrece lo que promete. Estamos ante un título difícil, donde el combate es la característica principal y lo que más profundidad tiene, aunque eso a veces no llegue a notarse. Coged vuestra lanza y acompañadme, pero estoy seguro de que la perderéis rápidamente.

Unto the End es un juego de acción y exploración en tercera persona, donde el combate es el ingrediente principal y la exploración queda relegada a un segundo plano. El título también nos ofrece un sistema de creación, simple pero efectivo. Unto the End nos quiere mostrar la crudeza del mundo, donde nada es seguro. Podemos perder nuestras armas, podemos morir desangrados, e incluso podemos perdernos sin saber a donde seguir a continuación. Se trata de un título para valientes, y solo aquellos con paciencia deberían enfrentarse a él.

La historia comienza con nuestro personaje saliendo a cazar, ya que su mujer e hijo necesitan comida. Nuestro familiares se despiden de nosotros, y rápidamente nos caemos en un agujero del que tendremos que pelear mucho para salir. La misión e historia consisten en sobrevivir la mayoría del tiempo, con alguna que otra sorpresa. No esperéis nada del otro mundo; si bien es cierto que el juego no usa texto para mostrar su historia, las imágenes usadas funcionan bastante bien, eso es innegable. Aún así, se trata de un juego centrado en la jugabilidad; si esta no os agrada, más os vale haceros a un lado. El control de los objetos hace que el juego sea complicado, ya que es fácil dejar caer la espada o nuestro cuchillo, y sin ellos seremos hombre muerto.

El combate es brutal. Cada uno de los combates es a muerte, y moriremos tantas veces que perderemos la cuenta. Por suerte, el título nos ofrece un tutorial al que podemos acceder descansando en una de las hogueras que hay repartidas por el mundo. Podemos no hacer el tutorial, algo nada recomendable, pero posible al fin y al cabo. El combate ofrece muchas posibilidades: tenemos dos tipos de ataque, y dos posiciones -arriba o abajo-. Proteger  y atacar el lugar correcto será el objetivo principal. Pero además, si queremos que algunos enemigos tengan un punto débil, debemos de proteger varias zonas de ataques continuados. Esto hace que un combate pueda alargarse si no tenemos suerte, y en unos pocos golpes nuestro personaje morirá, teniendo que empezar de nuevo ese combate. También podemos rodar o lanzar un cuchillo, o incluso apuñalar con el mismo. Hay varias posibilidades. No hay indicaciones ni pistas, debemos aprender a base de repetición y tener unos reflejos lo suficientemente rápidos. Se trata de un combate muy difícil, que quizás no encandile a muchos. Sin embargo, los desarrolladores avisan, y el que avisa no es traidor.

Navegar por el mundo es más sencillo, pero igual de peligroso. Numerosas trampas nos cerrarán el paso constantemente, y tendremos que, de nuevo, tener buenos reflejos y un buen ojo. Identificar las trampas es tan importante como esquivarlas. La exploración del juego es interesante pero quizás demasiado simple en ocasiones. Nos encontraremos con habitantes del mundo; podremos ayudarles o acabar con ellos, ya que muchos de ellos tendrán los objetos necesarios para poder continuar la aventura. Mientras exploramos encontraremos decenas de materiales, que luego en las hogueras usaremos para fabricar nuevas armaduras o lociones para curarnos en la propia hoguera. Hay que administrar estos materiales con cuidado, ya que, aunque al morir se reaparece cerca, si una pelea necesita de algún objeto, debemos de reiniciar el juego al completo. Tampoco nos permiten cambiar los controles. Es su juego y debemos jugarlo como nos indican; si no nos gusta, ahí fuera hay una miríada de nuevas opciones.

Visualmente es un juego sencillo, pero que captura toda la esencia norteña que busca. Los enemigos están bien diseñados las animaciones son fluidas y ejecutadas de forma correcta -a pesar de que un poco más de trabajo no les hubiera venido mal-. En las fotos sale todo demasiado oscuro, pero os aseguro que en movimiento gana muchísimo. La banda sonora tiene buenos temas, pero apenas suenan durante la partida, algo bastante normal viendo la atmósfera que nos quieren ofrecer los desarrolladores. No repetiré lo que dije en mi anterior análisis, Alba, pero pienso lo mismo de nuevo.

En conclusión, Unto the End es una experiencia bastante íntima, que bebe de algunos estilos vistos en los últimos años pero que consigue darle un toque propio de lo más interesante. Ante todo, es un reto, y si no estás dispuesto a pelear con enemigos una y otra vez y no te gustan los juegos difíciles, es mejor que lo pases por alto. Si todo lo que has leído te llama la atención, puede que Unto the End consiga enamorarte.

 


Este análisis ha sido realizado en PC mediante una copia cedida por Big Sugar