De las profundidades de Polonia nos llega a Nintendo Switch Warlocks 2: God Slayers, que como su nombre indica es la segunda parte del videojuego que vio la luz en 2015 para PC. Una propuesta de corte metroidvania aderezada con elementos RPG y una estética pixel art bastante resultona que el estudio Frozen District ha puesto a nuestra disposición a través de la eShop de la consola. El juego además también se encuentra publicado en PC a través de Steam.

Haciendo honor a su nombre, el juego, con la excusa de una historia tan difusa como poco interesante, nos invita a ir en la búsqueda de varios dioses para acabar con ellos. Y es que la historia pasa totalmente desapercibida y se hace bastante insulsa, aunque por el contrario encontraremos dosis moderadas de humor que hacen que el conjunto sea algo más ameno.

Para hacer trizas a los dioses el juego pone a nuestra disposición la Orden de los Brujos, formado por un variopinto grupo de cinco personajes a elegir, todos ellos bastante diferenciados entre sí y enfocados a distintas habilidades: un mago, un personaje para ir cuerpo a cuerpo etc…El diseño de estos personajes destaca por ser bastante pintoresco, lo cual se ve reflejado en su comportamiento y sobre todo afecta a la experiencia jugable. Esto puede servirnos como excusa para volver a pasarnos el juego y aumentar su duración.

Encontraremos tres mundos divididos en varios niveles que no son de avance lineal, como todo metroidvania que se precie. Tendremos que recorrerlos para cumplir los objetivos que nos encomienden mientras por el camino masacramos a los numerosos grupos de enemigos que encontraremos. A pesar de ello, al final el juego consiste prácticamente en ir del punto A al punto B, ya que apenas encontraremos puzles a resolver mientras avanzamos, y el backtracking se queda en algo anecdótico.

El nexo de unión entre los niveles será una suerte de cantina -con banda musical incluida- que nos sirve para prepararnos y equiparnos para afrontar cada nivel. Para conseguir llegar vivo al final será necesario pasar por caja en la tienda para aprovisionarnos apropiadamente. Me ha gustado su ambientación y el humor que encontramos en detalles como el nombre de la banda.

Para que este avance no sea tan aburrido como puede parecer a priori, iremos consiguiendo experiencia para subir de nivel y poder personalizar las habilidades -tanto ofensivas como defensivas- de nuestro personaje con cada muerte enemiga. La chicha jugable  se encuentra en esta personalización, que se nos presentará en forma de árbol de habilidades relativamente complejo.

A nivel visual, como ya comenté antes tenemos un estilo visual pixel art resultón, aunque encontraremos fallos gráficos como parpadeos más a menudo de lo que me gustaría. A esto debemos agregar que el control está poco pulido, sobre todo cuando nos toca apuntar a nuestros enemigos mediante el stick derecho. En mi primera partida elegí Jake el Pirobailarín y me encontraba con situaciones en las que moría constantemente al fallar ataques por lo tosco del apuntado. Me ha resultado especialmente molesto encontrarme con que mi personaje quedaba atrapado y sin poder moverse, y que la única solución fuese tener que reiniciar el juego.

Terminar el modo un jugador pueden llevarnos unas 7-10 horas, duración bastante discreta dado el género al cual el juego pertenece. A parte de la rejugabilidad que encontramos por las diferencias que hay entre el elenco de personajes a elegir, para la versión de Nintendo Switch se ha incluido un modo multijugador local que es bastante más ameno que la experiencia que el modo de un jugador ofrece, y aporta su granito de arena para alagar la vida útil del juego. Sin embargo, el precio a pagar por tener este añadido ha sido que no tenemos disponible el modo multijugador online que sí encontramos en la versión para PC, lo cual hubiera contribuido a mejorar el conjunto que el juego ofrece.

Como no todo iban a ser fallos, el juego cuenta con textos en castellano, lo cual es de agradecer aunque no termine de compensar estos fallos de los que el mismo adolece.

Como conclusión final, Warlocks 2: God Slayers es una aventura correcta, con varios fallos que dan la impresión final de ser un producto a medio terminar. Es una pena, porque con unos meses más de desarrollo el resultado podría haber sido bastante mejor.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por PR Outreach