Tomamos una vez más prestada la máquina del tiempo de Victor Von Doom, y con el permiso del soberano de Latveria viajamos nuevamente hacia atrás en el mundo del videojuego. Esta vez no solo volvemos al 2D de pixel gordo, a las plataformas y los disparos, a la habilidad y los reflejos, sino que Wild Dogs nos traslada a cuando aquella portátil de pantalla verde cayó en nuestras manos y nos demostró que se podían trasladar sensaciones y diversión de las máquinas mayores.
Pero aquí tendremos aquél verde con diferentes tonos como un homenaje y, sobre todo, lograr un diseño artístico fantástico. O también, aquel trasto que poníamos a nuestra Super Nintendo para jugar a juegos de Game Boy.
El muy pequeño equipo tras Wild Dogs no son unos desconocidos en esta casa. 2ndBoss son un equipo brasileño de tres personas: Abdel de Oliveira y Fernando Rodrigues en todas las tareas de diseño conceptual, visual y jugable. Y Zé Roberto Chapolin quien nos brinda melodías y sonido chiptune de calidad y respetuoso con los cánones que homenajea. Savage Halloween nos proponía plataformas y acción con aspecto de 16-bits. Y Biolab Wars lo haría dos años antes con aspecto de NES, cuando este tridente tenían otro nombre. Pues justamente Wild Dogs es una precuela de este último, y lleva ‘hacia atrás’ el diseño visual.
Seguramente leer la historia de este Run’n Gun es lo que menos interés genere en el lector, pero oye… El caso es que estamos en la invasión alienígena que resolveremos más adelante, o ya resolvimos hace unos años en su secuela. La humanidad aún no está tan fastidiada para recurrir al protocolo Biolab Wars, así que tendrán que ser los ‘Wild Dogs’ quienes les partan la cara a los bichos del espacio exterior.
Frank es el tipo duro prototípico desde los tiempos del Contra. Y Teddy es un adorable perro labrador. Sí, es el Teddy que veremos en el otro juego. Una chorrada grande, pero es que la simple historia y lo vacilona que es, te saca una sonrisa, además de darle más valor a la cosa para quienes jugaran a Biolab Wars.
Pero no habéis venido a ver eso.
Wild Dogs es un Run’n Gun de estilo tremendamente clásico, que no se tapa en absoluto a la hora de usar la saga de Konami. Pero también es bastante más, porque incorpora otros géneros entre su variado y muy divertido gameplay. Añadiré matamarcianos y conducción sin entrar en grandes detalles. Porque otra baza del juego es como dentro de esa variedad de géneros e inspiraciones, te da unas sorpresas interesantes cuando te encuentras según qué fases, mecánicas y más y más homenajes.
¡Venga, os pongo uno que os gustará!
¡TRANQUILIDAD! Que esto son homenajes muy bien comprendidos y trasladados al pad. Esto no será aquel infierno en la cuarta fase de Battletoads. Aunque sí es uno de los pequeños picos de dificultad del juego.
Wild Dogs propone cinco misiones con varias fases en cada una. La variedad se consigue también con algo tan curioso como el cambio en absolutamente cualquier momento -incluso en cutscenes o la intro del juego- de paletas de color. Usamos LB/L1 – RB/R1 cuando nos de la real gana. Así pasamos de la Game Boy verdosa, al gris de la Pocket, para luego jugar con paletas que recuerdan al Super Game Boy, el addon que permitía jugar a videojuegos de la portátil en su muy mayor hermana de 16-bits.
También Teddy tendrá su merecido protagonismo. Empezamos en limitadas y algo flojas fases de plataformas, e iremos subiendo enteros. Ya digo, mejor comprobarlo in situ.
Wild Dogs es un juego muy divertido. Otra pieza de neo-retro bien entendido que se adaptará perfectamente a cualquiera que le apetezca acercarse a él, aunque lo hará mucho más el jugador de años a sus espaldas con la nostalgia a tope. La construcción jugable de cada género que usa es lo bastante solvente para disfrutar de ellos, aunque no en todos se consigue el mismo nivel de calidad. Veo pequeños problemas de control en algún tramo de matamarcianos, y alguna de las sorpresas, así como esos momentos de plataformas de Teddy, no están a la altura de los momentazos de acción y saltos.
También, que el juego no es muy largo. Ojo, como juego Wild Dogs cumple sobradamente en diseño y duración, incluso hay muchos R&G pasados más cortos que este. Lo que pasa es que salvando tras finalizar cada misión, y con tres continuaciones que se renuevan cada vez que cargas partida, solo es cuestión de repetir un poco hasta llegar al final.
Hay algunos picos de dificultad, como esa fase de la moto de arriba, pero en general estamos ante un juego muy asequible. Ayuda mucho tener doble salto, por ejemplo. Y algunas armas ofrecen más facilidades que otras.
La idea es la rejugabilidad, tenemos un ranking mundial donde medirnos con otros guerreros. Al terminar cada fase se nos evalúa en distintos campos, picándonos a mejorar nuestras marcas. Hay un límite de tiempo por fase que realmente solo sirve para conseguir más puntos cuanto más rápido hayamos ido. Esto me parece una buena idea. No me lo parece ya tanto que el juego no tiene niveles de dificultad. Os digo que habrá mucha gente que piense que Wild Dogs es hasta facilón, y quien no lo piense, igualmente podrá con el juego por ese sistema de salvado y continuaciones. Una pena también no poder elegir misiones, tenemos que hacer una ‘run’ de tirón frente a visitar cada una para mejorarla individualmente. Aunque en un par de horas o menos podemos recorrer todo el juego.
Hablaría de la falta de cooperativo, pero no como una falla del juego, simplemente como deseo personal. Pero se agradece que el lobo solitario pueda jugar y rejugar con soltura. Me he divertido y rejugado fases, y según qué situaciones y géneros sería complicado resolverlas a ‘two players’ . Una de ellas, sin duda la de la moto. Lo único peor de aquella fase del Battletoads -además de las siguientes- es tener que hacerla entre dos jugadores.
Pues esto es Wild Dogs, nada más y nada menos. Un juego muy recomendable, una parada casi obligada para el nostálgico, una propuesta interesante para quien se quiera poner a prueba o pasar simplemente un rato de diversión directa sin colorantes ni conservantes, y otro homenaje más de 2ndBoss a un pasado que sí merece tener nostalgia ¡LARGA VIDA AL NEO-RETRO!
Este análisis ha sido realizado en PC mediante una copia cedida por QUByte Interactive