Hace ya algún tiempo que vengo siguiendo el desarrollo de Worldless, un juego nacido en Barcelona a manos de Noname Studios, quienes todo este tiempo han estado compartiendo el proceso de creación en redes sociales desde prácticamente sus inicios, así que no puedo evitar tenerle una mayor simpatía que a otros juegos que han pasado por mis manos en esta redacción -sin entrar en favoritismos por supuesto-. Y si no sabéis por qué me llamaba tanto la atención, ahora mismo os lo cuento destripando todos sus entresijos.

Worldless nos habla de una eterna guerra entre el bien y el mal que transcurre desde el principio de los tiempos, los guerreros de la luz están en eterna lucha contra los guerreros de la oscuridad y desde su propio nacimiento están destinados a enfrentarse. Nosotros encarnamos a un ser de luz -literalmente- que aparentemente representa una anomalía y no tiene un guerrero de la oscuridad asignado al que enfrentarse. Nuestro personaje tendrá que recorrer el mundo en busca de respuestas a su propia existencia.

A pesar de dicha trama que acabo de narrar, no podemos hacer más que intuirla porque en ningún momento se nos cuenta explícitamente. El juego no tiene lineas de diálogo -salvo la de los seres ancestrales que expresarán su opinión a cuentagotas y la de los tutoriales-, por lo que estamos ante una narrativa casi puramente visual, aunque esta funciona bien y se entiende en todo momento lo que está ocurriendo. Quizás en algunos momentos puede pecar de ser muy críptico en todos sus apartados, aunque de esto hablaremos más adelante.

Entrando ya en el juego en cuestión, estamos ante un atípico RPG plataformero que nos incita a explorar el mundo y tirar de backtracking en una especie de metroidvania bastante particular. Como todo metroidvania que se precie, tendremos que recorrer el mundo en busca de habilidades que nos permitan seguir avanzando por los lugares que antes no podíamos y luchar contra enemigos y bosses.

Lo llamativo de su parte metroidvania es el diseño del mapa, ya que incluso en ese aspecto es críptico. No contamos con un mapa al estilo tradicional en el que podemos ver en que punto exacto estamos y las «habitaciones» recorridas, en su lugar el dibujo del mapa está representado por una serie de lineas ramificadas que nos muestra los posibles caminos que podemos elegir, como si de un árbol se tratase. En ocasiones es complicado de interpretar y dificulta nuestra orientación, ya que no habrá muchos puntos de referencia y tampoco ayuda que los paisajes sean bastante similares entre sí.

Llegados a cierto punto del juego, podremos controlar a un segundo personaje que la verdad es que cambia todo el concepto jugable que teníamos hasta entonces. Este nuevo personaje cuenta con habilidades únicas que no tiene nuestro protagonista principal, por ejemplo el doble salto o poder caminar bajo el agua, mientras que por el lado contrario no podrá hacer otro tipo de acciones que nuestro primer personaje sí puede. El cambio jugable radica en que podremos alternar entre los dos personajes de manera inmediata tan solo pulsando un botón, no solo eso sino que muchas veces encontraremos secciones plataformeras que nos obligan a estar cambiando de personaje constantemente para poder superarlas.

Hasta ahí la parte de exploración, pero ahora toca hablar de otro de sus apartados: el combate, posiblemente la mecánica principal del juego. A diferencia de otros juegos del mismo estilo, aquí no encontraremos enemigos clónicos que ir matando a nuestro paso como si de un Castlevania se tratase, en Worldless los enemigos están contados y una vez derrotados no vuelven a aparecer más en todo el juego. Esto por lo tanto obliga a que el combate también sea atípico, y vaya si lo es.

Estamos ante un combate que mezcla los turnos con la acción directa, me explico: nuestro personaje cuenta con una barra de tiempo que se va reduciendo y una vez que se agote, es el turno del enemigo. Durante el tiempo que tarda en agotarse nuestra barra de tiempo, podremos atacar de manera directa a nuestro rival mediante combos y magias para reducirle su salud y su medidor de absorción – ahora hablamos de esto-. No solo eso, sino que incluso durante el combate podremos alternar entre nuestros dos personajes para crear nuevas combinaciones de ataque y formas de atacar.

Voy a hacer un pequeño inciso aclaratorio para explicar como funciona el turno del enemigo, ya que no es fácil de interpretar y personalmente hubiese agradecido mucho que se explicase mejor. Cuando llegue el turno del rival, nos atacará utilizando tanto ataques físicos como magias y para ello tendremos que estar atentos a los iconos visuales: si aparecen lineas horizontales alrededor de su cuerpo nos atacará con ataques físicos, mientras que si muestra lineas verticales utilizará magia. A su vez, el número de lineas que aparecen determina la cantidad de veces que nos va a atacar, por ejemplo si aparecen tres lineas horizontales nos atacará con tres ataques físicos consecutivos. No debemos despistarnos ya que en ocasiones atacarán alternando magia y ataques físicos, así que habrá que estar atentos a la pantalla en todo momento.

¿Y para qué queremos saber cómo y cuantas veces va a atacar? pues porque aquí entra la mecánica del parry. Cuando ataque el enemigo tendremos que defendernos adecuadamente, con el botón X/A nos protegeremos de los ataques físicos y con cuadrado/X haremos lo mismo con los mágicos. Aunque podremos simplemente mantener pulsado el botón para tener el escudo activo todo el tiempo, no es lo ideal porque de esa forma perderemos salud con cada ataque, la mejor manera de librarnos es haciendo parrys y para ello tendremos que pulsar el botón de escudo en el momento exacto en el que recibamos el golpe, de esta forma nuestra barra de salud seguirá intacta y además no disminuirá la barra de absorción.

He hablado ya un par de veces de la barra de absorción y va siendo hora de explicar en qué consiste. En Worldless el progreso de nuestro personaje se determina principalmente por los puntos de habilidad que nos permiten desbloquear mejoras y ataques en el árbol de habilidades correspondiente y dichos puntos se consiguen absorbiendo a los enemigos. Todo enemigo cuenta con un medidor de absorción que llega hasta cierto punto, así que nuestra tarea será la de rellenar dicho medidor a base de ataques y defensas perfectas. Para aumentar el multiplicador que permite alcanzar el límite de absorción más rápidamente, tendremos que atacar al rival en ese turno de la manera exacta que se nos pide, por ejemplo con ataques aéreos o con alguna magia elemental concreta.

Una vez llegado al límite de absorción, deberemos pulsar una combinación de botones aunque nos saldrá con un icono de interrogación y tendremos que adivinar de qué botones se tratan, de tal forma que cuanto más sobrepase el medidor el límite requerido, más signos de interrogación se desbloquearán y será más fácil absorberlo. Si por casualidad vaciamos la barra de salud del enemigo y lo matamos antes de haberlo absorbido, no debemos preocuparnos ya que podremos repetir el combate todas las veces que queramos hasta cumplir nuestro objetivo, momento en el que el enemigo desaparecerá para siempre.

Metiéndonos ya en temas técnicos, el apartado visual apuesta por figuras geométricas simples -de hecho nuestros protagonistas y enemigos no serán más que esferas y triángulos colocados juntos- y cada zona cuenta con una paleta de colores reducida, pero esto no quiere decir que esté poco trabajado ni mucho menos, es cuando lo vemos en movimiento cuando descubrimos unas animaciones increíbles que han sido dibujadas a mano con gran fluidez y que nos regalan todo un espectáculo para la vista.

En cuanto al sonido e idioma, como ya dijimos anteriormente no hay voces ni doblaje, por no haber no hay ni texto salvo contadas ocasiones, pero aun así los menús y tutoriales estarán en perfecto castellano. Durante el trayecto nos acompañarán melodías ambientales de corte relajado que casan muy bien con los escenarios, aunque en los combates la cosa se vuelve épica y la música de tensión hace acto de presencia.

En mi opinión, Worldless es una pequeña joya que merece la pena ser jugada, se trata de una propuesta original que se sale de la norma en cuanto a metroidvanias y action RPG y consigue una experiencia bastante interesante que cautivará a quien se acerque a ella. El software español sigue demostrando una vez más que se pueden hacer grandes cosas en nuestro país y Worldless es la prueba de ello.