Análisis – Anger Foot
Hay un placer en esta vida, y ese es dar patadas. Cuando éramos niños, chutar una pelota o simplemente darle a una lata eran las definiciones de felicidad. Hay algo algo visceral en ejercer violencia sobre algo con nuestros pies, donde tenemos menos control que en la parte superior de nuestro tronco. En videojuegos, no podía faltar este movimiento, y hay muchos títulos que lo aprovechan. Estoy seguro de que muchos de vosotros recordaréis aquel montaje de Dark Messiah donde el personaje pateaba absolutamente todo lo que se encontraba al ritmo de I’m Gonna Be -500 Miles-. Un clásico...
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