Es complicado divertir a un niño. No me refiero a videojuegos —que también—, sino a algo general. Todo aquel que intente hacer un producto de entretenimiento para un niño tiene todo mi respeto, ya que es loable que alguien lo intente. En videojuegos me parece que esta dificultad se multiplica, así que tengo que romper una lanza por Bedtime Digital Games por intentarlo con Figment. Pero lo mejor es que no solo lo han intentado, sino que han conseguido hacer un título realmente notable y divertido tanto para pequeños como para mayores.

Figment es un juego en perspectiva isométrica que ofrece tanto acción como puzles, todo en su justa medida. Es un juego para los más pequeños por su tono como por la dificultad que ofrece, pero aun así es disfrutable por cualquier persona. Acompañamos a Dusty y Piper a través de la mente para enfrentarnos a unos nuevos pensamientos que afloran, las siempre odiadas pesadillas. Nos enfrentamos a tres distintas a través de los escenarios del título, cada una haciendo referencia a miedos y fobias reales, pero adaptadas para que no resulten ser muy agresivas. Cada una de ellas canta una canción (totalmente pegadiza) que hace referencia a lo que representan. Todavía las tarareo de vez en cuando.

Pero no queda aquí la relación de la música con este título. Muchos de los escenarios tienen una temática musical; en uno hay un acordeón gigante, en otro un piano… siempre integrados de tal forma que ofrecen al título jugabilidad y opciones en vez de ponerse en el camino. Añadidos con fundamento, los llamo yo. Además de estos puzles musicales también hay numerosos elementos de decoración que hacen más amena la navegación por el mapa. Muchos de ellos suenan cuando nos acercamos, y si los golpeamos también harán diferentes sonidos. Simple pero efectivo. Luego entraré más en profundidad con el tema musical.

Dusty solo tiene un arma, su fiable espada. Tampoco le hará falta mucho más, ya que los combates a los que nos enfrentaremos son de baja dificultad. Desde arañas a criaturas de pesadilla, todos nuestros enemigos morirán sin muchos esfuerzo. Los enemigos finales requieren más maña que fuerza, pues son más parecidos a un puzle que a un combate de verdad. Sin embargo, todos los combates requieren de cierta velocidad y estrategia, no es un simple machacabotones. Para un jugador curtido puede no parecer mucho, pero para un novato puede llegar a ser un verdadero reto (al menos las primeras veces). Teniendo en cuenta que un tercio del tiempo de juego lo pasaremos combatiendo, es realmente importante saber esto. En cuanto a los movimientos, son los típicos que os podáis imaginar: un combo de tres ataques y un ataque cargado. En cuanto al control, Dusty responde perfectamente a nuestras órdenes; en este campo nada que reprochar a los chicos de Bedtime Digital Games.

Los puzles son sin duda lo que más tiempo de juego ocupa. Hay de todos los tipos, unos simples de arrastrar cajas al sitio correcto, algunos más amplios y por último algunos de los que forman parte grandes territorios. En uno de los territorios debemos despejar el camino a una locomotora a través de varios territorios. Se mezclan de forma magistral todos estos elementos para hacer escenarios interconectados que requieren de inteligencia constantemente. Sin embargo, todo esto queda empañado por la casi nula dificultad de los pzzles. Como producto para los más pequeños cumple e incluso puede llegar a ser demasiado complicado, pero para el jugador medio puede ser un tanto anodino. Esto no significa que todos los puzles se puedan resolver en un minuto, pero sí que hay una falta de ambición y ganas de hacer algo nuevo. Los puzles cumplen, son bonitos y entretenidos, pero el fondo, acaba fallando.

El apartado visual es el que realmente brilla en Figment. Los escenarios parecen las pinturas en un lienzo, las animaciones de los personajes y enemigos son suaves y preciosas, la variedad de escenarios es grande, siendo todos ellos muy  pintorescos. Hablando más en profundidad de las animaciones, podemos decir que funcionan realmente bien, son fluidas y están bien ejecutadas. Al apartado visual solo le puedo sacar un fallo, la perspectiva; no afecta al juego, pero hay veces que es difícil saber dónde está el personaje respecto a otros escenarios. No hay profundidad, cosa que puede causar problemas en la visualización. Como digo, no es nada que afecte a la jugabilidad, pero es algo fácilmente evitable que empaña el resultado final.

La música y el sonido, como ya he explicado antes, son dos de los elementos fundamentales del título. Cuando lo empecé pensé que iban a tener un papel jugable en la aventura, pero solo forman parte de la ambientación. Esto no es algo malo en absoluto, pero hacerse ideas preconcebidas suele ser contraproducente, y para mi lo ha sido en este caso. Sin embargo, no he dejado que esto me nuble el juicio y he disfrutado mucho de el apartado sonoro. Ya he hablado antes de las canciones que cada villano canta, pero aparte de eso los temas musicales son de un nivel muy alto. Por otra parte, los efectos de sonido están realmente cuidados: los pasos de Dusty, el sonido de la espada, las voces… todo suena muy bien. El apartado sonoro es el más cuidado de todo el título, no hay ningún otro apartado a ese nivel.

En resumen, Figment es un juego familiar, con todo lo que eso supone. Si tu objetivo es enseñarle a tus hijos lo grandiosos que pueden llegar a ser los videojuegos, es un buen primer paso. Si vas a jugar solo también te lo recomiendo, pero siempre sabiendo que se trata de un juego familiar, de una dificultad media-baja. Pero lo que os puedo decir es que si os apetece una experiencia audiovisual, Figment es una de las mejores opciones que existen, pues justo esas son las dos facetas que más destacan en el título. Es sin lugar a dudas uno de los juegos más bonitos que he jugado jamás.

 


Este análisis ha sido realizado por una copia cedida por Bedtime Digital Games