Si uno piensa en juegos que simulen la vida de un entrenador de fútbol, el primer nombre que le viene rápidamente es el de Football Manager. La saga de Sports Interactive se ha sabido labrar una merecida reputación entre los aficionados a controlar aquellos intangibles del balompié que van más allá de los partidos. Pero por suerte, de vez en cuando, aparecen contendientes que quieren derrumbar la hegemonía inglesa en esto de los managers de fútbol. Esta vez, de la mano de Jim Scott, entrenador de fútbol, y de Go Play Games, nos llega, directo desde nuestros móviles donde ya cuentan con una dilatada experiencia, Club Soccer Director PRO 2020. Quizás, demasiado directo. Pero no nos adelantemos, dejemos que ruede el balón.
Club Soccer Director, como ya acabamos de comentar, es una saga que ya lleva unos años disponible para nuestros móviles. Utilizando un modelo Free2Play, permite hacernos cargo del equipo que queramos -o que nos quiera a nosotros- y llevarlo hasta la cima. Han habido, en la corta historia de los juegos para Android, diversos juegos que han cruzado la barrera y han llegado a nuestros PCs, con mayor o menor fortuna, con, posiblemente, su máximo exponente en Motorsport Manager, que pasó de un gran juego para móvil a un grandísimo manager de Formula 1, siendo apadrinado por SEGA. Esto demuestra que portar un juego desde el móvil hasta el PC es posible, siempre que uno sepa lo que se hace. Por desgracia, este no es el caso.
Club Soccer Director PRO 2020, en PC y en móvil, son idénticos. Simplemente uno es gratis, y el otro cuesta 20€. Y es idéntico en lo bueno y en lo malo. Y lo malo es muy malo: el juego está repleto de microtransacciones. Un servidor, como fan de los managers de fútbol, abrió la aplicación ilusionado, empezó una nueva carrera, y al intentar elegir un equipo de Primera, se encontró con que necesitaba adquirir la licencia de entrenador UEFA o continental. Una costando 5$ y la otra 19,99. Sinceramente, no sé qué diferencia había entre esas dos, y tampoco me importa demasiado.
Decidí empezar por un equipo de zona baja de Segunda, que no requería de licencia, entendiendo que no haría falta comprar licencia con dinero real si se llegaba a cierta reputación. A partir de ahí, todo fue a más. Fallos horribles de traducción u horrores en la experiencia de usuario provenientes de su origen móvil -¿qué sentido tiene que en un listado con scroll la rueda del ratón no funcione y haya que bajar haciendo click y arrastrando cuál pantalla táctil?-. Y todo eso con las microtransacciones siempre en primer plano. ¿Se quiere negociar con según qué jugadores? Compra monedas. ¿Se quiere contratar a un representante para el manager? -Algo que en principio me pareció una buena idea- Compra monedas. ¿Se quiere ojear en según qué sitios? Monedas. ¿Se quiere crear un equipo nuevo? Monedas. ¿Se quiere contratar empleados? Monedas.
Mi sensación no hizo más que empeorar cuando llegué a mi primer partido. Mi segundo alinea a los jugadores según un oscuro y desconocido criterio. Y empieza una especie de sucedáneo de Football Manager en el que un narrador va comentando las jugadas del partido hasta que llega una jugada clave, donde se muestra un sucedáneo de Sensible Soccer no controlado por el jugador, como es lógico, relativamente curioso en el que se va sucediendo la jugada. Podría pasar por un partido decente, pero cuando uno va perdiendo por dos goles agradecería tener alguna opción táctica más allá de cambiar el dibujo o a un jugador concreto. Sin contar los propios cambios que realiza tu segundo sobre tu equipo sin siquiera consultarte.
El juego también tiene algunas buenas ideas, como la del representante del usuario, o tener la posibilidad de modificar los precios de las entradas o el propio estadio al más puro estilo PCFútbol, pero estas ideas se quedan en nada ante todo lo demás.
En resumen, Club Director Soccer PRO 2020 es un juego portado directamente desde Android, sin modificación alguna, con poca profundidad a nivel de manager, fallos en las traducciones al español, y con una experiencia de usuario a nivel de interfaz especialmente mala, herencia de dicho origen móvil. Esto podría pasar, al final no deja de ser un juego indie que entra de nuevas en un género inabarcable de primeras, donde sagas ya consolidadas siguen añadiendo parámetros y variables.
Pero la flexibilidad que uno puede ser ante un juego como este se pierde totalmente al comprobar la agresiva política de microtransacciones que se gasta, más propio de un Free2Play que de un juego que ya de por sí tiene una barrera de entrada de pago. Es cierto que estamos en un mundo donde las microtransacciones y las cajas de botín están ya por todos lados, pero flaco favor se hace uno incorporándolas a una saga desconocida hasta ahora si se quiere triunfar en el mundo del PC. Primero llega a la popularidad de FIFA o NBA2K y luego plantéate monetizar según ciertas cosas.
Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Big Games Machine