Una vez más tenemos otro producto de baja producción por parte de la editora Ratalaika Games. En este caso, continuando con la idea de Super Destronaut, de Petite Games, pero traslando los neones, la música electrónica y los sprites de Space Invaders nada menos que a un…FPS. Damas y caballeros, esto es Super Destronaut: Land Wars.
Como digo, es un título de perfil sencillo, fácil de producir y cuando menos, llamativo. El cuerpo principal es el de un juego de acción en primera persona, en entornos full-neón creados con vóxels -cubos recreados en tres dimensiones-, en un único escenario, con enemigos que van apareciendo poco a poco o por oleadas. Y las recompensas son la puntuación y las monedas que sueltan los enemigos para comprar armas o mejoras en la tienda situada en un punto del escenario.
El manejo es extemadamente simple, con dos botones de cambio de arma, disparo y salto. Y disponemos de varias armas, como el rifle de rayos, escopeta, lanzagranadas y lanzacohetes. Tenemos un multiplicador si encadenamos muertes rápidas, y un modo furia temporal con doble arma si matamos rápido. Es una base sencilla, a la que se intenta sacar partido a través de dos modos de juego: desafíos y arcade.
El modo desafio presenta treinta retos de dificultad creciente, siendo el objetivo cumplirlos en los tiempos fijados, para conseguir medallas de oro, plata, bronce, o sin calificación si tardamos mucho. Los retos son diversos, como superar una puntuación determinada, conseguir un número de monedas, mantener el multiplicador de puntuación un determinado tiempo, o comprar un arma o mejora en la tienda, que no se mantendrá para posteriores desafíos.
Cada reto hay que afrontarlo con alguna condición especial como usar un tipo de arma, lentitud o no poder usar el salto, repitiéndose los mismos mientras sube el hándicap. En el último, comprar -ooooootra vez- la escopeta en la tienda con 4000 monedas, mueres de un único impacto.
El modo arcade es un modo infinito, eligiendo varias modalidades: la normal es jugar y jugar aumentando poco a poco la dificultad y número de enemigos. Hardcore para empezar de forma más complicada. Strong, comenzando directamente con el lanzacohetes. Otro donde hay que mantener el multiplicador de puntos, acabando la partida si llega a cero, o morimos. Y el modo Snail, moviéndonos más lentos y sin poder usar el salto para esquivar.
Pues me temo que esto es todo. La parte audiovisual es, sin duda, especial. Pero el problema es no solo la falta de contenido, sino la calidad del mismo, ya que a esa escasez de modos de juego, se le suma que no es un título muy longevo por su diseño general. No hablamos de pasarnos horas y horas como otros arcades sencillos, el mismo Space Invaders al que Petite Games homenajea en diferentes juegos, como ejemplo rápido.
Entiendo que es la habitual producción de bajo perfil que la editora Ratalaika Games acostumbra, a un precio muy interesante de 4,99 euros, pero no es una propuesta que se alargue en el tiempo o genere muchas ganas de volver a él dada su simpleza.
Incluso los trofeos/logros se antojan demasiado fáciles, sin usar esa pequeña baza para intentar crear más tiempo de juego. Ratalaika tiene desde hace tiempo esa fama de editora que regala los logros por acercarse a sus juegos, pero creo que se podría usar la baza para el cazatrofeos ávido con un poco más de complicación, sin traicionar esa filosofía para generar algunas ventas.
Su primera hora me ha resultado realmente simpática, pero es lo que digo, falta cantidad y calidad para que pasemos más tiempo frente a él, porque hasta conseguir mejores medallas tampoco resulta atrayente con una parte jugable tan simple, los enemigos no hacen casi nada, por ejemplo.
Quede al menos este gameplay rápido como muestra de buenos conceptos, un buen rato pasado con el juego, pero lamentando no tener o más ambición o una jugabilidad más llamativa.
Este análisis se ha realizado con una copia cedida por Ratalaika Games.