Cuando entro a mis sitios y foros favoritos de juegos de gestión, hay un par de sagas que siempre están en boca de todos: Patrician y Port Royale, ambas de Gaming Minds y distribuidas por Kalypso Media. Son ese tipo de juegos que siempre están ahí, y que siempre acaba alguien descargándoselos y volviéndolos a jugar. Ya hace muchos años de la salida de la tercera entrega de Port Royale -que data de 2012-, y ya va siendo hora de disfrutar de una nueva aventura en nuestros PCs. Por suerte, desde Gaming Minds y Kalypso nos escuchan, y en septiembre podremos jugar a Port Royale 4, cuya versión beta -relativamente temprana- hemos podido disfrutar unas cuantas horas ya. Y podemos ir adelantando que navegar y comerciar por los mares del Caribe nunca ha sido tan fácil.
Lo primero que le recomienda Port Royale 4 en su menú principal al jugador es que pase por el tutorial. De hecho, como incentivo, tras completar el tutorial se le regalará una goleta adicional. Y se agradece, porque con no hablamos de un cursillo rápido, sino que se sumerge en las distintas opciones que ofrece el juego.
El problema aquí es que a los 5 minutos el jugador ya está buscando el botón de saltarse los comentarios de Sammy, el señor pirata barbudo que le enseña los entresijos del juego. ¿Quién decidió que para cada opción hacía falta escuchar todo el monólogo que suelta este personaje? Más teniendo la posibilidad de leerlo, donde se tardan 10 segundos en vez del minuto que se tarda en escuchar la voz. Quizás en Gaming Minds podrían plantearse poder cortar el monólogo si le hemos dado al botón que quiere que le demos, lo que agilizaría bastante esta entrada al juego.
Una vez acabado el tutorial tendremos la opción de jugar una campaña o una partida libre. Solo hemos podido elegir a los españoles en esta beta, aunque entendemos que los ingleses o los holandeses aparecerán en versiones posteriores del juego -o directamente, en el juego completo que tendremos en septiembre-. Tanto si empezamos una partida libre o la campaña, tendremos que elegir un arquetipo de gobernador, ya sea un aventurero, un mercante, o un pirata, entre otros. Cada uno con sus ventajas e inconvenientes.
Nuestro cometido será, básicamente, hacer dinero. ¿Y cómo? Lo más sencillo será comerciar. La ley de la oferta y la demanda. Veremos qué producen las distintas ciudades y qué es lo que escasea, para poder comprar barato y vender caro. Para ello contaremos con distintos barcos de distintos tipos en los que podremos cargar material y provisiones para venderlas más adelante.
El jugador será el encargado de optimizar cada viaje de cada barco o convoy de barcos, ya que, obviamente, existen unos gastos de mantenimiento y reparación. Por suerte, Port Royale 4 nos permite automatizar estos viajes con las trade routes, o rutas de comercio. Podremos elegir qué ciudades visitará un convoy, y qué comprará o venderá en cada una de esas ciudades, de forma que se creará una ruta que nuestros barcos seguirán periódicamente. Habrá que tener en cuenta el viento, las tormentas y las corrientes. Un viaje con el viento en contra siempre tardará más que uno con viento a favor, claro. Y ya se sabe que el tiempo es oro. En este caso, oro perdido. Pero con varias rutas de este tipo bien optimizadas, podremos estar ganando oro a espuertas en un santiamén.
Pero uno de nuestros cometidos es administrar una ciudad. Y, en efecto, estaremos a cargo de una ciudad inicial -al principio, luego podrán ser más, si tiene a bien nuestro virrey-, donde podremos realizar construcciones, desde granjas o minas hasta mercados, pudiendo así elegir qué preferimos producir en ella, y aprovechándonos de ello para ganar dinero. Si administramos dos ciudades y las moldeamos para que una tenga superávit de grano mientras la segunda necesite comprar de ese cereal, podremos trazar una ruta entre ellas para que todo el mundo esté contento. Y nosotros, como intermediarios, más. ¿Eso se llama autocartera, no?
Sin embargo, el cambio más brusco respecto a entregas anteriores son las batallas navales. En una época donde la piratería era el pan de cada día, las guerras entre naciones eran cíclicas, y las patentes de corso se ofrecían sin parar, nuestras rutas de comercio serán atacadas más veces de las que querríamos, sobre todo si son provechosas. O quien sabe, quizás seamos nosotros los interesados en atacar a otros capitanes. En cualquier caso, se iniciará una batalla naval que, por primera vez en la saga, será por turnos.
Hemos de decir que este cambio nos ha gustado, aunque se pierden un poco las persecuciones entre barcos, que si bien podían hacerse infinitas -y pesadas-, tenían cierto realismo. Aún así, con estas nuevas batallas navales se incrementa la necesidad de tener un sentido táctico, ya que tanto la traslación entre casillas como la rotación dentro de estas gastarán puntos de acción. También entran en juego los capitanes que tengamos dentro de los propios barcos, puesto que tendrán habilidades que serán pasivas o que podremos activar a lo largo de la batalla. Sin duda es un añadido importante que posiblemente cause cierta división entre los seguidores de la saga, pero con el que nosotros estamos a favor. Aún así, siempre se pueden finalizar las batallas automáticamente simulando el resultado.
Hay que destacar que desde Gaming Minds se ha intentado que el jugador no veterano de la saga no se encuentre con una barrera de entrada excesivamente alta, y nos encontraremos con un HUD bastante intuitivo con el que tendremos la mayoría de opciones a mano, o incluso avisos por parte del juego para indicarnos que una ruta no está yendo bien económicamente, por ejemplo. Estas cosas se agradecen, y no es nada habitual que este tipo de juegos sean amigables con el jugador novel -te miro a ti, Crusader Kings-.
Por lo demás, nos hemos encontrado algunos bugs aquí y allá -alguno bastante molesto-, y varios crasheos. Pero recordemos que estamos ante una beta, y aún quedan 4 meses para la salida del juego, por lo que no nos parece algo especialmente reseñable. Aún así, el juego es perfectamente jugable y estable, por lo que estamos tranquilos en ese sentido.
Así que, en conclusión, estamos ante una entrega muy esperada que probablemente no decepcionará a los fans. En mis horas jugadas, lo he disfrutado mucho, siendo además quizás el Port Royale con la barrera de entrada más sencilla para el jugador novel. No he hablado de cosas como la simulación económica, o las distintas relaciones entre las diversas naciones. Para esto podréis consultar el análisis que publicaremos en el momento de su salida oficial, que, recordemos, está fechada para el 25 de septiembre.
Este artículo ha sido realizado mediante una copia cedida por Kalypso Media