Lo primero, perdonadme la herejía de traducir el título original para esta entrada retro. Sí, The A-Team, vale, al menos que Google pueda encontrarlo en el primer párrafo. Sucede que cuando algo es tan mitológico para tantos y tantos mayores como es la serie de El Equipo A, reconozco que me cuesta resistirme a que todo aquel que se acerque a la entrada desde las fuentes donde se promocionará, no vea el nombre con el que crecimos. Porque anda que no nos la repitieron años y años tras su finalización. Y en vez de analizar la trayectoria de la franquicia, como acostumbra mi compañero Pedro Ibado -y esperemos que algún día lo haga-, me centro una vez más en un título concreto: el juego basado en la serie para Commodore 64.

¡Venga, joder, tengo que ponerlo, es obligado! «En 1972, un comando compuesto por cuatro de los mejores hombres del ejército americano, fueron encarcelados por un delito que no habían cometido. No tardaron en fugarse de la prisión en la que se encontraban recluidos. Hoy, buscados todavía por el gobierno, sobreviven como soldados de fortuna. Si tiene usted algún problema y se los encuentra, quizá pueda contratarlos.» -PUMPUMPUMPUMPUMPUM-

Dado que hablamos de 1985, un año después del estreno de la serie, vamos a dejar cosas fuera como a nuestro querido Franky Santana, o los generales ‘Toro’ Fulbright y Stockwell, y por muy simpáticas que me cayeran, también olvidemos a las periodistas Amy y Tawnia. Bueno, llamadme machista, pero…no eran El Equipo A, solo ayudaban, que no es malo, peeeeeeeeeeeeeeero…..

Creada en 1984 por Stephen J. Cannell y Frank Lupo, nuestro cuatro campeones eran el coronel John ‘Hannibal’ Smith, el cerebro, adicto a los disfraces y aparecer en películas aún estando buscando por la justicia, y a sus puros, interpretado por George Peppard; el guaperas era Templeton Peck ‘Fenix’, sonrisa vitaldent, Corvette en ristre y relaciones públicas, con Dirk Benedict dándole vida; ah, y nuestro M.A. Baracus, Mr. T, la pareja de Hulk Hogan en la WWF <que también salío en la serie en varios capítulos>, mal genio, odio a volar, un gran mecánico, conductor, y un corazón bondadoso; hasta que se encontraba con su ‘némesis’, H.M. ‘Perro Aullador’ Murdock, Diwight Schultz, que había que sacar al comienzo de la mayoría de los capítulos del manicomio donde realmente no necesitaba estar recluido, alguien que se puede hacer invisible concentrándose en papel no tiene ninguna barrera ante si…

Ahí vamos con el juego, cumplir encargos para los débiles nos mostraba la serie, pero ¡Cáspita! Resulta que en el juego nos ponen a los mandos de los militares que les persiguen, pero con una presencia prominente de estos cuatro Don Quijotes modernos. Se podría decir…¡Que somos también parte del Equipo A!

Su responsable es Erik Petermeijer, que podríamos definir también con ese alma de los cuatro fugitivos, ya que en su prolífica carrera –Labyrinth, Gulper 64, Kangaroe, entre otros- solo colaboró en esta ocasión para Courbois SoftwareBrainstorm, Wet Paint, Jumbo Lander…-, un espíritu libre que se movía por ahí, haciendo el bien. Y en este juego lo hizo, y mucho.

Sería algo así como el Cazafantasmas de 2009, que a través de los ojos de otra persona, vemos y participamos en las actividades del grupo. Con nuestro soldado nos implicamos en los encargos que el grupo lleva a cabo, se supone que para perseguirlos, pero realmente, ahí estamos ayudando, poniendo el granito de arena.

¿Si tienen que salvar a unos honrados comerciantes de unos italomafiosos? ¡Nosotros echamos una mano! ¿Una malvada compañía maderera quiere explotar a los pobres productores locales? ¡A por ellos que vamos también! ¿Terribles banqueros intentando conseguir propiedades inmobiliarias con intimidación y violencia? ¡Se topan con nuestra justicia!

A la variedad de objetivos y misiones, se le suman cosas míticas de la serie como el fabricar cacharros de forma improvisada, un sistema de crafteo simple que hace que podamos conseguir vehículos chulos y todo tipo de utilidades. No solo recorremos las calles, luchamos y trazamos planes, tenemos ese toque aventurero, constructivo y de uso de objetos.

¡Ah! Y aquí tenemos una gran sorpresa ¿Quien se acuerda de que Ana Obregón aparece en la serie? Pues sí, pues sí ¿Y sabéis qué? ¡Que fue en 1985 precisamente! Sí, ya os lo confirmo, aparece en el juego.

Esta era la gran Anita/Anuski en pantalla:

 

Y así nos la presentan en el juego ¡Ahí, ahí! En la esquina, moviéndose, miradla bien, no perdáis detalle ¿Eh?

El gif no es bueno, perdonadme, pero es obvio que, incluso con unos años más hoy en día, sigue siendo ella. Y se merecía este homenaje ¿Cuantos famosos españoles tienen no solo aparición en una gran serie de TV, sino que salen tan bien trasladados a un videojuego? La mujer que hacía paellas para Steven Spielberg tiene su merecido lugar en la gloria.

Sobre los aspectos técnicos, seguimos con el guion del Commodore 64: movimientos y fluidez geniales en colores sencillos. Múltiple variedad en escenarios, vehículos, sprites, efectos…un trabajo que sin ser de los mejores de la máquina, ralla a un gran nivel, y yo escupo sobre quienes comparan esta maravilla con Space Invaders.

Pero sobre el sonido, volviendo de nuevo a tener otra pieza musical de altura del SID, el enorme chip sonoro de la máquina, he querido optar por otra vía. Poco sentido tiene elogiar una calidad que nadie puede escuchar. Y describirla algo menos, pero sí quería dejar justo al final, la pieza central de la serie para que todos puedan apreciar por una vez de que era capaz esta máquina, este creador, y este grupo de programación.

Y ese es el broche que le pongo a la entrada, espero que lo disfrutéis y os asombréis tanto como yo lo hice en su momento cuando descubrí el juego. Por supuesto, esto solo podía terminar con un «Me encanta que los planes salgan bien».