¡Vuelve de nuevo la cacería salvaje de arañas a nuestro portal! Tras su paso por PC hace algo más de medio año, vamos ahora con las consolas de pasada generación y las actuales -aprovechando la retrocompatibilidad-, y hasta en Android e iOS. La alocada criatura de Casey Donnellan Games publicada por TinyBuild cuenta ahora con Sock Monkey para las labores de conversión de esta historia de la empresa de exterminación de bichos Kill it with Fire, que lleva su negocio a cotas imposibles.
Estamos ante un FPS con profusión en las físicas y el cafrerío. Nuestro protagonista empieza por poco, lo lógico en su negocio, labores domésticas. Pero trascurrirán las fases y la escala crecerá, y crecerá… y crecerá.
El juego se desarrolla matando arácnidos, interactuando con los entornos -apartando toooooodo tipo de trastos, rompiendo otros-, donde el número de arañas liquidadas irá abriendo las secciones de cada fase. La parte principal es utilizar todo tipo de armas y utensilios para acabar con estos beneficiosos artrópodos. Como nuestro avatar es inmortal y no puede sufrir ningún daño durante el juego, el gameplay se basa en la exterminación, la búsqueda y consecución de objetivos, y conseguir mejoras para el personaje, más armas, y las capacidades de nuestro inseparable rastreador.
El aparente reclamo es la repulsión que las arañas puedan generar, representada sobre todo por los fantásticos e inquietantes efectos de sonido. Porque visualmente son bichos canijos de diferentes tipos y comportamientos, pero que no presentan demasiado impacto visual. Si no recibimos ningún daño y lo más que vamos a tener es un pequeño acercamiento cuando alguna nos salte, pronto percibiremos que somos dioses frente a hormig… bueno, ya se entiende.
El problema que presenta el juego es lo poco interesante que se va haciendo esta combinación. Podremos tener nuevas especies como la araña explosiva o la radiactiva -representada por repulsivos y maravillosos sonidos guturales-, pero la ‘lucha’ en sí no es gran cosa. La idea es enriquecer cada fase con esos objetivos que iremos viendo en hojas colgadas, así como encontrar objetos como las baterías para nuestro rastreador.
Y es que estos objetivos adicionales al desbloquear de partes de cada nivel aumentando el número de arañicidios pueden entorpecer mucho el ritmo, sumado a la caída de interés clara por ellos. Cualquiera puede entender que en un juego que presenta un FPS donde hay cada vez más armas y artefactos más bestias perder tiempo buscando y colocando herramientas en un garaje, vaciando una nevera, rompiendo fotos en un piso o escaneando productos en un supermercado, la emoción y las ganas flojean claramente.
Y es que son estas búsquedas, objetivos y pequeños puzles lo que acapara la gran mayoría del tiempo de juego. Sí, se puede ir de forma más directa, el juego te da armas que lo permiten, y sus nueve no duran demasiado. Podemos volver a las fases anteriores con lo que hayamos adquirido en las posteriores, pero completarlas al 100% exigirá enfrentarse a esas misiones plomizas. La búsqueda de baterías puede ser muy tediosa, y es la única forma de ‘pagar’ mejoras para nuestro detectarañas, pero dichas mejoras deben encontrarse primero en cada fase.
Kill it with Fire es llamativo, no podría ser de otra forma, pero eso no bastó hace siete meses y las conversiones aparecen con algunas faltas encima.
El juego no era ningún prodigio técnico en PC, un low-poly anguloso que envidiarían en aquella placa M1 de SEGA que albergó a Virtua Fighter o Virtua Cop por ejemplo. Pues en consolas hay un bajón gráfico que no termino de comprender. Los primeros niveles son prácticamente exactos, a 60 fps al menos ¡Solo faltaba! Pero luego el detalle baja, hay rascadas de frames, o el brillo aumenta de forma casi-nuclear, como en el nivel de la granja que veis arriba.
Tampoco entiendo porque los añadidos gratuitos que los desarrolladores han ido lanzando durante estos meses no están presentes. Mismamente, tenemos las carpetas con la letra griega ‘Omega’ que en PC se les ha dado un poco más de significado con más datos de esta… historia… porque seguimos una historia, aunque no lo parezca.
Este análisis sale justo con el lanzamiento del juego, y solo puedo pensar en un parche día uno para pulir esos temas visuales y añadir esas cosillas tan locas y chulas, como el aspirador o el sable de luz. O en los primeros días al menos. En todo caso, ni la merma gráfica es importante, ni estos añadidos mejoran el diseño global. Si acaso, pueden enfarrangar al añadir más objetivos adicionales, pero ¿Y quien no querría al menos tener la oportunidad de conseguir un sable laser que quema todo lo que pilla? Porque la destrucción de entornos es muy escasa y engañosa, pese a lo que pueda parecer.
La consecución de los objetivos de cada fase abre uno final, el Guante Arácnido, que es un reto contrarreloj matando arañas cumpliendo condiciones específicas. Precisamente la culminación de estos retos es la clave del post-game y el último colgajo de la historia. Son divertidos, hay que decirlo, pero no pueden sustentar ni subir mucho ese interés decreciente.
Rebajo un poco el tono de villano de película de James Bond: Kill it with Fire te da buenos ratos, es gracioso y las burradas que presenta y generamos te pueden sacar una mueca maquiavélica. Simplemente la diversión no está a la altura de una idea tan cachonda y destacable.
En fin, como cierre de esta entrada, echadle un ojo a uno de los primeros Guantes Arácnidos del juego. Ahí tenéis un resumen perfecto, incluyendo la poca destrucción que tenemos para lo animales que somos. Porque visto en perspectiva nosotros somos los verdaderos bichos malvados y letales de este juego.
Este análisis se ha realizado con una copia cedida para PS4 por tinyBuild