Hace algún tiempo que Debris Infinity, el juego del estudio español SVC Games, llegó al mercado. No obstante, con su lanzamiento en Nintendo Switch es cuando hemos tenido ocasión de probar este arcade de disparos cargado de acción que ha puesto a prueba nuestros reflejos. Veamos cómo sale parado en las siguientes líneas.
ARCADE PURO Y DURO
El título que nos atañe, no esconde su naturaleza de juego directo en ningún momento. Es un arcade puro y duro sin más pretensión que la de divertirnos, que a fin de cuentas es el fin inicial y último para el que la mayoría de los videojuegos son desarrollados.
Estamos ante una propuesta como decimos directa, cuyos tres modos de juego buscan que juguemos partidas rápidas -más o menos dependiendo de nuestra habilidad a los mandos- y que a tenor de lo enganchados que nos ha tenido estos días, logra su objetivo de forma contundente. Y es que el juego de SVC Games es adictivo como pocos, retante y está muy bien diseñado en sus mecánicas jugables.
Los tres modos que nos propone están bastante diferenciados como para ofrecer una variedad suficiente al jugador, siendo el modo normal el que a nuestro modo de ver es la gran baza de Debris Infinity. En este modo, nos enfrentaremos a una cantidad cada vez mayor de enemigos, en número y en variedad, hasta que logren destruirnos -una vez reduzcan a cero nuestro escudo-. El reto es competir contra nosotros mismos, intentando conseguir en cada nueva partida una mayor puntuación. No obstante, también se nos ofrece la posibilidad de inscribir nuestro resultado en una tabla clasificatoria a nivel mundial. Podemos asegurar que ambas vertientes -la de competir contra nosotros mismos y la de subir peldaños en la clasificación mundial- resultan un auténtico pique. Cuando tras finalizar una partida nos asalta la idea de «una más y lo dejo», es que las cosas se han hecho muy bien, ya que no es extraño vernos dedicando una hora de juego a algo que propone partidas de unos pocos minutos.
El segundo modo de juego en relación a nuestros gustos, es el denominado Power Wave, en el que haremos frente como su propio nombre indica, a oleadas de enemigos cada vez más complicadas.
El tercero es un Time Attack que supone intentar alcanzar la mayor puntuación posible en un tiempo establecido, siendo clave controlar el modo de puntuar en el juego, mediante los combos.
SENCILLEZ Y PRECISIÓN EN EL CONTROL
Un aspecto clave en un arcade es que sea preciso en su control. Debris Infinity nos ofrece esto y además lo hace con una configuración de botones que supone controlar rápidamente todas las posibilidades jugables. Es decir, estamos ante un juego de muy fácil acceso por su sencillez en el control pero difícil de dominar por el elevado reto que supone alargar la partida unos pocos minutos.
Con una combinación de ambos sticks, nos moveremos y dispararemos, quedando otros botones para la ralentización del tiempo cuando nos veamos apurados al estar rodeados y para la liberación de una bomba que acabará con todos -o la mayoría- de enemigos en pantalla. Estos dos aspectos especiales en el control consumirán energía, que podremos acumular a medida que acabemos con nuestros enemigos, siendo vital el modo de hacerlo. Y es que habrá que intentar acabar con ellos lo más rápido posible una vez aparecen en pantalla, y además deberemos intentar encadenar muertes continuamente, procurando a la vez que sean del mismo color los enemigos abatidos de forma seguida para obtener distintas bonificaciones.
OBSERVAR LOS PATRONES ES IMPORTANTE
Cada enemigo tiene una forma distinta de actuar. Desde los que se mueven sin patrón aparente por el escenario, hasta los que una vez en el mismo nos seguirán continuamente, pasando por otros que cargarán un potente disparo que deberemos esquivar. La variedad es considerable y el poder hacer frente a algunos de ellos supondrá cierta mecánica de ensayo y error puesto que la primera vez que veamos a varios, será muy complicado predecir su modo de actuar y sufriremos en nuestras carnes lo que supone no conocer su patrón de ataque.
La experiencia hará la excelencia, siendo este un juego que recompensa las horas de juego y el conocimiento de cada enemigo con un mayor entendimiento de lo que nos rodea y del modo de proceder en cuanto a esquivar y la focalización y priorización de nuestros ataques.
RESULTÓN EN LO VISUAL Y ACERTADO EN LO SONORO
Debris Infinity es un juego bonito. Con unos gráficos sencillos pero que llenarán de luces y colores nuestras pantallas, formando un conjunto muy atractivo para la vista. Además, el apartado audiovisual queda bien cerrado con unas piezas musicales que le van al juego como anillo al dedo y que trasmiten el dinamismo de la situación que estamos viviendo en cada partida.
La voz que nos narra que estamos en una situación crítica -cerca de sucumbir-, que disponemos de la bomba o que hemos logrado un combo de una longitud determinada, cumple a la perfección con su función en la jugabilidad a modo de información importante, dentro de lo equivocado que sería ofrecérnosla solo a modo de texto u otro elemento visual en un juego en el que no puedes perder de vista ni un segundo a tus enemigos. En cuanto a los efectos sonoros, cumplen sin más.
UN JUEGO PARA UN RATO O PARA SESIONES LARGAS
Como buen arcade, la propuesta está ideada para no ofrecer partidas largas. Sin embargo, como hemos dicho anteriormente, será difícil que dejemos el juego tras una o dos partidas, salvo por falta de tiempo. Siendo por tanto un título ideal para partidas cortas en momentos muertos o para sesiones largas cuando tengamos tiempo para dedicarle.
De lo que sí estamos seguros es de que Debris Infinity acompañará durante muchos meses a nuestra Nintendo Switch, ya que su mecánica es ideal para mantener el juego en la híbrida de Nintendo de forma constante por su carácter portátil, que retroalimenta el valor de estas partidas cortas.
En definitiva, si queréis un arcade bien diseñado, con un reto considerable y que os pueda enganchar en partidas cortas y durante mucho tiempo por su propuesta de superación personal, este es vuestro juego.
Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por SVC Games