Cuando decido analizar un juego, no suelo pensar en las horas que me va a llevar hacerlo. Pero hay excepciones, y Satisfactory es una de ellas. Cuando lo inicié en mi cuenta de Steam, me despedí de mis seres queridos y activé el ingeniero que llevo dentro. Han sido muchas horas, pero a pesar de ello no he hecho más que rascar la superficie. Satisfactory no es solamente un videojuego, es un estilo de vida.

El juego de Coffee Stain Studios llevaba en desarrollo muchos años ya. Si hablamos de juegos de automatización e ingeniería, hay dos claros reyes. El primero fue Factorio, un título que no necesita presentación, con una perspectiva isométrica. Ahora llega la 1.0 de Satisfactory para ocupar el lugar que le corresponde: ser el rey de los juegos de automatización en primera persona.

Antes de empezar sobra decir que este no es un juego para todo el mundo. Cualquier persona puede ver un tráiler o unas pocas imágenes para saber a lo que se va a enfrentar. Tenemos entre manos un título donde la historia es anecdótica, la jugabilidad puede considerarse repetitiva y el juego parece no tener fin. No es un juego para ocupar unas pocas horas, requiere de cierta asiduidad y constancia. Pero si automatizar es lo vuestro, encontraréis que Satisfactory es muy placentero.

Satisfactory es un juego en primera persona donde tendremos que fabricar centenares de miles de objetos. Podremos hacerlo de forma manual, pero el objetivo del juego es hacer cadenas de montaje donde todo se va fabricando de forma autónoma. ¿Os acordáis de lo que dijo aquel eminente político español: «Hay que fabricar máquinas para fabricar máquinas, lo que no hace la máquina es fabricar máquinas«? Pues en este caso es falso, ya que nuestras máquinas harán todo por nosotros.

Satisfactory nos ofrece un tutorial implementado de forma muy inteligente por el juego. Nuestra misión es, por supuesto, expoliar al planeta de sus recursos, ya que trabajamos para la empresa FICSIT. Para que os imaginéis el percal, cuando nos hacemos daño una voz en off nos dice que está prohibido hacerle daño a la propiedad de la empresa. Nosotros mismos somos propiedad de la empresa. En este tutorial veremos las primeras herramientas y construiremos nuestra base de operaciones.

Al comienzo usaremos mucho esta base, dada la falta de automatización, muchas cosas las fabricaremos más rápido con nuestras propias manos. Tendremos que explorar nuestro alrededores para encontrar materias primas, como hierro, cobre, carbón o incluso agua. El titulo nos lleva de la mano al comienzo para explicarnos cómo buscar los materiales y cómo explotarlos, de forma jocosa y amena. 

Además de los recursos básicos, también hay un gran numero de ellos que son secundarios y no necesarios para avanzar. Pero la poca trama de la Satisfactorydispone esta atada a algunos de esos materiales. Poco a poco se irán descubriendo cosas y recibiremos extraños mensajes que nos harán replantearnos las cosas. Pero esto no es sino una distracción de lo importante: expoliar el planeta.

Explorar la zona también nos servirá para ordenar nuestras ideas. Automatizar el proceso nos requerirá de grandes superficies. Para ello es importante saber donde construir cada cosa. Afortunadamente, esto no es Factorio. Aquí, aunque quede feo, podremos hacer auténticas virguerías para que nuestras fábricas se amontonen. De hecho, Satisfactory a veces no produce satisfacción visual, muchas veces nuestras fábricas tendrán clipping, o estarán montadas de una forma que romperá las leyes de la física.

Estoy seguro de que mucha gente será capaz de ordenar sus ideas para hacer una fabrica tan eficiente como visualmente sugerente. Yo no soy una de esas personas. Soy un desastre con patas y mi fábrica es más de lo mismo. Si funciona, huiré hacia delante. En las capturas podéis ver que el aspecto no me importa tanto como la funcionalidad. Satisfactory ofrece un buen número de opciones para todo tipo de jugadores. Incluso nos avisa de lo anteriormente mencionado. Si algo va a hacer clipping o va a quedar extraño, el título nos avisa con un alarmante color amarillo anaranjado al construirlo.

La construcción es efectiva y directa. Si nos equivocamos, podremos destruir aquello que queramos sin perder recursos en el proceso. Los menús son claros y funcionales. Está claro que Satisfactory lleva muchos años en Early Access, y la 1.0 solamente es el resumen de lo que ya sabíamos: un juego prácticamente perfecto, que consigue lo que quiere.

Antes de pasar a otros temas, quiero destacar una vez más la exploración frente a su competidor directo. El hecho de que el juego esté en tres dimensiones le proporciona una verticalidad que hace que explorar sea, directamente, más divertido. Para acceder a una zona en el vehículo no vale con ir hasta allí; a veces hay que construir rampas o eliminar algunos árboles en el camino. Yo sabía que la construcción iba a ser el plato fuerte de Satisfactory, pero la exploración ha sido un delicioso postre que no esperaba.

Satisfactory no es un juego puntero gráficamente, pero los escenarios de los que dispone son muy agradables a la vista. Cada material tiene su propia textura -algo que poner en valor en un título con una cantidad tan alta de recursos- y el planeta tiene unos amaneceres y anocheceres preciosos. La música acompaña de una forma casual. En estos apartados el juego cumple, que es lo necesario para poder seguir jugando. El juego tiene también un modo cooperativo que lamentablemente no he podido probar, pero investigando un poco he leído que funciona tan bien como el resto del juego.

En resumen, Satisfactory es un juego perfecto. Su rendimiento es bueno y prácticamente todos los problemas de funcionalidad que existían en el pasado han desaparecido entre la 1.0 y las anteriores novedades. Si os gustan los juegos de ingeniería y de automatización, tenéis que comprar Satisfactory. Cualquier otra decisión es un claro error.