Este análisis ha sido realizado en PlayStation 5 mediante una copia cedida por PLAION
La saga Onimusha siempre ha ocupado un lugar especial en el corazón de los aficionados a los juegos de acción y aventura. Originalmente lanzado en PlayStation 2, Onimusha 2: Samurai’s Destiny recuperó la fórmula establecida por su predecesor y la expandió con mecánicas de combate más profundas y nuevos personajes jugables. Ahora, después del éxito del relanzamiento de Onimusha: Warlords en 2019, Capcom intenta traer de vuelta esta querida entrega para el público moderno, incorporando mejoras gráficas y numerosos elementos de calidad de vida.
La actualización más evidente en Onimusha 2: Samurai’s Destiny es la mejora gráfica. Se mantiene la misma presentación del juego original, utilizando fondos prerrenderizados sobre los que se superponen los modelados tridimensionales de los personajes. Esta edición eleva la resolución de pantalla a los estándares actuales, algo que se nota de inmediato en los personajes. Una problemática frecuente en los relanzamientos de los videojuegos que utilizan este estilo gráfico es que reescalar los fondos originales es en muchos casos, y sin ayuda de una IA, una tarea que resulta excesivamente compleja y delicada, por lo que suele mantenerse la resolución original de los fondos y se produce así un notorio desfase entre la calidad de estos y los modelados mejorados de los personajes.
En el caso de esta versión de Onimusha 2: Samurai’s Destiny no podemos decir que el resultado sea malo en absoluto. Los fondos se ven lo suficientemente nítidos como para no causar problemas, pero sí es cierto que el resultado es variable y que en algunos casos se ven más borrosos que en otros. La sensación de que los modelados tridimensionales están flotando sobre fotos de mala calidad, una de las peores consecuencias visuales de un mal trabajo balanceando la calidad de los fondos prerrenderizados y los modelados de los personajes, no llega a aparecer nunca, pero en contadas ocasiones sí que se hace evidente la diferencia entre ambos elementos. En todo caso el resultado es muy bueno, resultando una experiencia visual mucho más limpia y pulida que cumple perfectamente con lo que se le puede pedir a cualquier juego publicado en 2025, con una mención especial para el trabajo que se ha realizado poniendo al día unas escenas CGI que continúan resultando espectaculares.
En su núcleo jugable, Onimusha 2: Samurai’s Destiny mantenía el sistema de combate hack and slash de la primera entrega, salpicándolo con puzles al estilo Resident Evil. Para esta segunda entrega el balance giró un poco más hacia la acción, para lo cual se añadieron numerosas mecánicas como un sistema de parry potenciado y más combos y armas. Al mismo tiempo se trató de dar al juego un sentido de aventura algo más global, añadiendo una aldea llena de NPCs, con numerosas misiones secundarias y sorpresas. Así mismo se incorporó un sistema de afinidad, mediante el cual podíamos forjar una amistad con varios personajes secundarios. En función del nivel de relación que mantuvieran con nosotros, algo que se podía mejorar ofreciéndoles, por ejemplo, los regalos adecuados, estos personajes podrían intervenir en batalla en nuestra ayuda e incluso podríamos ver escenas ligeramente modificadas o zonas en las que podríamos controlar directamente a estos aliados.
Sobre la jugabilidad no se han realizado demasiados cambios directos. Se han añadido pequeñas mejoras de calidad de vida como la posibilidad de cambiar de arma al vuelo sin pasar por el menú o la opción de saltarnos las secuencias cinemáticas. Una mejora de calidad de vida importante es que se han añadido checkpoints y puntos de guardado automático, aunque, si queremos una experiencia a la vieja escuela, podemos seguir limitándonos a los guardados manuales en los puntos habilitados para ello.
Onimusha 2: Samurai’s Destiny se mantiene perfectamente y además su estilo de juego mezclando aventuras y hack and slash apenas se estila hoy en día, por lo que resulta una propuesta bastante refrescante. Se le notan los años en algunas limitaciones, como que el diseño de cámaras fijas puede dejarnos vendidos en alguna ocasión e impedir que veamos de dónde vienen los enemigos, pero por lo demás es un juego que puede agradar a todo tipo de público. No hace falta ser un nostálgico del juego original para disfrutarlo ni mucho menos.
Eso sí, Capcom también ha tenido en cuenta a los veteranos, añadiendo contenido pensado para aquellos que ya conocen de memoria el juego original. A los modos de dificultad originales se añade ahora un nuevo modo Inferno que, como su nombre indica, resulta una experiencia propia de una pesadilla. Este modo se basa en el modo difícil, pero con el añadido de que un solo golpe enemigo será suficiente para acabar con nosotros. Se requiere un dominio total y absoluto de todas las mecánicas de juego para conseguir salir airoso de este reto.
Además de todo esto, Capcom ha añadido numeroso contenido que estaba bloqueado en el juego original y que en esta ocasión podremos disfrutar desde el inicio, incluyendo modos extra que suponen nuevos retos o incorporan nuevas mecánicas sobre la base principal. Nada especialmente rompedor, como, por ejemplo, un modo en el que debemos recorrer determinadas zonas del juego original dentro de un límite de tiempo y sin poder atacar a los enemigos, pero son cosas que añaden vida y horas de juego a una historia principal que, con sus 10 horas de duración aproximada, puede hacerse un poco corta.
La historia de Jubei Yagyu y su búsqueda de venganza contra Nobunaga Oda y su ejército demoníaco nunca ha lucido tan bien ni ha estado tan completa como en esta nueva versión. Onimusha 2: Samurai’s Destiny es uno de los grandes juegos de PlayStation 2 y pasa con creces la prueba del tiempo, siendo todavía muy recomendable en 2025. Es un gran aperitivo mientras esperamos la llegada del nuevo Onimusha: Way of the Sword previsto para el próximo año.