Desarrollado por Nordcurrent, Chains of Freedom irrumpe en la prolífica escena de los RPG tácticos con una propuesta que busca combinar elementos de combate estratégico, una narrativa densa y una atmósfera opresiva que mantiene al jugador constantemente alerta. Este título nos transporta a una Europa del Este devastada por el impacto de un asteroide, un cataclismo que, lejos de ser el fin de la humanidad, ha provocado la aparición de una extraña enfermedad que convierte a los afectados en terribles monstruos mutantes.
Aprovechando el caos, un nuevo gobierno emerge dispuesto a restaurar el orden y proteger a la humanidad a toda costa, tomando muy rápidamente una deriva autoritaria y militarista. La trama nos coloca en la piel de un soldado de élite enviado a eliminar a un disidente del régimen, pero una serie de eventos desafortunados llevan al protagonista a cuestionar su misión, abriendo la puerta a una historia cargada de dilemas morales y conflictos internos.
Desde el primer momento, Chains of Freedom deja claro que la historia no seguirá los caminos convencionales de un RPG táctico. En lugar de centrarse únicamente en la lucha contra los mutantes, el juego introduce también la dualidad del enemigo: los soldados del régimen y los ciudadanos rebeldes. Los enfrentamientos tienen peso narrativo y las decisiones que tomemos en los combates pueden alterar el curso de la historia o la percepción que tienen el resto de personajes. Aquí, las elecciones no solo determinan el destino de los personajes principales, sino también el impacto del régimen sobre la población que aún lucha por su libertad.
La jugabilidad de Chains of Freedom sigue el estilo de combate por turnos popularizado por títulos como XCOM, pero añade sus propias capas de profundidad, aunque en todo momento se mantiene como un sistema de combate directo y accesible. El sistema de posicionamiento es clave para la estrategia en cada batalla. Mientras que podemos usar coberturas para evitar el fuego enemigo, también debemos estar atentos a los ataques en área que pueden castigar una mala colocación de las unidades, siendo la correcta colocación de nuestros personajes el punto clave para determinar nuestro éxito o fracaso en combate.
El gran punto interesante del juego es que entre combate y combate somos los encargados de mover de forma libre a nuestros personajes por los escenarios del juego, de forma muy similar a títulos más cercanos al WRPG como Wasteland 3 o Expeditions: Rome, explorando en busca de objetos, posicionando a nuestros personajes o tratando de averiguar la forma de avanzar para conseguir nuestros objetivos.
Esto es importante, puesto que esta libertad de movimientos conlleva que muchos de los combates se inicien cuando nosotros decidamos lanzarnos contra nuestros enemigos o cuando sean ellos los que nos detecten. Por tanto, podemos dividir a nuestros personajes para comenzar el combate en puntos que nos proporcionen una ventaja estratégica inicial o buscar puntos desde los que emboscar a nuestros rivales. Del mismo modo podemos intentar avanzar en sigilo, evitando combates al escabullirnos sin ser detectados.
El combate cuerpo a cuerpo también juega un papel crucial en el diseño estratégico del juego. A diferencia de otros RPG tácticos donde los ataques físicos suelen ser una opción secundaria, Chains of Freedom incentiva el uso de armas como cuchillos y bates para ahorrar munición y realizar eliminaciones silenciosas. Esto es particularmente útil en los momentos en los que la discreción es más importante que la fuerza bruta. Sin embargo, el combate cuerpo a cuerpo requiere un posicionamiento preciso, ya que los enemigos pueden contraatacar si el jugador se acerca sin tomar precauciones.
Además del combate directo, el juego introduce un sistema de fabricación que permite a los jugadores crear munición, granadas y botiquines con los recursos encontrados en el mundo. La exploración y el saqueo son fundamentales para el progreso, ya que la escasez de suministros obliga a administrar cuidadosamente cada elemento. A medida que la historia avanza, el jugador puede mejorar las habilidades de su equipo mediante biocristales, un recurso clave que modifica las capacidades físicas de los personajes y les otorga ventajas especiales en el combate.
La historia de Chains of Freedom es, como ya hemos comentado, uno de sus puntos más fuertes. A medida que el protagonista se enfrenta a realidades cada vez más incómodas sobre el régimen al que sirve nos plantearemos hasta que punto hacemos lo correcto si seguimos siendo leales a nuestra misión inicial. Las misiones principales y secundarias ofrecen una variedad de dilemas morales que afectan a nuestra percepción del mundo del juego y la relación con los NPCs, aunque es cierto que en ocasiones peca de predecible y de algo maniqueo.
El desarrollo de personajes es otro de los aspectos destacados del título. Cada miembro del escuadrón tiene su propia historia y motivaciones, lo que da lugar a momentos de tensión cuando las diferencias ideológicas empiezan a afectar la dinámica del grupo. Algunos personajes ven el control del régimen como la única forma de mantener el orden, mientras que otros comienzan a cuestionar sus propias acciones a medida que la historia avanza.
Desde una perspectiva técnica, Chains of Freedom presenta una dirección artística sólida, con escenarios detallados que refuerzan la atmósfera opresiva del mundo postapocalíptico. Los efectos de iluminación y los diseños de los mutantes son especialmente destacables, creando un contraste entre la decadencia de las ciudades abandonadas y los laboratorios ocultos donde los biocristales del meteorito han dado lugar a experimentos inhumanos. La banda sonora refuerza esta sensación con melodías tensas que aumentan la inmersión en el juego, especialmente en momentos donde la historia alcanza sus puntos más críticos.
En conclusión, Chains of Freedom es una de las experiencias más interesantes dentro del género del RPG táctico. Su combinación de combate estratégico, exploración y narrativa ramificada lo convierte en un título que desafía las expectativas del jugador en cada paso. La capacidad de tomar decisiones de manera orgánica y la forma en que se nos plantean situaciones que nos hacen cuestionar las acciones del protagonista y la motivación del gobierno al que sirve dan lugar a una inmersión difícil de encontrar en otros juegos del género.