Te has quedado sin trabajo. Se te acaban los dineros. Te quieren desahuciar de tu casa. Y de repente, una competición online de un extraño juego puede ayudarte a salir del pozo, pagar tus deudas y conservar tu casa. En esto consiste A Night at the Races, el nuevo juego del pequeño equipo Mushy Jukebox que fue lanzado recientemente en la eShop de Nintendo Switch tras haber pasado anteriormente por nuestros ordenadores a través de Steam. Una mezcla entre aventura gráfica point-and-click, y plataformas muy del estilo Super Meat Boy.

Por algún motivo, mientras intentaba sacar toda mi habilidad para ir avanzando en A Night at the Races, mi mente no paraba de recordar los buenísimos ratos que pasé con Super Meat Boy. Tras reflexionar un rato, caí en la cuenta de que ya hace más de una década desde que salió al mercado. Y me he sentido viejo, muy viejo. Sea como fuere, para A Night at the Races el equipo de Mushy Jukebox  no se ha limitado a tomar elementos de lo ya hecho por Team Meat en su momento, sino que lo ha envuelto dentro de una aventura gráfica de las de toda la vida. Aunque eso sí, mucho más limitada y bastante lineal. Estos tramos se utilizan para irte dando pinceladas de la historia que hay detrás, una historia que se va desgranando poco a poco y que por momentos se torna bastante psicodélica.

Las partes de aventura gráfica se van intercalando con las secciones en las que tienes que jugar al juego de plataformas que mencionaba al principio del análisis, al cual bautizaron como No Berry Left Behind. Estas secciones son niveles de una dificultad creciente y bastante bien medida, en las que controlamos a lo que en teoría es una baya de color blanco en su camino hasta el final del nivel, al tiempo que vamos reventando otras bayas que hacen de enemigos. Y, para que esto no acabe siendo un paseo, también sorteando las trampas, algunas de ellas colocadas con muy mala baba, que hay desperdigadas en cada nivel.

La duración de estos niveles es de aproximadamente un minuto, debido a su reducido tamaño y a la velocidad a la que transcurre la acción. Y aunque llegar al final de los mismos en los primeros sea una tarea sencilla, a medida que vamos avanzando nos costará algunos cuantos intentos más terminar cada nivel. Afortunadamente morir y tener que repetir un nivel no se hace para nada pesado, ya que los tiempos de carga entre reinicios son inexistentes, lo cual le da mucho dinamismo al flujo del juego. Cabe destacar que hay más de doscientos niveles para superar, por lo que podremos invertir fácil veinte horas en terminarlo.

Relativo a la dificultad me ha parecido tremendamente acertada la decisión de incluir una opción que permite modificar la velocidad de la acción en cada nivel. Para que, en caso de que se nos atragante llegar hasta el final de alguno, podamos seguir avanzando en la historia.

En cuanto al apartado audiovisual, me ha parecido un acierto el estilo pixel-art que podemos encontrar en A Night at the Races, en lugar de optar por ese estilo tan recurrente de aspecto de juego flash que tan de moda estuvo en la década pasada en este tipo de juegos. Al estar ante un juego con cierto frenetismo, se ha escogido una paleta de colores y un diseño de elementos simple, pero que permite seguir el movimiento de la baya lo suficientemente claro como para no perder el foco en ningún momento.

Esta simplicidad en el diseño gráfico también se ha visto trasladada al apartado jugable. Nos bastan apenas dos botones -A y uno de los gatillos R- para gestionar el salto y el dash. La respuesta es perfecta, y en cualquier momento tendremos la sensación de que no perdemos el control de la acción.

Por otro lado, cabe apuntar que el juego no cuenta con traducción al castellano. Para comprender la historia tocará tirar de diccionario en caso de no saber inglés, y aunque la diversión se encuentre en terminar los niveles, hubiera sido una buena idea que el juego estuviese en nuestro idioma. Al no tener un volumen elevado de textos, es algo que hubiera mejorado notablemente la sensación final que el juego deja.

Para finalizar, puedo decir que me he divertido mucho mientras jugaba con A Night at the Races. Aunque lo que plantea no sea nada revolucionario ni sobresaliente en ninguno de sus apartados, el conjunto de todos sus elementos es una propuesta a mi juicio bastante sólida y que funciona muy bien. El único punto negativo para mi gusto es no contar con una traducción, aunque la cantidad de texto no sea elevada, hubiera sido un detalle para agradecer.

 


Este análisis ha sido realizado en Nintendo Switch mediante una copia cedida por Nakana.io