Cuando oigo la palabra roguelike o roguelite, mis nervios auditivos se activan. Personalmente, el caso que nos ocupa es uno de esos títulos que me han salido una y otra vez en anuncios en diferentes plataformas. Básicamente es un juego que tenía que jugar, y el análisis ha sido la ocasión perfecta para hacerlo. Arboria es ese roguelite, y a pesar de sus buenas intenciones, no ha resultado todo lo positivo que quisiera.

Arboria es un roguelite en tercera persona donde la acción es el ingrediente principal. Lo que más destaca en un primer vistazo a Arboria es su dirección artística, que busca ser desagradable e incómoda; la mayoría de diseños son difíciles de mirar, sobre todo los personajes jugadores y no jugadores. Ese feísmo le da un aspecto muy interesante, pero sin duda desagradará a una buena cantidad de jugadores. La historia se aprovecha de ese feísmo para explicar cómo una tribu de criaturas necesita agradar a los dioses para poder seguir sobreviviendo, todo con un aspecto de lo más extraño.

El juego comienza con un tutorial que no resalta las bondades del título. La expresión de «más vale una imagen que mil palabras» no les suena a los desarrolladores, y algunos de los tutoriales nos requieren sendas dosis de lectura de forma que no quedan claras algunas de las indicaciones. Arboria tiene cierta profundidad en mecánicas, y con un tutorial más directo hubiera ganado bastante.

El combate tiene dos opciones distintas, nuestro arma principal y la secundaria, ambas con dos ataques distintos. El principal cambia respecto al arma que tengamos: una espada, una guadaña, una porra… tendremos un ataque fuerte y uno débil, aunque variará respecto al arma. En mi experiencia, hay ciertas armas mejores que otras, independientemente del set de movimientos que tienen. El secundario es más parecido a un poder adicional, y también es menos variado, aunque también hay ciertos poderes que cambian completamente el estilo de juego. Dominar los movimientos es una cosa -y complicada-, pero también hay que tener en cuenta los elementos

Arboria cuenta con cinco elementos diferenciados, que se afectan los unos a los otros en círculo, como si de Pokemon se tratara. Imbuir a nuestra arma principal y secundaria es una buena idea, siempre intentando cambiar de uno a otro para poder afectar al mayor número de enemigos de la forma más óptima posible. El sistema de elementos añade profundidad pero debería estar un poco más trabajado. 

Una vez tengamos esto claro, llega el momento de combatir. Los movimientos y la cantidad de opciones hacen que los combates sean interesantes. Además, Arboria se mueve muy fluido y los combates son una delicia en ese aspecto, pero en unas pocas partidas aparecen los primeros problemas. El primero es la cámara, que no está a la altura de los combates en algunas situaciones. El segundo es la repetición de enemigos y de sus patrones de ataque. Arreglar estas dos cosas debería ser el primer punto de Arboria.

Además, esto arrastra otros problemas. Dado que los movimientos de los enemigos son limitados, el combate contra uno solo es relativamente sencillo; para complicarlo Arboria ofrece a menudo combates contra múltiples criaturas. De repente, la dificultad de Arboria sube varios enteros, y nos veremos girando y saltando la mayor parte del tiempo. Por si fuera poco, aquí es cuando la cámara se convierte en un problema de verdad; muchas de las muertes vendrán por ella. Aún así, el combate es realmente disfrutable, y llegar al final de varias fases de combate con múltiples enemigos es un verdadero placer.

Por supuesto, no se trataría de un roguelite si no tuviera mejoras, y Arboria cumple esto con creces. Desbloqueamos armas, mejoras, modificaciones, armaduras, y todo tipo de objetos, combinando la exploración con el simple hecho de jugar. El título tiene una forma muy interesante de progresar: el recurso básico para pagar las mejores es el que usamos también para aplacar a los dioses; si queremos que nuestro siguiente personaje sea mejor no podremos hacer grandes mejoras en esta partida. También habrá mejoras entre niveles en la propia partida, aunque estos se perderán al morir. El desarrollo del personaje es duro, y Arboria es un juego solo para fans del género, porque no perdona.

El apartado visual es tan extraño que ya lo he comentado. Recomiendo ver trailers o gameplays antes de comprar Arboria, porque su estilo es tan bizarro y propio que solo encandilará a unos pocos. Las animaciones y demás elementos están muy logrados, y el resultado final es algo digno de ver. La banda sonora tribal es casi inexistente, perfecto para el ambiente opresivo que quiere trasladarnos el título. El sonido cumple con creces.

En conclusión, Arboria tiene defectos y virtudes a partes iguales. Es un juego profundo con muchas opciones, que es fluido y cuyo núcleo del combate está realmente bien realizado, pero la cámara y la repetición de enemigos empañan el resultado final. Con un poco más de trabajo recomendaría Arboria sin ningún tipo de duda, pero en este momento lo veo solo para acérrimos del género.

 


Este análisis ha sido realizado en PC mediante una copia cedida por Plan of Attack