Este análisis ha sido realizado en PlayStation 5 mediante una copia cedida por PLAION
No cabe duda de que el rol japonés atraviesa un gran momento. Desde los grandes años dorados del género, en el ya lejano cambio de milenio, nunca se había vuelto a vivir una época de tanto esplendor y prestigio como la actual. Nuevas franquicias aparecen y también viejas sagas que han resistido contra viento y marea el paso del tiempo tratan de reinventarse sin renunciar a su esencia. Una de estas sagas es Atelier, una veterana franquicia que, con más de 30 juegos a sus espaldas, lleva acompañándonos desde los tiempos de la primera PlayStation.
Sin embargo, a pesar de tan fructífero ritmo de producción, Atelier siempre ha sido una saga de nicho, con propuestas muy enfocadas a un publico muy concreto y valores de producción modestos. Es ahora, a rebufo de la renovada popularidad del género, cuando en Gust han decidido agitar los pilares que sostenían cada Atelier para intentar que su obra alcance al gran público.
Los primeros compases de Atelier Yumia: La alquimista de los recuerdos y la tierra imaginada bastan para saber que estamos ante una experiencia muy distinta a lo visto en anteriores entregas de la franquicia, ya que tras un escueto prólogo en el que apenas aprendemos las nociones básicas del sistema del combate -un poco más abajo hablaremos de él- y nos acostumbramos al control de Yumia, del que hay que decir que se siente muy preciso y satisfactorio, una breve pero reveladora secuencia da paso a la gran novedad de este capítulo: la apuesta por explorar un enorme mundo abierto con total libertad.
En cuanto nos ponemos al día sobre lo que ha sucedido y por qué hemos ido a parar a un lugar así, enseguida nos damos cuenta de que estamos ante un entorno realmente gigantesco. De hecho, nada más echamos un vistazo a todo lo que nos rodea y miramos al horizonte, resulta prácticamente imposible no pensar en el Reino de Hyrule en The Legend of Zelda: Breath of the Wild y Tears of the Kingdom o en Teyvat, el vasto mundo de Genshin Impact. Eso sí, hay un detalle que no conviene pasar por alto, y no es otro sino el hecho de que seguimos estando ante un Atelier en toda regla.
¿Qué quiere decir eso? Pues que al igual que sucede en otros capítulos de la longeva saga creada por Gust, podemos esperar justo lo que dice el lema oficial que reza en la ficha del título en Steam: «Recoge, lucha, crea». En otras palabras, que estamos ante un RPG de acción en mundo abierto en el que, si bien es cierto que la exploración es el elemento que más se ha potenciado, en ningún momento se descuida la faceta de recolección, crafteo y alquimia. Además, en esta ocasión también podemos crear y personalizar bases en las que trazar nuestra hoja de ruta de cara a la siguiente misión, por lo que el componente de fabricación también es uno de los aspectos en los que más se ha hecho hincapié.
Como decimos, el mundo de Atelier Yumia: La alquimista de los recuerdos y la tierra imaginada es enorme, algo que da lugar a una experiencia de exploración que recuerda, salvando las distancias, al citado Breath of the Wild. El motivo es que nada más salimos al exterior y nos damos una vuelta, enseguida empezamos a ver todo tipo de lugares marcados con un símbolo de interrogación; ubicaciones que pueden ser unas ruinas abandonadas, un nido de monstruos raros, un acceso a una zona subterránea o un cofre cerrado que solo se puede abrir resolviendo un puzle de entorno, entre otros. Esto da lugar a que explorar sea más gratificante que de costumbre, pues en casi todos estos puntos hay una recompensa que en algún momento termina siendo útil, como por ejemplo una pieza de armadura o uno de esos ingredientes de alquimia que no se encuentran fácilmente.
Por supuesto, el mundo está repleto de tesoros y materiales que más nos vale recoger durante nuestros viajes, ya que la síntesis requiere una auténtica montaña de objetos a la hora de fabricar el equipo más poderoso o las estructuras más valiosas para nuestra base de operaciones, en la que podemos descansar para recuperarnos después de las batallas, charlar con los compañeros del grupo y personalizar la apariencia de los personajes. ¿Hemos dicho batallas? Sí, muchas, ya que además de tesoros, el continente de Aladiss está infestado de todo tipo de monstruos, y nada más verlos nos damos cuenta de que no tienen ninguna intención de convertirse en nuestros amigos…
El sistema de combate apuestas por las peleas en tiempo real, aunque hay cierto orden que debemos respetar al atacar. Porque sí, podemos golpear en cualquier momento a nuestro adversario, pero una vez lo hacemos y elegimos las próximas acciones comienza una cuenta atrás; un pequeño retardo entre acciones que sirve para que planifiquemos bien la cadena de habilidades que a menudo podemos ejecutar para mermar seriamente la salud de los enemigos. Esto no es demasiado relevante cuando luchamos por las decenas de enemigos débiles que campan a sus anchas por el escenario, pero es sumamente importante a la hora de enfrentarnos a monstruos raros y, por supuesto, a los temibles jefes finales que aguardan al final de cada misión principal.
Los combates mejoran conforme progresamos en la historia principal, por lo que os recomendamos tener un poco de paciencia, ya que inicialmente nos sentimos muy limitados al ver que la oferta de habilidades se antoja algo escasa y durante las primeras horas, lo cierto es que la gran mayoría de las batallas son demasiado sencillas. Sin embargo, conforme avanzamos, aprovechamos la síntesis y mejoramos a los personajes, se abre un abanico de posibilidades y las cosas cambian drásticamente. En otras palabras, luchar es más divertido después de las primeras horas de partida.
A nivel narrativo la saga siempre se había caracterizado por ofrecer un tono ligero, alejado de las grandes épicas del JRPG, pero en Atelier Yumia se ha hecho un esfuerzo por crear una historia más compleja y madura, aunque no llega a alcanzar tampoco el nivel de densidad de otros clásicos del género. Eso sí, por primera vez, y como parte del esfuerzo realizado por acercar la saga al gran público, los textos nos llegan traducidos a nuestro idioma.
Atelier Yumia: La alquimista de los recuerdos y la tierra imaginada es un nuevo comienzo para la saga Atelier. Gust no ha renunciado a ninguno de los aspectos fundamentales de la franquicia, pero los ha ampliado y los ha repensado para conseguir crear un juego que cumple con éxito su objetivo de conseguir que la franquicia sea disfrutable por todo tipo de jugadores. Todavía se nota que se trata de una primera aproximación a esta filosofía de diseño, por lo que hay margen de mejora, pero la propuesta nos ha convencido y no nos cabe duda de las próximas entregas deben profundizar en este camino.