Ya sabemos que en esta casa nos gustan mucho los simuladores y cada vez que tenemos oportunidad nos gusta visitar esos juegos que emulan apartados de la vida real. No hace ni un par de meses que aterrizó House Flipper 2 y ahora nos llega un nuevo juego de construcción: House Builder, desarrollado y distribuido por el estudio Freemind SA, juego que sale ahora de su acceso anticipado para actualizarse a la versión final y vamos a ver que nos ofrece en comparativa con otros juegos similares.

House Builder no engaña con su título y tampoco esconde más de lo que realmente hay: En este juego vamos a construir casas, nada más. De maneras muy variadas, sí, pero solo construir casas y haciendo énfasis en el tema de la construcción, esto quiere decir que nos centraremos únicamente en levantarla desde sus cimientos hasta su acabado final, nada de decoración o amueblamiento de las viviendas.

A través de una vista en primera persona, tenemos que movernos por el escenario realizando los pasos que se nos piden para completar la construcción de la vivienda en sí. Normalmente recibiremos al inicio los materiales que vamos a necesitar -o al menos una parte de ellos- y el resto de partida es seguir los pasos que nos vayan indicando hasta completar la construcción de la vivienda. Para ello tendremos que realizar algunas tareas como cortar y lijar la madera, colocar ladrillos e incluso montar el sistema de tuberías de agua.

Aunque todas estas tareas puedan sonar complejas al principio, no debemos preocuparnos ya que en cada escenario nos irán indicando paso por paso lo que te tenemos que hacer, el tipo de materiales que vamos a necesitar y un sistema de señalización para evitar que nos perdamos. Y si todo eso no es suficiente para nosotros, también tendremos una enciclopedia visual que que nos mostrará el formato vídeo lo que tenemos que hacer. En ese sentido House Builder es bastante amable con el jugador ya que se esfuerza por no dejarlo vendido y sin saber qué hacer, aunque en ocasiones los mensajes indicativos desaparecen de pronto.

Hay que darle crédito en cuanto a la variedad de viviendas diferentes que podemos construir, ya que no solo se limita a las habituales casas occidentales. También podremos construir edificaciones tales como un iglú, una casa tradicional japonesa o incluso una choza de barro en la selva africana. De hecho, este tipo de niveles son los más divertidos de jugar y los que más mecánicas ofrecen -por ejemplo el nivel de construir una casa con cartones nos obliga a recorrer las calles y tejados de la ciudad en busca de los materiales-, por lo que se agradecen mucho su inclusión.

En cuanto a la jugabilidad, hay que decir que flojea en este apartado debido precisamente a su propia concepción realista. El juego nos dice en todo momento lo que tenemos que hacer, sin dejarnos espacio para la improvisación o la creatividad. Cada paso de la construcción está marcado por un icono que nos indica dónde colocar cada material, cómo cortarlo, cómo fijarlo, etc. Además, el juego no nos permite saltarnos ningún paso ni modificar el diseño de la casa, por lo que tenemos que seguir el guion al pie de la letra. Esto hace que el juego se vuelva monótono y aburrido, ya que en ocasiones parece más bien que el mismo tutorial del principio se sigue extendiendo durante varias horas.

Tampoco ayuda la repetitividad de las tareas a realizar, porque puede ser muy divertido y realista cubrir todo el proceso de extracción de la madera teniendo que talar el tronco, lijarlo y cortarlo a medida, pero cuando llevamos 30 minutos seguidos haciendo eso ya empieza a cansar y nos dan ganas de salir del juego. En ese sentido juegos como el ya mencionado House Flipper 2 -por hacer una comparativa con el juego que más se le puede acercar en lo jugable- lo hacía de maravilla ya que sus tareas eran divertidas, muy interactivas, con cierta libertad y con la duración adecuada para no cansarnos. Es cierto que tenemos un árbol de habilidades en las cuales vamos desbloqueando mejoras que hará que sea más fácil y rápido cumplir con lo que tenemos que hacer, pero estas habilidades llegan demasiado tarde cuando ya llevamos un buen rato de aburrimiento haciendo lo mismo de manera mecánica, como una especie de compensación por lo que nos han hecho pasar hasta ahora.

Hasta ahora hemos hablado del modo campaña, que nos puede dar unas 15 horas de juego y alrededor de 20 trabajos diferentes por cumplir, pero también tenemos el modo creativo. Este modo, que se supone que debería compensar la rigidez del modo campaña con la libertad que le falta, no tiene lógica debido nuevamente a que no te enseñan a actuar con libertad en ningún momento. El modo creativo debería ser el espacio donde el jugador pudiera dar rienda suelta a su imaginación y construir la casa de sus sueños, pero el juego no lo facilita. No se nos explica cómo usar el modo creativo, ni nos da ninguna herramienta para planificar o diseñar nuestra casa, tampoco nos permite elegir el terreno donde construir, ni modificar el clima o la hora del día. El juego simplemente nos deja en un escenario vacío con una lista de materiales y nos dice que construyamos lo que queramos. Esto hace que el modo creativo sea frustrante y poco atractivo, ya que al final acabamos más perdidos que otra cosa.

Pasando ya al apartado gráfico y al rendimiento, tampoco podemos decir que estemos satisfechos con el resultado. Gráficamente no destaca, con unos gráficos más propios de generaciones pasadas, unos tiempos de carga demasiado largos y unas físicas que se vuelven locas cuando colisionan varios objetos entre sí -en serio, he visto troncos de varias toneladas de peso salir catapultados por el aire como si hubiesen sido disparados con un cañón-. En cuanto al sonido la cosa sí mejora, ya que cada escenario cuenta con canciones ambientales inspiradas en dichos escenarios y nos ayuda a meternos en situación, mientras que los efectos de sonido cumplen bien con su cometido y nos llevan de lleno al ambiente de la construcción y sus sonidos tan característicos.

En conclusión, House Builder  podría haber sido un simulador de construcción muy divertido y entretenido, pero se queda en un juego aburrido y limitado que no sabe sacar partido de su propuesta. El juego no ofrece libertad ni desafío al jugador, sino que lo obliga a seguir unas instrucciones rígidas y predecibles, casi pareciendo más una guía de instrucciones interactiva que un juego en sí. No vamos a negar que el juego consigue atrapar y distraernos durante un rato, pero lo que es diversión no ofrece mucha, aunque al menos vamos a poder fardar de que sabemos hacer unas casas de maravilla.