Recientemente colmaba los titulares de varios medios especializados la noticia de que Riot Forge iba a dejar de existir. La inicitiva de expandir el universo de League of Legends fuera del MOBA había fracasado económicamente. Como siempre, los trabajadores fueron los más afectados. Se produjeron un total de 530 despidos. El funcionamiento de Riot Forge era sencillo: Riot cedía su IP y dinero a estudios independientes para que hicieran juegos que enriquecieran el lore del famoso multiplayer. Así tanto Riot como los estudios saldrían beneficiados. Los juegos publicados desde 2021 han sido:
- Ruined King: un RPG de los creadores de Battle Chasers: Nightwar.
- Hextech Mayhem: un juego rítmico encargado a los creadores de Bit.Trip Runner.
- Convergence: un plataformas/metroidvania 2d de la mano de los desarrolladores de Big Action Mega Fight!
- Song of Nunu: una aventura creada por nada más y nada menos que Tequila Works.
- The Mageseeker: un juego de acción 2D de Digital Sun, conocidos por su maravilloso Moonlighter.
Y tras todos estos títulos, llegamos al que hoy nos acontece: Bandle Tale: A League of Legends Story. El último juego que será publicado bajo este sello le fue encargado a Lazy Bear Games, estudio detrás de otros juegos de gestión como Punch Club 1 & 2 y de Graveyard Keeper. Como en todos los casos anteriores, el juego sigue la especialidad de cada estudio. El problema, desde mi humilde punto de vista, es que no hay suficiente tracción entre el público de League of Legends y estos juegos de presupuesto indie. Pese a ello, todos los juegos de la lista me han encantado a nivel personal y me apena que se acaben estas colaboraciones.
Tras ponernos en contexto, Bandle Tale: A League of Legends Story es un juego de gestión, donde controlaremos a un yordle, una criaturita muy peluda y achuchable. Nuestro protagonista, el cuál personalizaremos a nuestro gusto, tras muchos años ayudando a su abuelo en su taller se aventura a montar una fiesta con el gran Ozzy. Ozzy es conocido por montar las mejores fiestas y esta iba a ser la gran de todas ellas. Tras un error en la preparación, un enorme portal comienza a succionar a todos nuestros juerguistas. Con este pretexto, deberemos ir conectando todas las zonas de Ciudad Bandle para rescatar a todos los yordles.
Para poder llevar a cabo nuestra tarea de rescate deberemos recolectar materiales y fabricar artilugios cada vez más complejos. Como en todo buen juego de gestión, las mecánicas se nos van introduciendo de a pocos. El comienzo de la historia actúa como tutorial y es muy lineal. Tras unas pocas horas, el mundo se nos abre y tendremos varias zonas simultáneamente para que afrontemos la aventura en cada momento como más nos apetezca. Para desbloquear nuevos crafteos dependemos de unos orbes que obtendremos al recoger o fabricar utensilios. Estos orbes los emplearemos en un árbol de habilidades con nuevas recetas y elementos. Aunque sí que tiene algo de farming sim, ya que podremos cultivar semillas, la recolección de recursos nos obliga a explorar, ya que muchos de los materiales necesarios solo aparecen en una localización.
El juego no tarda mucho en hacerse más complejo y puede llegar a abrumar la cantidad de tareas que tenemos en paralelo. Pese a todo, su tono es relajado, no te mete prisa y es idóneo para jugar tras una agobiante partida al MOBA.
Todas nuestras creaciones las realizaremos en nuestra «mochila». Se trata de una casa portátil sobre la que desplegaremos nuestras mesas de fabricación, discotecas u hornos. Allá donde vayamos deberemos hacer felices a los habitantes de diferentes formas para obtener estrellas que nos permitan comprar objetos. Las actividades más habituales son montar una fiesta específica para los gustos de cada isla flotante o un restaurante donde nos pedirán los platos que decidamos ofrecer. Las diferentes zonas están interconectadas y también existen portales para teletransportarnos, aunque no será gratis, deberemos pagar con hilo de portal cada vez que viajemos.
Las conversaciones están aderezadas con bastante humor. Esto incluye el famoso calcetín derecho parlanchín que tanto nos llamó la atención en su presentación. El juego, como cabía suponer, está lleno de referencias al lore del LoL. Personajes como Veigar, Corki, Tristana, Teemo, Lulu o Rumble hacen acto de presencia y otros como Gragas son mencionados o encontramos objetos suyos en portales de pesca.
El mundo de Bandle es precioso. Cada localización es única sin repetir nada en diseño. Los personajes están muy logrados y tienen mucha personalidad. La interfaz es muy clara y útil. Desde el mapa, podremos ver dónde encontrar a los personajes que necesitamos para progresar. Si no sabemos cómo se fabrica algo, siempre podremos ver su receta y la mesa o la mejora necesaria para hacerlo. Toda esta calidad de vida ayuda a que el juego que ya de por sí es complejo no sea obtuso o inaccesible. La banda sonora es muy animada y pegadiza, aunque tranquila y pausada en otras ocasiones. Cada zona además cuenta con su propia melodía para diferenciarla no solo gráficamente.
El juego puede ser disfrutado por personas que no sean fanáticas de la IP de la que procede. Obviamente, hay referencias que no entenderán y alguna explicación sobre el mundo de Runaterra no vendría mal para situarnos. El estudio ha aprovechado muchas mecánicas de Graveyard Keeper, así que si os quedasteis con ganas de algo parecido, Bandle Tale puede ser vuestro terreno de confort.
Dos pequeños fallos que he encontrado jugando Bandle Tale han sido la traducción y el reescalado de las cinemáticas. Al principio de la aventura uno de los personajes dice «Abre el pecho», algo así como: «Tu fiesta te espera arriba» de Final Fantasy VII. Por otro lado, las cinemáticas aparecen en pequeños recuadros dentro de la pantalla, como si su resolución fuera 720p pensado para Nintendo Switch y en PC no hubieran sido rescaladas.
Bandle Tale: A League of Legends Story se posiciona como un buen juego de gestión que nos dará muchas horas cargadas de contenido y calidad. Tanto si sois ya fans de la franquicia, como si sois novatos, si tenéis hambre de craftear y progresar, este título puede llenar vuestro vacío existencial.