Los juegos de Cosmo D siempre han sido un tanto peculiares. Especiales, pero peculiares. Teniendo un inicio de carrera más cercano a la música, a los bares de jazz en Nueva York tocando su cello, y a la noche neoyorquina en general, esto siempre le ha servido de inspiración para impulsar su creatividad a la hora de crear nuevos mundos. Y esta manera de crear juegos también le ha servido para mantener una buena base de fieles seguidores. No muchos, pero fieles, que están a la expectativa de cada nuevo título que desarrolla. Pues están de enhorabuena, porque Betrayal at Club Low les va a encantar. A los fieles… y a los no tan fieles.

Empezaremos diciendo que quizás Betrayal at Club Low es el juego más «juego» que ha sacado Cosmo D hasta ahora. Sus anteriores títulos los podemos definir casi más bien como «experiencias» que como juegos, títulos más contemplativos que intentaban conectar con el jugador a través de los gráficos y la música. En Betrayal at Club Low los que se acerquen de nuevas no se van a sentir fuera de sitio, ya que tenemos mecánicas más cercanas a lo que puede ser una aventura point ‘n click tradicional.

De hecho, si tuviese que definir Betrayal at Club Low comparándolo con otro juego, diría que «es un Disco Elysium light«. Un agente encubierto se ha infiltrado en el Club Low, un club nocturno, para encontrar cierta información. Pero hay un problema: está tardando más de lo que debería y hace tiempo que no se pone en contacto con la central. Ahí entramos nosotros: nuestro protagonista -sin nombre- tendrá que infiltrarse en dicho antro para conseguir rescatar a nuestro compañero antes de que sea descubierto. Y ya que estamos, si puede ser, acabar la misión que este tenía a medias.

Para ello, nuestro personaje tendrá distintos atributos, entre los que se encuentran algunos típicos como «Físico» u «Observación», pero también otros menos comunes en este tipo de juegos como «Música» o «Cocina».  Cada atributo tendrá asociados 6 dados, y cada vez que lo mejoremos -con dinero-, la puntuación máxima de los dados subirá.

Esto será totalmente esencial, ya que para nuestros «duelos» utilizaremos estos dados. Si alguien se nos acerca y se pone a hablar de música con nosotros y queremos pasar desapercibidos, los dados de «Música» entrarán en juego contra nuestro oponente. Tiraremos un número determinado de dados para ese enfrentamiento, y si sacamos igual o mayor puntuación que nuestro adversario, ganaremos. Utilizaremos dados para casi todo, desde el ejemplo dado, hasta cualquier típica pelea a puños.

Nuestro protagonista, además, a lo largo del juego, pasará por distintas experiencias que modificarán su estado de ánimo o su estado físico. Esto hará que obtengamos modificadores a los enfrentamientos con dados. Por ejemplo, si estamos tensos, tendremos una ristra de dados asociados a esa condición, que se utilizarán en los enfrentamientos, pudiendo restar, o sumar, puntuación a la que saquemos con nuestros propios dados. O si estamos heridos. O si estamos hambrientos. Normalmente, tras un enfrentamiento, la condición utilizada en él desaparecerá.

Este sistema, que es un sistema bastante sólido, nos permitirá avanzar en un juego que hace de su rejugabilidad su mayor baza. Un consejo: ser aprendiz de todo sirve de poco aquí. No en vano la comparación con Disco Elysium. El juego como tal nos lo podremos pasar en una tarde, pero de la misma manera tendremos diversas soluciones para cada situación que se nos presente, pudiendo rejugar el título varias veces, centrándonos en unos aspectos u otros para ver por donde nos lleva la historia esta vez. Por ejemplo, y por poner un ejemplo muy poco destripante, para entrar al propio club al principio del juego tendremos diversas opciones para adelantarnos en la cola por ejemplo, o directamente podremos convencer al guardia de seguridad de que nos deje pasar. Probablemente haya otra opción que aún no haya visto.

Una historia que nos presentará personajes a cada cual más excéntrico, que nos mostrará, como es habitual, las influencias musicales de Cosmo D y que, en general, nos mantendrá pegados al monitor hasta acabarla una vez hayamos entrado en el Club Low. Y con pizzas, muchas pizzas, como es habitual en los juegos del desarrollador/compositor estadounidense.

En general, Betrayal at Club Low es un juego capaz tanto de atraer a nuevos jugadores -que sepan a lo que vienen, aquí no tendremos tiros en primera persona- como de no decepcionar a los que vienen siguiendo las obras de Cosmo D. Y más allá de eso, es un juego más que notable por sí mismo que conseguirá engancharos al asiento mientras se despliega ante vosotros de forma sonora y visualmente, llegando a la psicodelia. Si os interesa, recordad que tiene demo en Steam y además lo podéis encontrar a precio reducido. Recomendado.

 


Este análisis ha sido realizado en PC mediante una copia cedida por Dead Good Media