Tras una breve pero exitosa salida en Apple Arcade, el desarrollador español more8bits, decidió lanzar Bleak Sword DX -merece que hagas click para ver la web que han preparado los chicos de Devolver– en PC, Nintendo Switch y Apple Arcade. Este nuevo título viene editado por Devolver Digital y supone una versión mejorada del pequeño roguelike de acción. Si echamos una mirada, Bleak Sword DX no es para nada un juego complejo, su grandeza reside en la sencillez y su buen sistema de mecánicas. Desde 33bits lo hemos completado y os contamos que nos ha parecido.

Antes de nada me gustaría hablar un poco de Bleak Sword para ver las diferentes versiones, pues lo primero que haremos será elegir el modo de campaña y hay diferencias entre su modo clásico y DX. El primero de estos modos, no es más que el título original, una aventura donde encontrábamos 9 capítulos, en cambio la versión DX incluye 3 capítulos totalmente nuevos con nuevas criaturas y biomas –dioramas-. Pero esto no es lo único que incluye el título, ya que adicionalmente de estos modos campaña encontramos un modo arena donde nos enfrentaremos de forma aleatoria a enemigos cada vez más poderosos teniendo en cuenta nuestros limitados recursos y un modo Boss Run donde debemos enfrentarnos a los bosses con una única barra de vida -todo un reto-. Sin duda un título muy recomendado para los irrisorios 9.75€ que cuesta. 

Lejos de los modos, donde logra alardear este juego es por su sencillo pero pulido control. Aquí no fijamos los enemigos como si de un soulslike se tratase pero sí compartiremos ciertas características con el género definido por From Software. Como por ejemplo el parry, este es un título donde desde el primer segundo será importantísimo hacernos con la mecánica de bloqueo para repeler daño, pues hay todo tipo de enemigos como jabalíes, no muertos o arañas que lanzan telarañas que ralentizan a nuestro héroe pixelado. Esta mecánica se hace vital en los enfrentamientos, al igual que ocurre con la gestión del inventario, ya que solo podremos llevar dos ítems. 

Algunos son consumibles que otorgan mejoras temporales, otros otorgan mejoras permanentes y también podremos llevar otros equipados, los cuales otorgan mejoras temporales hasta que nos lo desequipamos en caso de perder nuestra vida. Y es que aquí vuelve a beber del sistema clásico de los juegos de Miyazaki pero no lo imita. Encontramos hogueras donde descansar tras acabar cada nivel pero estás solo nos recuperarán un % de la barra de vida, solo la recuperaremos completamente en caso de subir de nivel o al morir, aunque esto nos penalizará y deberemos vencer la fase sin nuestros objetos, si caemos en el campo de batalla perderemos experiencia e inventario.

En cambio, si logramos pasar la fase, recuperaremos tanto la experiencia que tuviéramos acumulada en el momento de la muerte como los objetos de nuestro inventario. Lo que sí que mantendremos aunque caigamos son las estadísticas que vayamos subiendo al subir de nivel, basándose estás en 3 elementos: Salud -Aumenta en 5 la barra de vida-, Ataque -pegar básicos y críticos más poderosos- y Blindaje -recibir menos daño de parte de los enemigos-.

En ocasiones, además encontraremos ataques marcados con una exclamación roja que no se podrán bloquear y no quedará otra que esquivar. Los patrones en los enemigos no son muy complejos, pero como nos pillen sufriremos bastante daño.  

Los dioramas no siempre son enfrentamientos contra enemigos, en otras ocasiones podremos usar el escenario para acabar con estos. Recuerdo cierta parte donde tenía que coger un caballo y cabalgar mientras evitaba ciertos obstáculos y eliminaba enemigos. Todos los mundos acabarán con un jefe final que no tendrá una excesiva vida extra pero sí pegará fuerte, estos además suelen ser los típicos enemigos que invocan cientos de esbirros si dejamos que pase determinado tiempo. 

No fue ni una ni dos las veces que estos demonios se escondieron en la ventisca de mí.

Otro de los apartados donde alardea este título es en su simple pero atractivo apartado artístico, los dioramas no gozarán de mucho espacio, pero ese cierto aire retro se combina con fenómenos adversos como rayos, niebla o incluso nieve que juegan un papel muy importante, y es que por ejemplo en una zona nevada el suelo resbalará más y a su vez si hay una ventisca, puede servir para crear puntos ciegos a simple vista, enmascarando en los escenarios de una manera inteligente a nuestros enemigos. Esta sensación le da una inmersión al título que va más lejos que su estilo sencillo.

En definitiva, puede que Bleak Sword DX no sea un título muy complejo, pero su belleza reside en la sencillez, tanto que controlar al caballero pixelado y acabar con unos tantos cientos de enemigos tiene su encanto, eso sumado a su genial apartado artístico y su sensacional control, hacen que este pequeño indie, merezca la pena al 100%.