El indio vuelve a casa, y ya ha llovido desde aquel 28 de febrero de 1997 para que en esta ocasión, la máquina actual de Nintendo, Nintendo Switch, reciba una versión remasterizada de tal icónico título de Nintendo 64. Y es que Turok, a pesar de no ser exclusivo y tener versión en compatibles y Game Boy, vio su destino ligado en cierta manera a la sobremesa de Nintendo, donde gozó de buena salud y reconocimiento que con el cambio generacional no supo mantener. Con el honor de ser el primer juego de Nintendo 64 de una third party, y sacando músculo de lo que Nintendo 64 podía ofrecer contra la competencia, el título fue acogido por críticas generalmente positivas y ventas merecidas y generosas.

A Turok hay que colgarle la medalla también de poner a Iguana Entertaiment en el mapa, como equipo estrella de Acclaim, que tantas alegrías dieron en la máquina de 64bits de Nintendo, y del que a través de varios empleados que dejaron la compañía a finales de los 90, daría lugar a Retro Studios, una de las first party más importantes de Nintendo. Y como era obvio, el éxito de esta entrega dio paso a una continuación donde el salto cualitativo y de calidad fue brutal.

Pero centrándonos en esta primera entrega que llega hoy a Nintendo Switch, hay que aclarar que este Remastered no es totalmente nuevo, pues los chicos de NightDive Studios que se hicieron con la licencia y los permisos para hacer esta versión remasterizada, ya lo sacaron en Steam en 2015 y en Xbox One en 2018.

Y aunque la premisa de Turok es la de un shooter clásico con una vertiente muy arcade, tiene cierto argumento, extraído de los cómics del mismo título. Tomaremos el papel de Tal’Set de la familia Fireseed, un indio nativo americano que representa al Turok, un guerrero indio con poderes ancestrales y la misión de defender la frontera entre nuestro mundo y la tierra perdida, un lugar donde no existe ni el tiempo ni el espacio, un lugar peligroso donde The Campaigner, el malo de turno, intentará hacerse con el control del Chronnosceptor, un arma capaz de desafiar la barrera de la realidad. Tendremos que adentrarnos en la Tierra Perdida, luchar contra la invasión de The Campaigner, y conseguir el Chronosceptor para usarlo contra él.

 

 

En Turok nos vamos a encontrar un First Person Shooter de corte clásico, muy rápido y desenfrenado, con unos tintes arcade muy señalados y mecánicas prácticamente en desuso como la de depender de ítems de salud para recuperar o aumentar la vitalidad y no disponer de regeneración de vida automática, algo tan arraigado en nuestros tiempos. Con un argumento testimonial, nos moveremos por unos escenarios bastantes amplios compuestos de una zona central o Hub, que además de ser explorable, aquí encontraremos nuestras primeras llaves, alberga los portales para los siete niveles, aunque estos no serán accesibles hasta que no encontremos las llaves que activan cada portal con lo que la exploración es obligatoria.

Así pues, iremos avanzando e investigando cada recoveco del mapa en busca de las llaves que activen los portales, y una vez dentro de las distintas fases básicamente haremos lo mismo, aunque nos iremos enfrentando a nuevos enemigos y conseguiremos armas más poderosas, también nos enfrentaremos a grandes enemigos finales cada dos niveles e iniciaremos una segunda búsqueda, la de los fragmentos del Chronosceptor, el arma definitiva que necesitaremos para acabarnos el juego. Como he dicho antes, los niveles son amplios, aunque también dispone de secciones más estrechas, varias alturas, bifurcaciones, y abundan las secciones de plataformas, unas secciones bastante bien resueltas para estar ante un shooter clásico.

La búsqueda de las llaves y de las partes del Chronosceptor será nuestra misión principal y va a ser necesario explorar cada rincón del mapa en busca de cualquier interruptor que abra un nuevo acceso, o de un portal que nos lleve a una nueva sección, o de cualquier bifurcación, porque los chicos de Iguana se esmeraron en esconderlas, y si bien las primeras llaves son bastante accesibles, conforme avanzamos la cosa se complica bastante.

En cuanto a los enemigos, hijos de su época, nos atacarán con patrones predefinidos y sin muchas luces, y se componen de dinosaurios, humanos, extraterrestres, insectos… una interesante y extravagante colección de enemigos que además de abundar, tienen algunos de ellos un respawn bastante elevados, por lo que no estaremos aburridos mucho tiempo. El arsenal será variado y nos acompañará en todo momento conforme vayamos consiguiendo las armas, y va desde el cuchillo con el que empezamos, pasando por arco, pistola, escopeta, rifle, granada, láser, lanzacohetes y el todopoderoso Chronosceptor entre otras, un arsenal de 14 armas digno de Turok para acabar con los enemigos de formas muy variadas y sangrientas, incluidas mutilaciones.

Y es tan clásico que no faltará el menú de trucos, con cosas tan útiles como vida infinita, todas las armas, o todas las llaves, o cosas realmente locas como el modo pluma y tinta, cabezones, o volar.

 

 

Para el apartado técnico, esta remasterización de Turok ha sido muy fiel a la versión original, como lo fueron la versión de Steam y de Xbox One: aumento de resolución, suavizado de modelados y aumento considerable de la distancia de visión, lo que prácticamente reduce la niebla característica de la versión de Nintendo 64 y rompe un poco con la magia, pues sin esa niebla de la que aparecían los enemigos casi por sorpresa. Ahora los podremos ver estáticos al otro extremo del mapa, esperando a que nos acerquemos para activarse sus rutinas. Pero como buen arcade, donde ponemos el ojo ponemos la bala y muchas veces podremos eliminarlos desde muy lejos, antes de que siquiera empiecen a moverse. De todas formas esta distancia de visión se puede regular, con lo que se puede disfrutar de la experiencia tal cual fue en su día o buscar un punto intermedio que le de más encanto al juego.

Por lo demás nada ha cambiado, el trabajo se puede decir que ha sido mínimo, aunque suficiente, una mayor mejora gráfica se hubiera agradecido pero no es tan necesaria en un juego de este tipo, tan frenético, donde prima la velocidad y estabilidad, y ahí si que cumple como no podría ser de otro modo, al fin y al cabo es un juego de hace 22 años.

El apartado sonoro es el mismo que el original, melodías ambientales con toques tribales y un uso continuado de sonidos FX intentando hacernos creer que estamos en un entorno selvático, con diversos ruidos ambientales o ruidos de felinos. Hoy en día quizá se quede corto, pero hay que entender que este apartado no ha sido retocado desde su día.

Para esta versión de Switch, el control ha recibido una nueva adición: el control por giroscopio. No esta de más que se incluya la posibilidad, pero si jugamos en modo portátil, se nos vuelve injugable de este modo, aunque quizá si que nos sea de una pequeña ayuda para asistirnos en el apuntado, pero como digo, se agradece que se añada la posibilidad.

 

 

Hasta ahora pudiera parecer que todo lo que nos encontramos en este Turok es positivo, y muchas cosas lo son, pero a pesar de ser hijo de su época, mucha gente va a tener un primer acercamiento ahora y van a encontrarse un juego que quizá se haga un poco difícil de digerir. Mapas amplios con exploración muy acusada y obligatoria y poco menos que un mapa casi inútil. Necesidad de buscar ítems de salud para recuperar la vitalidad, nada de regeneración automática. Marcado carácter arcade donde tendremos que acabar con hordas de enemigos a una velocidad frenética con un respawn demasiado elevado. Puntos de salvado muy distanciados entre si. Argumento testimonial, sin videos ni pasajes de transición. IA de los enemigos arcaica, patrones fijos y limitados, que además con la distancia de visión al máximo podremos ver y atacar mientras aún están estáticos…

Y podríamos seguir, aunque siendo justos, la mayoría de esos «problemas» no lo eran en 1997. El juego era bueno y sigue siendo bueno, pero hay que matizar que el que se acerque a él lo haga a sabiendas de que el trabajo de este remastered ha sido el mínimo y necesario para actualizar el apartado técnico y el control, todo lo demás no lo encontraremos igual, para gozo de unos y frustración de otros.

Podemos hacernos con este Turok por solo 17,59 € en la eShop de Nintendo, un precio muy recomendable para un clásico atemporal que por fin vuelve a casa. El juego también incluye el idioma español entre sus opciones.

 


Este análisis ha sido realizado mediante una copia cedida por Nightdive Studios