Blue Prince ha sido una de las sorpresas del año. Los juegos de puzles no suelen triunfar tanto como otros géneros, y aunque de vez en cuando puede ocurrir lo contrario, normalmente son juegos directos o con un gran apartado gráfico. Blue Prince no cae en ninguno de esos dos sacos, y aún así ha triunfado. Vamos a ver la razón detrás de ello.

Blue Prince es un un juego de puzles roguelite, haciendo hincapié sobre todo en esto último. Aunque el juego tiene una buena cantidad de puzles, la mayoría del tiempo no estaremos resolviendo dichos rompecabezas, si no paseando por la mansión y explorando. Y es que la historia del juego es clara de inicio; un familiar ha muerto, y si queremos heredar la casa, debemos encontrar la habitación número cuarenta y seis.

Parece algo sencillo, explorar una casa… Pero esta  mansión es diferente, y aquí es cuando entra en juego la parte roguelite. Cada habitación que abrimos es distinta, y la mansión se reinicia al final de cada día. De primeras puede sonar raro, pero esta es la mecánica básica de Blue Prince -y de donde saca el nombre, ya que usaremos planos para formar la casa-. Iremos abriendo puertas y colocando habitaciones de forma estratégica para avanzar por la mansión.

Las habitaciones de Blue Prince son muy variadas. Increíblemente, de hecho. Después de diez horas de juego, es posible que veas algunas nuevas habitaciones que nunca antes habían salido. Muchas son aleatorias, pero otras saldrán si cumplimos algunos requisitos. Habrá desde habitaciones típicas como pueden ser un dormitorio o un pasillo, a cosas realmente extrañas como piscina interior o un lugar donde se venden llaves. Muchas habitaciones las veremos un gran número de veces, y otras muy poco. Todas tienen un color asignado que servirá para algunos temas en la jugabilidad.

Para acceder a las habitaciones a veces basta con abrir la puerta, pero cuanto más avancemos hacia el norte, más complicada será la cosa. Para avanzar por la mansión tendremos que recolectar tres tipos de recursos. Las primeras son las gemas, fundamentales al comienzo de la partida, dado que nos permiten elegir la habitación. Cuando abrimos una puerta, nos darán tres opciones entre planos, algunos gratuitos y otros que requieren de gemas. Cuanto más rara o útil la habitación, más gemas requerirá

El segundo recurso, más necesario a mitad de partida, serán las llaves. Muy dentro de la mansión adelante habrá puertas cerradas con llave, y si no tenemos lo necesario no podremos avanzar más. Otro problema es la colocación de las las habitaciones, con lo que tendremos que tener cuidado. Por último, necesitaremos monedas para comprar objetos como más llaves o gemas, o otros objetos útiles que nos harán la vida más fácil al deambular por la mansión. 

Algunos de estos objetos son llaves especiales, detectores de metal, palancas o monederos para conseguir monedas más fácilmente. Estos objetos podemos comprarlos con las monedas o encontrarlos al explorar. Necesitaremos suerte, y tener buen ojo al explorar, ya que muchos de ellos serán pequeños. También quiero comentar que algo negativo del título aparecerá en dicha exploración. Nuestro personaje es lento, y a veces tardamos mucho en avanzar de un lugar a otro. Creo que una actualización para darle más velocidad sería necesaria.

Entrando en los puzles, el juego tiene habitaciones que son directamente puzles en sí mismas. Entramos y resolvemos el puzle. Pero estas son las menos, en general, necesitaremos información encontrada en otro lugar. Esto hace que Blue Prince sea un juego muy críptico -el mismo juego te avisa de que debes de coger apuntes constantemente-, y necesitaréis armaros de paciencia para poder avanzar. Muchos días no se avanza nada en la casa y eso puede resultar decepcionante.

Sin embargo, el toque roguelite ayuda, ya que ciertos eventos o mejoras las desbloquearemos sin querer; por ejemplo, una habitación nos permite meter un disquete y mejorar permanentemente otra habitación, y hacer que tenga una llave más a partir de ese momento. También hay otras habitaciones que se quedarán fijas, sin que podamos hacer nada para evitarlo, aunque no puedo hablar más para no entrar en spoilers. También es necesario añadir que no se me dan muy bien estos juegos, y muchas de las cosas que han pasado han sido por puro azar.

Visualmente estamos ante un juego que tira de un estilo cartoon bastante directo, con líneas anchas y colores bastante vivos para hacer las habitaciones diferentes. Personalmente me gustaría algo de diferenciación entre los objetos con los que podemos interactuar y con lo que no, porque a veces no está claro. Por otro lado, la música es casi inexistente y hace que la casa sea muy ominosa. Ha habido momentos en lo que he pasado miedo, cosa que con música no hubiera ocurrido; la ausencia de melodía parece una decisión consciente.

En conclusión, Blue Prince es un juego difícil de recomendar. Es un juego largo y difícil, que requiere de mucha paciencia. Aunque a veces se avanza poco, siempre se ven cosas nuevas, y la sensación de descubrimiento y superación al ver algo nuevo merece la pena. Pero si no sois de tomar apuntes, alejaos de este título, porque sufriréis lo que no está escrito -nunca mejor dicho-. Ah, y está en perfecto inglés, además de que es un juego donde el idioma es fundamental.