«Welcome to the Bow to Blood Arena»: Así abre el programa el dicharachero presentador de este particular reality show en el que nos enfrentaremos a siete capitanes para alzarnos con el título de campeones.
El pequeño grupo independiente fundado en 2008, Tribetoy, que en su haber cuenta con tan solo un título previo, nos trae este interesante juego que mezcla shooter con ciertos toques de estrategia en exclusiva para el sistema de realidad virtual de Sony.
Bow to Blood fue presentado en la pasada PlayStation Experience de 2017, mostrando ya por entonces un aspecto prometedor. Pero dado el escaso bagaje de la pequeña compañía independiente que lo desarrollaba, no podíamos más que esperar a ver si la promesa se cumplía o se quedaba a medias. Durante las próximas líneas intentaremos ayudar a que podáis haceros una idea sobre el producto que finalmente está disponible en la PlayStation Store.
Lo primero que nos encontraremos al comenzar el juego es una introducción a modo de tutorial con indicaciones pormenorizadas sobre el sistema de juego, los controles o los objetivos, en un ambiente controlado que no es más que un pequeño escenario con una gran pantalla y público alrededor en una suerte de gigantesco y futurista anfiteatro.
Por desgracia para algunos, el juego está completamente en inglés. Y, si bien los comentarios que durante el juego realizará el presentador -no carentes de sarcasmo en ciertos momentos- no están subtitulados, hay que decir que las partes importantes para el desarrollo del juego constan de sus correspondientes textos. Tanto las explicaciones de las mecánicas jugables como los textos relativos a las alianzas. Eso si, como decimos, todo en inglés.
Al comenzar podremos escoger jugar tanto con un DualShock 4 como con los mandos Move, y cada sistema de control tiene sus ventajas y sus inconvenientes, echando de menos un sistema que conlleve la maniobrabilidad de la nave de forma intuitiva con los sticks del gamepad con la inmersión e inmediatez del uso de los Move para comandar a nuestra tripulación, apuntar a alguna zona del escenario distinta al lugar donde miramos, o coger directamente la pistola personal para hacer uso de ella como arma adicional.
El juego nos sitúa en el puente de mando de nuestra nave, desde el cual podemos ver con facilidad los sistemas auxiliares, situar a nuestros dos ayudantes robóticos en los diversos sistemas de apoyo, o simplemente hacia donde nos dirigimos. Y hay que hacer un uso inteligente de esos sistemas puesto que tan solo podemos activar dos de todos los disponibles y si no tenemos a alguien controlando los drones, estos no nos ayudaran en nuestra labor, al igual que si no tenemos a un artillero encargándose de las armas adicionales, o en la zona de escudos aumentando estos una tercera capa de protección. Completan las cinco zonas la zona de motor y la de sistemas de localización. Igualmente, nosotros de forma directa podremos potenciar alguna zona desde nuestra consola de control principal de forma limitada, con una serie de items que, según donde los situemos, reforzará dicha posición. Todo esto añade un punto de estrategia a un juego, a priori, bastante arcade.
Pero no solo se han añadido tintes de gestión estratégica sino también social. Para ganar podremos forjar alianzas con el resto de jugadores del reality, aceptar sus peticiones, proponerlas nosotros… y luego traicionarlos quedándonos todo el premio o nominándolos junto con otros jugadores para dejarlos fuera del juego. Cosa que, por cierto, lo hace el público con sus votaciones como si de un reality real se tratase.
Llegados a este punto no podemos dejar de pensar que este juego se prestaría perfectamente a una modalidad online pero, curiosamente, no está dotado de ella. Eso sí, que nadie se preocupe por su durabilidad, puesto que las misiones y escenarios se generan de forma aleatoria cada vez que comenzamos una partida de forma que la variedad y la rejugabilidad están garantizadas.
El juego consta de siete arenas diferentes, una para cada capitán rival, divididas en dos pruebas cada una. Afrontar las siete puede variar dada su naturaleza aleatoria, entre unas tres y cinco horas para completarlas todas. Pero cuando volvemos a jugar nos encontramos que las siete arenas, los objetivos, las alianzas posibles… todo ha cambiado, haciendo que un juego que a priori podría calificarse de corto, pueda darnos múltiples horas de diversión.
Desde el punto de vista gráfico, nos encontramos ante un aspecto visual sencillo pero sólido, con un aspecto bastante colorido y agradable, definido y con buena profundidad y unos efectos conseguidos dentro de su estilo visual.
En cuanto al sonido, Bow to Blood nos ofrece una banda sonora y unos efectos bastante sonoros y que casan perfectamente con el juego que tenemos entre manos.
Antes de terminar hemos de comentar que el juego ofrece el uso de una aplicación con la que otra persona puede interactuar con nosotros en el juego poniéndonos las cosas más fáciles o, por el contrario, más difíciles, pero realmente tampoco es algo muy reseñable ni necesario para disfrutar del juego.
En definitiva, Bow to Blood, de Tribetoy, nos propone un juego fresco, con toques de varios géneros distintos, y el resultado global de esta mezcla de géneros da como producto un juego agradable de jugar, centrado en la acción pero con toques que le otorgan variedad para evitar la monotonía y linealidad y que nos apetezca seguir disfrutándolo e incluso repetir una vez terminados los siete escenarios que nos esperan.