De vuelta un día más con un juego más de Ratalaika Games. En esta ocasión nos toca analizar Castle Pals, una aventura plataformera del autor independiente Brad Erkkila, con un juego que viene de teléfonos móviles y que se desarrolla en el interior de un enorme castillo repleto de trampas mortales y enemigos varios. ¿Qué tal es este juego? De primeras, baja producción y herencia de juego móviles ¿Cumple en ‘formato grande’? En 33Bits lo jugamos y os lo contamos.

COLEGAS EN EL CASTILLO

Kylee y Owen son dos amigos muy amigos que deciden explorar un castillo que encuentran por ahí abandonado, sin esperar nada malo dentro. Pero claro, como es obvio encuentran justo lo contrario, no hace falta más historia en este plataformas básico y de porte sencillo. A lo largo del juegom controlaremos a estos dos personajes alternativamente en distintas fases: primero a Kylee y luego a Owen, y su forma de jugar y diseño de niveles serán diferenciados.

Kylee es boxeadora y podrá eliminar a los enemigos a puñetazo limpio, aunque tiene la movilidad reducida, pudiendo dar únicamente pequeños saltos. En sus fases prima entonces unas plataformas y puzles más sencillos que en el caso de su amiguete del alma.

En el caso de Owen, no puede combatir como su amiga, pero cuenta con una gorra helicóptero que le permite permanecer suspendido en el aire cuanto tiempo desee, y además puede acabar con los enemigos si salta encima de ellos como en Super Mario Bros. Obviamente, aquí tendremos fases con mayor componente de plataformas, trampas y movilidad. 

Aparte de algunos pocos enemigos, también habrá que sortear las trampas y obstáculos que los niveles del castillo ofrece. Se requiere bastante atención por parte del jugador y seguir unos patrones bastante apretados de ritmo y tiempo para no acabar muriendo y volviendo a empezar el nivel. con unas mecánicas inspiradas en Super Meat Boy, el juego nos recompensa si acabamos un nivel en un tiempo objetivo que viene indicado en la interfaz, aunque si morimos en un punto de control perderemos la oportunidad de conseguir la medalla de oro y nos tocará reiniciar el nivel y completarlo del tirón sin morir.

Otro aliciente es encontrar unas gemas que al ir recopilándolas nos darán acceso a veinte fases extra. El juego se compone de 36 niveles normales más esos especiales, si conseguimos ir desbloqueándolos, cosa que no es tan complicada, pero aumenta el número de reintentos en sus cortas fases, agudizando un poquito más ese espíritu ‘Meat Boy’ si cabe.

Los controles no están mal, son muy sencillos y básicos, aunque algunas muertes quizás se llegan a considerar un poco injustas por ser algo imprecisas al no tener bien claro a veces cuando impactas con un enemigo o una trampa del escenario. En el apartado técnico, Castle Pals tiene una estética retro que, si bien no está mal, no ofrece nada nuevo en comparación con el resto de juego que hay en el mundo de los videojuegos. Cumple sin más ofreciendo un rendimiento excelente con una respuesta de los controles correcta. El juego puede completarse en una o dos horas, dependiendo de si quieres obtener todas las medallas de oro o limitarte a completar el juego yendo a piñón fijo. Los niveles extras suben esta duración una hora o algo más, dependiendo de lo hábiles/patosos que seamos.

Como -casi- siempre con los lanzamientos de Ratalaika, los logros son regalados, no hay ni que completar los niveles principales para conseguirlos ¿Bueno, malo? Dado que el diseño jugable es más simple que un botijo, la poca inspiración y diferenciación visual entre fases, y los problemas de control y colisiones, habrá jugadores que vayan solo a por esto. Aunque teniendo el extra de las gemas coleccionales o las medallas de oro al llegar a tiempo, pues quizás lo suyo hubiera sido aprovecharlos más, el juego es lo bastante divertido para hacerlo al menos.

Hay algún momento con pequeños puzles donde tendremos que mover interruptores y combinar colores para avanzar.

CONCLUSIÓN

En definitiva, Castle Pals es un juego que está bien, sin alardes, que ofrecerá un buen rato al que lo juegue. Si te atrae el género, en cuanto empieces uno o dos niveles te enganchará hasta que quieras completarlo. En su sencillez y contraste entre ambos personajes, es divertido, aunque en sus decenas de niveles sin grandes cambios ni golpes de efecto puede bajar el interés. No destacará gran cosa en comparación con otros juegos que se han lanzado a lo largo de los años, pero nos hará pasar un rato entretenido, que al fin y al cabo en eso consiste un videojuego: en entretener, y lo tenemos a dos perras encima.

 


Este análisis se ha realizado con una copia cedida por Ratalaika Games