En ocasiones, aunque no en muchas, la predecible industria del videojuego nos regala pequeños milagros. Juegos que llegan casi por sorpresa, producciones de corte casi artesanal que, sin hacer mucho ruido, consiguen por méritos propios hacerse un hueco en el corazón del publico. Hoy podemos decir por fin, después de semanas deseando poder hablaros de sus bondades, que Clair Obscur: Expedition 33 es uno de esos milagros.

Ambientado en la Francia de finales del siglo XIX e inspirado en la belle époque, el período comprendido entre la guerra franco-prusiana y la Primera Guerra Mundial, la premisa de la historia de Clair Obscur: Expedition 33 nos ha resultado fascinante, pues nos sitúa en una oscura versión de la ciudad de París aislada en mitad de lo que parece un océano infinito. En el horizonte, donde prácticamente se pierde la vista, un gigantesco monolito de materia oscura que dibuja un número sobre el cielo: 33.

No son 33bits, sino algo mucho peor, pues la cifra representa la edad a la que las personas que quedan en la ciudad pierden la vida de una manera muy cruel, desvaneciéndose sin dejar rastro alguno. Este número desciende una unidad cada año y la figura responsable de dibujar el nuevo es la Peintresse, que viene a ser algo así como la muerte, pero más elegante y sofisticada. Los supervivientes del extraño cataclismo que se sucedió un siglo atrás lo tienen claro: la única manera de intentar parar el contador es llegar hasta el monolito y enfrentar a la citada entidad malvada.

Por supuesto, ahí es donde entramos nosotros, ya que somos miembros de la Expedición 33, y eso quiere decir dos cosas. Una es que ya son 67 las expediciones que han fracasado en el intento, pues partieron hacia el monolito y nunca volvieron. La otra es que después de nosotros solo habrá 32 oportunidades más, y conforme más tiempo pasa, más jóvenes e inexpertos serán los valientes que se atrevan a emprender un viaje hacia lo desconocido.

Es el punto de partida de una historia que nos ha mantenido pegados a la pantalla hasta el final, repleta de giros de guion y protagonizada por un conjunto de personajes que nos han resultado bastante interesantes, sobre todo por la manera en la que se desarrollan conforme avanzan por un mundo hostil repleto de peligros y descubren los diarios que otras expediciones dejaron antes de morir. Porque en eso consisten las expediciones, en llegar lo más lejos posible y, en el caso de no lograr el objetivo, dejar por escrito una especie de guía de exploración para los que vengan después.

Podríamos decir que el sistema de combate de Clair Obscur: Expedition 33 es uno de los mejores que hemos visto jamás sin miedo alguno a equivocarnos, pero no no sería suficiente para hacerle justicia, vamos a dar un repaso a los motivos por los que nos ha parecido una auténtica maravilla. Lo primero que hay que saber es que las peleas se suceden en turnos clásicos, pero con un matiz: hay acciones que se ejecutan en tiempo real en prácticamente todos los movimientos que realizan tanto nuestros personajes como los enemigos y jefes finales.

Es una extraña mezcla entre la rapidez de los turnos de Final Fantasy X, la interfaz visual tan agradable que caracteriza a Persona 5 y las esquivas, bloqueos y contraataques de un título de acción pura y dura como Sekiro: Shadows Die Twice, por decir alguno. Parece un cóctel extraño cóctel, pero todo funciona a la perfección.

Para poneros un ejemplo, supongamos que decidimos atacar a nuestro oponente con una de las diversas habilidades que podemos ejecutar, como es el caso de una doble bola de fuego que no solo dañará severamente al enemigo; también le infligirá quemaduras que reducirán su salud progresivamente durante varios turnos. En el caso de este poder, mientras el personaje realiza la animación correspondiente aparecerán dos recuadros con una aguja que se moverá rápidamente, obligándonos a pulsar el botón X -en el caso de PS5- dentro de la franja indicada si queremos hacer el mayor daño posible.

Es solo un ejemplo, pues este tipo de acciones contextuales aparecen en prácticamente todas las habilidades especiales que cada persona puede aprender. Asimismo, a la hora de esquivar y bloquear los golpes del enemigo sucede lo mismo, aunque se antoja todavía más importante que la faceta ofensiva, ya que el parry es la esencia de los combates y si lo ejecutamos en el momento exacto, nuestro personaje realiza automáticamente un ataque de respuesta especialmente poderoso. Algo que nos ha gustado mucho es que no solo basta con aporrear el botón de contraataque como si no hubiese un mañana, ya que es necesario adaptarnos a cada situación y estudiar tanto el patrón como las animaciones de cada rival, básicamente porque cada uno se comporta de una manera distinta y los tiempos cambian drásticamente entre un enemigo y otro.

Por supuesto, y aunque no queremos destriparos nada, el sistema de combate evoluciona conforme pasan las horas y hay varias mecánicas que no aparecen —o no se explotan demasiado— hasta la segunda mitad del juego, como es el caso de algunos poderes defensivos o ciertas habilidades especiales exclusiva de personajes concretos que no están disponibles desde el inicio. Por lo demás, como no podía ser de otra forma en un JRPG así, hay multitud de estados alterados y condiciones que pueden cambiar por completo el curso de cada batalla, pero eso tendréis que descubrirlo vosotros mismos mientras tratáis de llegar al monolito ese cuya cima dibuja un “33” en el cielo…

Hay algo que nos ha sorprendido gratamente y creemos que lo hará también con vosotros, y es que Clair Obscur: Expedition 33 es mucho —mucho— más que un envoltorio bonito. Porque cuando uno ve un par de tráileres o imágenes puede pensar que la estructura del título es similar a la de Final Fantasy X u otras propuestas muy enfocadas a la narrativa, pero nada más lejos de la realidad: el juego es un JRPG más parecido a los de los años 90 que a los de hoy, y aunque tiene una serie de aspectos pensados para ofrecer una experiencia modernizada, como por ejemplo una cantidad enorme de puntos de control que actúan como si de hogueras en Dark Souls se tratase, uno de los sistemas de autoguardado más generosos que recordamos o una penalización por morir que brilla por su ausencia, cuenta con todos y cada uno de los elementos que no pueden faltar en un buen exponente del género.

Porque si bien es cierto que el comienzo de la aventura es muy lineal y algunas mazmorras se antojan demasiado simples, también lo es que el mapamundi es enorme, está repleto de lugares por descubrir y conforme pasan las horas nos adentramos en niveles cada vez más complejos. No es un título especialmente largo, pues la historia principal se puede completar en unas 25-30 horas, pero desbloquearlo todo y disfrutar de su generosa oferta de contenidos es algo que dobla fácilmente su duración. Para poneros un ejemplo, nosotros alcanzamos el final con los personajes al nivel 47 y hay un trofeo que requiere llegar al nivel 99, pero la clave no es esa, sino el hecho de que hay cosas que hacer en el mundo como para lograrlo sin necesidad de farmear experiencia matando enemigos durante una docena de horas.

Tenemos que mordernos la lengua a la hora de hablar tanto del citado mapamundi como de la manera en la que podemos explorarlo, pero nos ha encantado la cantidad —y la calidad— de las actividades, secretos y otros elementos opcionales que se reparten a lo largo y ancho del mundo. Si sois de esos que disfrutan explorando una zona mientras anota la ubicación de varias a las que todavía no puede acceder, descubriendo minijuegos, enemigos especiales y otras actividades, estáis de enhorabuena. Además, para rizar el rizo, tenemos que decir que también nos ha sorprendido, y para bien, el hecho de que ni haya mapa para orientarnos en las mazmorras ni señalizaciones o registros de ningún tipo. Vamos, que toca jugar con los ojos bien abiertos, y en más de una ocasión, incluso tomar alguna que otra nota para tratar de hacerlo todo.

En resumidas cuentas, creemos que Clair Obscur: Expedition 33 es un JRPG muy pero que muy disfrutable, gracias a su exótica combinación de mecánicas clásicas y elementos modernos. Teniamos muy altas las expectativas, sobre todo después de la excelente demostración que pudimos probar hace unos meses, pero no esperábamos encontrarnos con una candidatura tan firme a convertirse en uno de los juego del año. Es más, creemos que el impacto de Clair Obscur: Expedition 33 en el género va a ser tan profundo que no nos cabe duda de que se va a convertir en inspiración para muchos juegos que vengan a partir de ahora. Así de sobresaliente es la obra que ha creado Sandfall Interactive.