Devolver Digital causó furor con su título Cult of the Lamb en la Gamescom y desde entonces no han sido pocas las personas que esperaban el título, y es que la editora nos ha sorprendido con grandes obras entre las que encontramos la franquicia Shadow Warrior, Inscryption -calificado como uno de los mejores indies del año pasado- o Serious Sam entre otros… Está vez, vamos a hablar del nuevo título de Massive Monster que debutan por todo lo alto, con un juego que mezcla componentes roguelike y gestión, eso es Cult of the Lamb y desde 33bits hemos fundado una secta para analizarlo.
Esta vez la historia comenzará en el corredor de la muerte, encarnamos al último cordero, el cual va a ser sacrificado en nombre de un culto pagano para evitar el cumplimiento de una profecía, pero cuando la cuchilla cae, despertamos en otro mundo frente a «Aquel Que Espera», una entidad desterrada lista para hacer de nuestro cordero el portador de la Corona, y para darle el poder de regresar y destruir a los profetas, deidades que han condenado a nuestra inocente criaturita. A cambio, Aquel Que Espera solo pide al corderito que funde una secta bajo su nombre.
Lo primero que haremos en la aventura, a la vez que realizamos un tutorial de lo más simple donde nos va enseñando los controles iniciales, será seleccionar la dificultad. Encontramos 4 tipos de dificultades donde lo que realmente varía es la vida con la que inicias, siendo 5 el número de corazones que obtenemos en modo fácil y 2 en muy difícil, además también influirá en la velocidad que nuestros adeptos disminuirán su fé y sus otros valores. Por este motivo, el equilibrio en el juego se encuentra en comenzarlo en dificultad difícil, los enemigos ganan daño, comenzarás con 3 corazones y la secta será algo más compleja de llevar. Aún así ha resultado ser un título bastante sencillo.
Bien, Cult of the lamb no trata de inventar la rueda, pero logra el equilibrio entre dos géneros muy diferentes y es que encontramos dos grandes componentes dentro de la aventura, por una parte debemos hablar de su componente de gestión, donde deberemos administrar nuestra secta y mantener felices a nuestros adeptos. Por otra parte, podemos ver el componente de exploración, donde encontramos un sistema de mazmorreo clásico de roguelike. Estas dos partes están ligadas entre sí y se debe progresar de forma equitativa para poder avanzar.
En el apartado de mazmorreo como bien he dicho estamos ante componente roguelike, por lo que como es habitual encontramos generación procedural -Eventos y objetos siempre cambian entre una y otra cruzada-. Realizaremos dichas incursiones con el fin de obtener recursos, reclutar seguidores para nuestra secta o incluso derrotar a alguna deidad. Como es habitual, estas zonas están llenas de herejes, para defendernos debemos usar las distintas armas que el juego nos brinda, tendremos las armas cuerpo a cuerpo: espadas, dagas, martillos, garras y hachas. Como puedes ver no hay una gran variedad de armas, por trayecto escogeremos una de estas inicialmente junto a una maldición y es que también podremos usar el fervor que obtenemos al derrotar enemigos para realizar potentes ataques como tentáculos espectrales que dañan enemigos o un charco de aceite, el cual es explosivo.
En estas cruzadas, encontraremos cartas de tarot, el juego dispone de 36 y ofrecen efectos pasivos para nuestro héroe. También deberemos mejorar nuestro equipamientos con las distintas armas y maldiciones que este nos da. A diferencia de otros títulos, la muerte no hará que se acabe nuestra partida, pues solo perderemos parte de los recursos que hayamos recolectado.
Fuera de las mazmorras, toca usar las recompensas para gestionar nuestro culto y es que hay mucho que hacer, desde instruir nuevos sectarios, construir nuevas estructuras y dar sermones, hacer rituales y fijar una nueva doctrina bajo la palabra de Aquel Que Espera. Para tener éxito en la gestión, será de suma importancia velar por el bienestar de nuestros seguidores y es que estos necesitarán comida, un lugar donde pasar la noche y que todo esté más limpio que los chorros del oro. No cuidarlos es bastante problemático y su fé irá disminuyendo, incluso pueden abandonar el rebaño llevándose parte de los recursos obtenidos.
Los seguidores son la fuente del poder y gracias a su devoción podremos ir desbloqueando nuevos tipos de edificaciones para ampliar nuestra morada. Además la fé canalizada en los sermones, servirá para obtener mejoras de la corona como nuevos tipos de armas o maldiciones entre otras. Por último, las areas de mazmorreo piden un número específico de fieles para poder entrar en ellas, por lo que cuanto más rápido crezca tu rebaño, mejor será.
A medida que avanzamos en el título además desbloqueamos distintas localizaciones con pequeños minijuegos: un faro donde pescar, una cabaña donde jugar al matatena, un juego de dados donde apostaremos nuestro dinero o incluso misiones secundarias que podrán ser completadas con elementos obtenidos en las mazmorras. Completar una mazmorra no es malo y es que estás darán paso otras con rutas cada vez más difíciles pero a su vez, iremos obteniendo mejores recompensas.
Puede no parecerlo, pero la curiosa mezcla de Cult of the Lamb es divertidísima. Nunca pensé que disfrutaría tanto cuidando de una secta con un cordero.
Pero no todo es oro y lo cierto es que con el paso de las horas las mazmorras se tornan repetitivas, pues no hay mucha diversidad de eventos y las cinco áreas tienen mecánicas y escenarios muy similares. Además la diversidad de armas y maldiciones en una ruta, es bastante escasa y las cartas de tarot tampoco cambian demasiado las habilidades de nuestro hábil cordero. Por esto mencionado, no encontramos esa característica variedad que suelen contener los roguelike. La sinergia entre armas, el desbloqueo de equipos alternativos son cambios bastante drásticos en la jugabilidad pero no son suficientes para cambiar la variedad de este. Es fácil apreciar que Massive Monster, no ha buscado una experiencia roguelite muy elaborada.
Por otra parte, volviendo con la gestión, comienza llamando la atención por su temática y alguna que otra característica que aunque macabra, resulta genial. Algunas estructuras resultan bastante normales como una granja o una tienda de campaña para que nuestros adeptos descansen pero la gran mayoría son ante todo extrañas. Podemos construir un altar para obtener donaciones de nuestros seguidores e incluso crear hogueras para enloquecer a los creyentes y aumentar la velocidad en la oración. También encontramos bastantes decoraciones que con un pequeño esfuerzo, podemos crear una colorida y espeluznante campamento.
Sin embargo, lo más interesante sucede al principio. Podremos usar el templo para realizar todo tipo de rituales, algunos darán efectos pasivos a nuestra secta como -gloria mediante el trabajo- dicho ritual, permite trabajar 2 días enteros a nuestros adeptos sin cansarse. Pero no solo podremos obtener efectos pasivos, también podemos realizar rituales como el del enriquecimiento, donde todos los adeptos nos darán oro que nos servirá para desbloquear cosas en el juego. Estos rituales en vez de aumentar la fé, harán que disminuya. Además las doctrinas cambiaran las reglas, infundiendo variaciones benévolas y opresivas a partes iguales. En mi caso, decidí que mis adeptos fueran herbívoros para poder alimentarlos de hierba y realice fiestas para que todos estuvieran felices.
Fundar una nueva fe puede no ser sencillo y es que en el camino surgen muchos problemas, hambruna, enfermedades o la disminución de la fe por el fallecimiento de alguién. Son parte de los problemas que podremos encontrar. Además tenemos que ocuparnos personalmente de todos los asuntos, desde reparar cosas rotas a cocinar. Puede resultar tedioso al principio pero conforme ponemos a nuestros sectarios a trabajar, llega un momento que nuestro rebaño se vuelve autosuficiente. Pero esto resulta un pequeño problema y es que la administración de la secta es muy superficial. En la práctica, encontramos pocas tareas y los problemas en muchas ocasiones tienen pocas soluciones. Además, si has automatizado tu secta, ocuparse de los problemas personales es totalmente irrelevante. Al final únicamente visitaba mi secta para cocinar de vez en cuando y arreglar alguna que otra cama rota por el paso del tiempo. Además, gestionar a los adeptos, es cada vez más tedioso y es que no hay un menú donde gestionar todo, debemos reunirnos con cada individuo y hablar en persona, lo cual es una molestia bastante grande conforme nuestro rebaño va creciendo.
En cuanto a su apartado artístico, lo más llamativo es su tétrica y macabra ambientación. Estamos ante un mundo extraño y oscuro con cientos de horrores. Sin embargo no todo es horror y es que nuestra secta está llena de animalitos con ojos expresivos. El protagonista es muy carismático a la vez que aterrador. En los rituales empieza a flotar y sus ojos comienzan a sangrar de forma inquietante como si estuviera poseído.
Los efectos visuales 2D me recuerdan al clásico estilo cartoon pero encontramos un gran contraste temático y es que dependiendo de la zona, encontramos partes muy coloridas, llenas de brillo a la vez que otras que crean ambientes terroríficos con las sombras. La única pega de los escenarios es que generalmente son siempre iguales, solo varían los fondos y en ocasiones, hay demasiados elementos en la pantalla, lo que oscurece a los enemigos.
En cuanto a lo sonoro, la banda sonora utiliza susurros y melodías rituales para introducirnos de lleno en su macabra atmósfera. Resulta repetitiva con el paso de las horas pero nada que sea molesto y nos saque del ambiente donde logra introducirnos. El título además puede ser disfrutado en diez idiomas entre los que encontramos el español de España. Carece de voces pero utiliza el clásico animalés de Animal Crossing -sonidos por defecto que hacen los animales al hablar en el juego y que es descrito como un idioma-.
En conclusión, La aventura está más que servida en Cult of the Lamb, un título que mezcla de forma excepcional dos géneros bien diferenciados, completarlo puede llevarnos entre 10 y 20 horas en función de la dificultad elegida. La acción destaca por ser rápida y no ser muy complicada mientras que la parte de gestión, resulta más relajante a la vez que jocosa. Aún asi ambas partes resultan bastante superficiales si las comparamos por si solas. Se echa en falta variedad de situaciones y un mayor desafío, lo cual entorpece la experiencia en las fases finales. Aún así Cult of the Lamb desborda creatividad y originalidad, haciendo que pasar por el corredor de la muerte y crear nuestra secta, sean experiencias agradables de experimentar.
Este análisis ha sido realizado en PC mediante una copia cedida por Cosmocover